Opinión
Valledupar, una mirada ajena
La capital mundial del vallenato tiene unos 400000 habitantes y, además de ese título honorífico, también se la conoce como capital del departamento del Cesar en Colombia. Es una capital por excelencia. ¿Pero qué más se puede decir? Hace 70 años era una urbe diminuta, sólo contaba con 3500 habitantes.
En Suiza –país de donde procedo–, Valledupar se ha hecho conocer por un proceso piloto y judicial que inició este año contra la multinacional Nestlé (más conocida como DPA o Cicolac en Valledupar).
La sede principal de Nestlé se encuentra en Suiza y, por primera vez, el director ejecutivo (CEO) de una multinacional inmensa se ha visto salpicado por un crimen que ocurrió en un país lejano, en una de sus sucursales.
El proceso tiene que ver con la muerte de un trabajador de Nestlé en Valledupar en el año 2005. El hombre luchaba por los derechos de sus compañeros y, según consta en la acusación, la dirección de Nestlé es responsable de la muerte de este sindicato porque no protegió su vida a pesar de todas las amenazas que existían sobre él.
Cuando un amigo me invitó a Valledupar para colaborar en el desarrollo de la Fundación Erasmus, que tiene como objeto social la creación de fuentes de trabajo, me ilusioné muchísimo.
Pasé dos meses en Valledupar entre mayo hasta principios de julio de este año. Aprendí mucho de la gente y de la manera cómo se vive. Me encantó sentir el calor humano, las fiestas, y el fútbol con compañeros (dos veces por semana entre las 5.30 y las 7am). Qué calidad de vida en comparación con Suiza.
Allí conocí una pareja joven que tiene el sueño de prosperar con un restaurante fuera de lo común. Luchan a diario, sirven unos platos exquisitos y a un precio justo, pero después de un año todavía no han logrado sus metas. Resulta difícil ofrecer algo nuevo en una ciudad tan conservadora como Valledupar.
Una joven mamá soltera que tiene un hijo de 3 años está estudiando en la universidad. Pronto terminará y, eso, aunque le toque ganarse la vida para su hijo y ella misma. El hijo es un sabio muy bien educado, inteligente y alegre.
¿Valledupar, un paraíso? Tampoco es así. Se pierden muchas oportunidades en esta ciudad. Porque, aparte de unas clínicas y hospitales, casi no existen fuentes de trabajo formal. Nadie planifica el desarrollo de la ciudad y así es como una clínica acaba ocupándose a diario de los accidentados de motocicleta.
Existe demasiada desigualdad. Muchos hombres se divierten con chicas menores de edad, hay que decirlo, y estos hombres abusan de las chicas sabiendo que está aceptado por la sociedad. Entonces, ¿Por qué las mujeres (y por qué no hombres también) –de todas las clases sociales– no se organizan y luchan contra este machismo? ¿Por qué chicos jóvenes siguen el ejemplo de sus padres, se divierten con chicas y les pagan una miseria de plata? Conocí a varios jóvenes que –como yo lo entendí– hacen eso y se sienten mal por ello, pero lo hacen para demostrar que son hombres.
Valledupar puede desarrollarse. Puede sobresalir, si la gente se une y lucha por "un derecho, una meta". La fuerza está en la gente y en los líderes, sean mujeres o hombres que se dedican a un proyecto de mejora por la calidad de vida (la calidad de todos y no sólo de los ricos o de los pobres).
Con menos pobreza es posible conseguir más estabilidad, más tranquilidad, y menos criminalidad. Valledupar tiene todo lo que necesita: son sus habitantes. En ellos está la solución y no en las típicas excusas como: los políticos que se roban la plata y son corruptos, o la iglesia que nos va salvar. La solución es la voluntad del vallenato.
La esperanza es lo último que se muere. Adelante Valledupar para que la próxima vez, cuando los periódicos hablen de ti en Suiza, el titular sea: "Valledupar, la capital que sobresalió".
Acerca del autor: Harry Sivec es un consultor de comunicación suizo. Casado hace 21 años con su esposa barranquillera (con quien ha tenido 2 hijas y un hijo), se considera un admirador de Colombia y de su gente. Ha sido jefe de prensa del Aeropuerto de Zurich, miembro de la junta directiva del ministerio de Asuntos exteriores, y ha trabajado durante 3 años en el departamento de Lucerna.
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