Opinión

La ciudad de los perros

Arnoldo Mestre Arzuaga

22/12/2020 - 04:55

 

La ciudad de los perros
El autor, Arnoldo Mestre Arzuaga, en Bogotá

 

Mi escrito no tiene nada que ver con la obra de Vargas Llosa, La ciudad y Los Perros. Mi titular es un poco diferente, y su contenido difiere totalmente.

Viví en Bogotá casi una decena de años, realizando mis últimos estudios de bachillerato, un pre-universitario y cinco años de derecho en la Universidad Autónoma de Colombia. En 1977, regresé a mi tierra natal, me dediqué a la agricultura y a la ganadería olvidándome de lo que había estudiado y que nunca ejercí, esporádicamente volví a Bogotá, una vez cuando fui a recoger el cuerpo de mi hermano Jesualdo asesinado por las FARC en Florencia, Caquetá. Después, volví a despedir a mi hija que viajaba por un tiempo considerable a la ciudad de Washington. Fueron viajes cortos, de modo que no pude apreciar la ciudad.

Ahora, por la pandemia que estamos padeciendo, la familia, por iniciativa de mi hija, resolvimos pasar la noche buena y recibir el año nuevo juntos en Bogotá, lugar donde viven dos de ms hijos.

Claro, esta vez sí vine dispuesto a gozarme a los rolos y a su ciudad. Todo lo observo y me hago mis comentarios internos, para después escribirlos y así mis lectores también puedan disfrutarlo.

La Bogotá de ahora, no es la que abandoné en 1977. Ahora es más organizada, con nuevas construcciones en las que priman los grandes edificios que agrupan numerosos apartamentos.

Las mujeres, es lo primero que llama mi atención cuando visito un lugar, aquí las hay de diferentes matices, pero resaltan las rubias de ojos azules y de cabelleras lisas, de rostros parecidos a la virgen del Carmen, lástima que son de cuerpos extraños y de patas secas semejantes a ranas plataneras. En mi interior, empecé a hacer trasplantes para conseguir la mujer perfecta, a las rolas de cuerpos de bollos mal envueltos, les pondría el cuerpo de las morochas costeñas y a las costeñas cara e bagre les pondría el rostro de las rolas.

Pero hubo algo que me llamó profundamente la atención: observé una cantidad de perros por todas partes, no son perros callejeros y chandosos, son perros consentidos y pechichones, tratados como niños mimados. En el edificio donde vive mi hija en el barrio Pasadena, hay 36 apartamentos y pude contar “mal contados”, con la información que me facilitó el portero, 40 perros de todas las razas y todos los colores.

Salí a caminar en la mañana y en todos los parques paseaban perros por todas partes. Después de caminar un rato, me senté en una banca de concreto en el centro de una zona verde, y a mis espaldas escuché bien claro la voz de una mujer joven que dijo: “Mira, papi, la niña se hizo popis”, miré y pude observar a la mujer, corría tras una perra, con papel higiénico en una mano y en la otra una bolsa. Antes se había colocado unos guantes desechables, alcanzó la perra, le limpió el culo, mientras le hablaba, “ven, mi bebita, deja que mami te limpie la colita”.

Le conté a mi hija lo que había visto y ella muerta de risa me dijo: “Ahuuu, papi, no has visto nada, esos perros tienen EPS, Spa, Escuelas, Guarderías y cementerios, también los recoge una buseta cuando van para algún sitio de estos, incluso a algunos le hacen sus fiestecitas, donde van sus mejores amigos”.

Bueno, mi meta es quedarme un mes en Bogotá, después les sigo contando todo lo que vea…

 

Arnoldo Mestre Arzuaga

Sobre el autor

Arnoldo Mestre Arzuaga

Arnoldo Mestre Arzuaga

La narrativa de Nondo

Arnoldo Mestre Arzuaga (Valledupar) es un abogado apasionado por la agricultura y la ganadería, pero también y sobre todo, un contador de historias que reflejan las costumbres, las tradiciones y los sucesos que muchos han olvidado y que otros ni siquiera conocieron. Ha publicado varias obras entre las que destacamos “Cuentos y Leyendas de mi valle”, “El hombre de las cachacas”, “El sastre innovador” y “Gracias a Cupertino”.

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

Editorial: Preparándonos para un mes intenso

Editorial: Preparándonos para un mes intenso

Mientras que en Bogotá acontece uno de los encuentros culturales más esperados del año (el Festival Iberoamericano de Teatro), la ci...

Un año después de Gabriel García Márquez

Un año después de Gabriel García Márquez

Comenta Darío Arizmendi que alguna vez le escuchó a García Márquez decir “Yo escribo en México pero vivo en Colombia”. Ése ...

Las guerras terminan

Las guerras terminan

Sí, las guerras terminan, no son eternas. Acaban, concluyen. Unas con acuerdos entre los contendores otras por rendición de una de ...

Vehículos de tracción animal en Valledupar

Vehículos de tracción animal en Valledupar

Ésa es la denominación sofisticada y refinada. Coloquialmente se les llama “carro é mulas”, pero curiosamente el animal que ejer...

Gracias, payaso

Gracias, payaso

“Ríe fuerte payaso ríe, No ves que a la gente no le importa tu pesar, Iluminada esta la gran carpa, es día de fiesta  La función...

Lo más leído

¿Cuál es la función del arte?

Gemma E. Ajenjo Rodríguez | Artes plásticas

La historia detrás de la canción “La piragua” de José Barros

Alejandro Gutiérrez De Piñeres y Grimaldi | Música y folclor

Aproximación a la definición del Arte

Eduardo Vásquez | Artes plásticas

Los mejores comienzos de novela en español

José Luis Hernández | Literatura

Macondo: perfil de Gabo

Oscar Pantoja | Literatura

El discutido origen de la arepa

Redacción | Gastronomía

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados