Opinión

Agro y folclor: perspectivas de futuro para el Cesar

Hablando del departamento del Cesar, muchos se imaginan una próspera región donde sus habitantes gozan de los mayores niveles de vidas en el país. Esto se debe a las ventajas geográficas que este presenta, rodeado de cordilleras y sus asentamientos urbanos sobre valles y llanuras irrigados por importantes afluentes hídricas, que lo privilegian de convertirlo en una gran despensa agrícola del país.

Sumado a ello la actividad minera, los cultivos de palma de aceite y, en especial, el gran aporte cultural a través de nuestros aires vallenatos son el orgullo de su gente y la envidia de muchos visitantes de querer ser llamados cesarenses.

Pero todo esto es tan distinto a la realidad que viven sus habitantes, que, de acuerdo, a las últimas mediciones del Dane, nos ubican entre los departamentos con mayores índices de pobreza en el país, teniendo en cuenta que nuestra capital Valledupar, celebremente conocida como la capital mundial del vallenato, se ubica con una tasa de desempleo superior al 19% y el grueso de su población con un aproximado del 67% vive de la informalidad

Es ahí donde nos preguntamos, si dentro de la agenda legislativa de nuestros representantes en los cargos de decisión no se ha formulado una política pública que nos permita superar estos índices de pobreza. ¿O será que estamos condenados a responsabilizar las decisiones centralistas de los distintos gobiernos que, a través de aperturas económicas y tratados de libre comercio, sumieron nuestro campo en verdaderos territorios plagados de miseria?

El año 2022 ha sido un periodo marcado por los altos precios de los alimentos y demás productos o agro insumos, que se requieren para hacer producir la tierra, no son suficientes las medidas adoptadas por el actual gobierno de bajar la tasa arancelaria o eximir, los insumos de impuestos para estimular a nuestros productores a cultivar, aquí se requieren son garantías de precios en sus cosechas, regular el mercado de las exportaciones e importaciones, ya que no se justifica que un departamento con extensiones de tierra para la ganadería el precio de la carne haya tenido un 53% de incremento sobre los año 2020 y 2021, es decir la exportaciones de ganado han creado un desabastecimiento en la región y a la vez representa una mayor utilidad al ganadero exportador, por lo tanto se debe tener en cuenta un conjunto de medidas que nos permitan crear un equilibrio que deje ganancias y satisfacción.

El desarrollo de los municipios en el corredor minero, no se debe medir por las obras de infraestructuras que muchos ostentan, la solicitud de devolución de títulos mineros por parte de multinacionales que realizan esta actividad extractivista, como PRODECO, debe encender las alarmas en nuestros mandatarios locales, e invertir más en nuestras redes de vías terciarias, fomento de la agricultura, y en especial invertir en la formación académica de calidad para nuestra gente.

 La Cultura es un renglón de vital importancia en nuestro departamento, en especial la ciudad de Valledupar, tras el reconocimiento en el año 2015, como patrimonio cultural e inmaterial de la humanidad, a nuestra música vallenata, no fue por los logros de nuestros artistas más representativos, ese reconocimiento se dio, por la historia que recuerda los cantos de vaquerías, que son los mismos que vemos deambular por las calles de Valledupar y en la orilla de nuestro rio Guatapurí, muy recurrentes en el balneario hurtado, que a pesar de hacer una gran contribución al género musical y al turismo, tras llevarle alegría a propios y a extraños dependen de la voluntad del bañista, es aquí donde debemos invitar a la administración municipal y departamental, la creación de una política de amparo económico a estos músicos; que no se mire como limosna, sea este  el reconocimiento por su trabajo que no solo sus voces y acordeones se escuchan cada año en el festival de la leyenda vallenata, son el pan de cada día de quienes los escuchamos y de aquellos que con voluntad de grandes los hacen, para llevar pan a sus casas.

Con estas razones expuestas podría considerarse que el verdadero desarrollo social y económico de nuestra región, está sobre el agro y la cultura, teniendo en cuenta nuestra privilegiada geografía y los aires musicales que nos invitan a vivir la vida tanto a nativos como a visitantes.

Nerio Luis Mejía