Opinión

La emancipación de los tibios

Carlos Cesar Silva

12/11/2020 - 04:55

 

La emancipación de los tibios

Convierten la deliberación pública en una cloaca de improperios y saboteos. Atacan en gavilla, se ponen de acuerdo para deslegitimar y humillar a quienes piensan diferente a ellos. Cuando es necesario que los demás conozcan sus ideas, reducen sus expresiones a consignas huecas y a calificativos grotescos. Confrontan los datos científicos y los argumentos sólidos con simples lemas. Son expertos en despotricar sin cansancio contra la integridad moral y el círculo familiar de sus contertulios. Confunden el humor con la injuria, la ironía con el desprecio y el debate con la trifulca.

A veces, con el propósito de conmover y distraer a la audiencia, se victimizan mostrándose como perseguidos políticos, rehenes del sistema judicial o excluidos sociales. Consideran que los jueces y los periodistas son profesionales honorables cuando proceden en contra de sus adversarios, pero si afectan sus intereses los tratan como a unos criminales. Unos son ambiguos a la hora de rechazar el abuso de la fuerza pública, los asesinatos de líderes sociales y el menoscabo de las minorías. Otros son imprecisos al momento de oponerse a los vándalos que se infiltran en las protestas sociales, el irrespeto a las instituciones y el autoritarismo de sus líderes.

Hacen de la simpatía intelectual y el movimiento democrático una devoción incontrolable. Están enceguecidos por la euforia de los dogmas y los caudillismos. Para ellos solo existen dos caminos en la vida: el de su dios político y el de su adversario. Creen que su líder es un ser supremo que reparte amor y no comete errores ni crímenes. Se resignan a seguir los pasos y a repetir con fervor las frases efectivas o los discursos extensos de su héroe. No son capaces de cuestionarlo, él es sinónimo de certezas y antónimo de dudas. Como saben que necesitan un enemigo para vigorizar y difundir su causa, aseguran que el ídolo del otro extremo es un enorme demonio. Siempre están en campaña, no tienen tiempo para la reflexión y la autocrítica.

Piensan que son los únicos que luchan por un cambio auténtico, que defienden las normas y que aman a la gente. Acusan de cobardes a quienes no se enclaustran en ninguno de los dos extremos. Para ellos conservar el libre albedrio y la conciencia crítica no es una virtud democrática, sino un terrible defecto. No comprenden que la rebeldía es incompatible con la sumisión intelectual y el servilismo político. Olvidan que el verdadero poder ciudadano radica en la autonomía que tiene el pueblo para materializar sus propósitos colectivos sin dejarse embelesar por la codicia y la demagogia de un caudillo. Están embotellados en un ofuscamiento pueril, cambiaron la empatía por la animadversión y la franqueza por la cizaña.

No sean tibios cuando ejerzan sus propios derechos. Quieren rebelarse contra la injusticia, la corrupción y la pobreza, pero son incapaces de cuestionar a su líder. Es incoherente que busquen la libertad de una nación mientras confieren sin vacilaciones sus esfuerzos a un individuo. Dejen de seguir encarcelando sus pensamientos y sus acciones en los caprichos de un jefe electoral o en las artimañas de un partido político. Ustedes pueden votar por el candidato que más los atraiga y afiliarse a cualquier organización, pero nunca permitan que les metan los dedos en la boca. Entiendan que los movimientos democráticos son para luchar por un mejor mañana, no para tirar la duda a un lado y postrarse ante los pies de un dirigente. Valoren sus capacidades, sus aspiraciones personales y sus sueños de país. El cambio que anhelan no lo alcanzará un solo hombre, sino el pueblo, un pueblo colmado de generosidad y despojado de fanatismos.

 

Carlos César Silva

Sobre el autor

Carlos Cesar Silva

Carlos Cesar Silva

La curva

Carlos César Silva. Valledupar (Cesar) 22 de noviembre de 1986. Abogado de la Universidad Popular del Cesar, especialista y magister en Derecho Público de la Universidad del Norte. En el 2013 publicó en la web el libro de artículos Cine sin crispetas. Cuentos suyos han sido publicados en las revistas Puesto de Combate y Panorama Cultural. Miembro fundador del grupo artístico Jauría. Cocreador del bar cultural Tlön.

@ccsilva86

1 Comentarios


Franz Flórez 12-11-2020 07:03 AM

¿Se comente la "falacia del hombre de paja"? Desde el formalismo, los extremos son insensatos y el término medio la sabiduría encarnada. ¿Pero realmente los que se oponen al uribismo son como dicen los "centristas"y los mismos "uribistas"? ¿Es lo mismo Gustavo Petro que Camilo Romero, Iván Cepeda, Gloria Cuartas o Cecilia López? ¿Y se puede incluir en la derecha a un Álvaro Uribe, Rudolf Hommes o Juan Camilo Restrepo? La izquierda no apoya la lucha armada, la guerrilla más antigua se desmovilizó. Parece más viable que se haya radicalizado la derecha antiliberal y no que sus métodos y objetivos sean equivalentes a los que son de izquierda. Es una hipótesis más viable, parece https://www.semana.com/nacion/articulo/politologo-francisco-gutierrez-sobre-la-oposicion-politica-en-colombia/522859/

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