Opinión
Amor perruno
Dedicada a la memoria de MAX el de Zayra
Crecí escuchando que los animales, son eso: unos animales, y eso me acercaba a ellos más como objetos que como seres vivos, se lee crudo, pero es la realidad y es el sentido de esta historia, siempre he estado cerca de los perros porque en mi familia hemos tenido mascotas maravillosas y las cuidamos dentro de lo que corresponde, darle comida, bañarlos y dejarlos en el inmenso patio de mi casa materna. Sin embargo, cuando comencé a vivir de manera independiente, entendí porque muchas personas sufrían cuando sus perritos se enfermaban o se perdían, incluso llegué a pensar: “Los cachacos sí son bobos, tratan a los animales como a seres humanos. ¿Qué tanto le invierten a los perros?”.
Confieso que lo hice muchas veces, pero lo más bello en la vida es desaprender por medio de experiencias maravillosas que te mueven recetas y desmitifican cosas que merecen desde todo punto de vista ser transformadas. Llegó a cambiar mi cotidianidad Nini Susana, mi actual animal de compañía, una Bulldog francés que de entrada me cautivó con su mirada, su calma, su necesidad de darme amor y de hacerme saber que no quería que la soltara, cada una de sus acciones era un “déjame en tu vida, por favor” y pude sentirlo desde siempre, un lenguaje de afectos que no tiene explicación.
En esa consciencia de mi ser, de lo que me hace feliz y amo, de lo que me importa cuidar y de la inmensa importancia de saber escoger a los seres que hacen parte de mi contexto íntimo, fue que aprendí a hacer de los amigos y amigas de nuevas ciudades donde vivía mi familia social y elegida, también aprendí que no tenía una mascota sino un animal de compañía que me regalaba alegría, ternura y aventuras, el primero se llamaba “Freud Salvador Dalí”, un labrador hermoso que murió de Cáncer a sus 10 años, desde ese entonces (año 2010), en medio del duelo, decidí no tener más perritos, porque realmente estaba muy dolida, pero la vida fluye a su manera y el amor nos visita sin pedirnos cita, y justo el 6 de marzo de 2020, cuando en Colombia se confirmó el primer caso de Covid, mi regalo universal fue Niní, que se llama así por un sueño que tuve, en el cual, alguien me pedía de regalo un perro y yo le decía que se llamaría Nini ( ni – tuya / ni – mía) y de ahí nació el nombre que muchos llaman “raro”, pero que es mágico como ella.
El amor perruno no es humanizar a un perro, es saberlo mágicamente perro, ternura de cuatro patas, sorpresas y amor al infinito, es tejer un lenguaje colectivo de afectos y que ellos lean nuestras emociones y nosotras las de ellos. Niní fue mi compañía en el confinamiento, en una Bogotá fría que se hacía más amigable con su presencia, porque lo mejor llega en el momento perfecto y ella fue lo mejor de muchos descubrimientos que hice en pandemia. Daría todo porque estuviera conmigo acá en Dubái, pero sé que pronto nos veremos para recorrer muchos países, juntas y felices.
Finalizo esta reflexión con lo que dijo Enrique Jardiel Poncela. “Existen dos clases de personas, las que necesitan amar y las que necesitan ser amadas, para las cuales existen dos compañeros ideales: “El gato es el predilecto de aquellas personas que necesitan amar, y el perro, el elegido de aquellas personas que necesitan ser amadas”.
Lo que es indiscutible es que esos compañeros han perfumado la vida de muchas personas de un amor singular y se puede ver en el arte, las pinturas, en los títulos de libros (como la más reciente de Alonso Sánchez Baute) en la música, en fin, en la vida.
Ñapa: para las mentes ortodoxas, no nos manden a parir, ni nos exijan que dejemos de querer a nuestros animales de compañía, elegir no ser madre biológica no implica que no se pueda ser madre de grandes proyectos sociales o de quienes se nos antoje, la libertad es el derecho más placentero de la humanidad. Viva los amores perrunos. Te amo Niní.
Fabrina Acosta Contreras
@Facostac
Sobre el autor
Fabrina Acosta Contreras
Evas&Adanes
Nieta de Rita Contreras, leyenda viva de 109 años. Escritora e investigadora Guajira, psicóloga, Magister en estudios de género, Magister en Gestión de Organizaciones y Especialista en Alta Gerencia. Creadora de la Asociación “Evas&Adanes” desde la cual lidera diversas iniciativas ciudadanas como los foros “La Mujer en el vallenato”, “Tejiendo esperanzas por la Guajira”, el programa radial Evas&Adanes, entre otras.
Ha recibido reconocimientos por la causa que lidera tales como: Joven sobresaliente de Colombia TOYP 2018 (JCI Colombia), máxima distinción del departamento de La Guajira medalla Luis Antonio Robles, personaje diez en el departamento de Amazonas, medalla a Mujer extraordinaria con proyección social otorgada por la Asociación de Mujeres de la Guajira.
Ha sido columnista por más de 10 años de varios medios puntualizando temas de género y derechos de las mujeres, así como las causas por la guajira. Es autora de los libros “Mujer Sin Receta: Sin Contraindicaciones para hombres”, “Evas culpables, Adanes inocentes”, “De esas costumbres que hay en mi tierra: una mirada a los imaginarios sociales de la violencia de género”, “Mujeres sin receta: Más allá de los mitos”.
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