Opinión

El legado de Meagacho

Alberto Muñoz Peñaloza

29/09/2021 - 04:50

 

El legado de Meagacho

 

Su vida la vivió de manera contraria a como lo llamaban todos, ¡Jamás se agachó! Al mejor estilo de la Cacica, Consuelo Araujonoguera, vivió de pie, sin arredrarse ante el no buracrático y ello le permitió avanzar sin rehuir responsabilidades ni compromisos en procura del bien común, de manera principal refiriéndose a los taxistas y/o conductores. Fue taxista durante gran parte de su ejercicio existencial, con la panadería Santa Clara como escudo laboral pro familia.

Padre enérgico, pero complaciente, promotor y gestor de causas nobles en bien de terceros, amparo de movimientos encaminados a mejorar las condiciones de vida de los menos favorecidos, trabajador de la política basándose en el servicio, luchador de la vida y echador de lengua todo el tiempo. Se desplazaba, raudo y feliz, por el viejo Valle, conocía a todo el mundo y ‘todo el mundo’ lo conocía a él, desde los más encopetados hasta la miserableza, la penuria y la carencia, hecha gente.

Se la jugó toda, a fondo, por la casa cárcel de conductores, para lo cual movió “cielo y tierra”. Valiéndose de su rostro, adusto aún riéndose, de la perseverancia que le servía de combustible e impulso y de amistades cercanas “al poder”, como su crispinismo irreverente y la cercanía a logros colectivos, de la mayor importancia, como la creación e inauguración del Departamento del Cesar y el arranque creciente del festival vallenato, como epicentro de la nueva dinámica productiva, de generación de empleo y materialización de soluciones frente a necesidades básicas, y otras profundas, de la población.

Gracias a su empuje en Valledupar, nació una de las dos primeras casa cárcel de conductores, la otra en Bogotá y, durante muchos años, fue pilar indiscutible de fortaleza gremial y prestación de servicios de alcance colectivo.

Sumó su voluntad, actitudes y esfuerzos, para la creación y el funcionamiento de la primera cooperativa de transportadores del Cesar, Cootracesar, con resultados óptimos en sus primeros años de funcionamiento, pero, cuando algunos de sus directivos terminaron en la carcel por manejos indecorosos, Meagacho ya había levantado la voz para denunciar, retirándose en medio de enojos y frustración.

Lo vimos reclamarle a árbitros, cuando una que otra vez soltaba el volante para irse al entonces “chemesquema” o frente a la Santa Clara, en el Kennedy, con vehemencia y ultrajes verbales si le parecía que la decisión era sesgada, parcializada o “una hijueputada” como denominaba los casos más censurables. Enfrascándose, además, en la búsqueda de sobresalir defendiéndose y haciéndolo por los demás, si a su juicio valía la pena.

Efrain Peña, “Meagacho”, inolvidable en su trabajo comunitario, levantaba la voz por quienes no se atrevían y sirviéndole siempre al viejo pueblo. Sin estudios, pero con indeclinable vocación de servicio, férrea voluntad e inalterable capacidad para usar las palabras adecuadas cuando se trataba de servir. En ocasiones, colándose o escondiéndose, como ante el ministro de justicia con quien se encontró cara a cara en el despacho ministerial, sin saberse como había entrado, el día que consiguió la firma que faltaba.

Sin contenido.

 

Alberto Muñoz Peñaloza

Sobre el autor

Alberto Muñoz Peñaloza

Alberto Muñoz Peñaloza

Cosas del Valle

Alberto Muñoz Peñaloza (Valledupar). Es periodista y abogado. Desempeñó el cargo de director de la Casa de la Cultura de Valledupar y su columna “Cosas del Valle” nos abre una ventana sobre todas esas anécdotas que hacen de Valledupar una ciudad única.

@albertomunozpen

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

Mujeres, que la segunda vuelta no nos dé 3 vueltas

Mujeres, que la segunda vuelta no nos dé 3 vueltas

  Mujeres: ¡A votar, carajo! Esta es la columna más corta de mi vida hasta ahora, creo que el mensaje es contundente y no requiere...

Una carta para el hijo que no tengo

Una carta para el hijo que no tengo

Aunque todavía no conozco las entrañas en donde derramaré mi amor para darte la vida, he decidido afrontar mi presente sin dejar d...

El pollo “Patas de pato”

El pollo “Patas de pato”

"Todo aquello que oprime la individualidad, sea cual sea el nombre que se le dé, es despotismo".  Por fuerza del destino tuve que de...

Perdonando lo imperdonable

Perdonando lo imperdonable

“Quien no puede perdonar a los demás quebranta el puente sobre el que él mismo debe pasar”. Quedó establecido que la búsqued...

Editorial: La semana más intensa para el folclor vallenato

Editorial: La semana más intensa para el folclor vallenato

Ya no es un anuncio, ni un aviso, es un hecho. El 47 Festival de la Leyenda Vallenata inicia esta semana de abril y con él arrancan ta...

Lo más leído

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados