Opinión

Mordiscadas de paz

Nerio Luis Mejía

28/09/2022 - 04:40

 

Mordiscadas de paz

 

El anuncio dado a conocer por medios de comunicación nacional e internacional sobre el primer encuentro entre funcionarios del gobierno de Gustavo Petro e integrantes de las disidencia de las Farc -que lidera Iván Mordisco en el sur del país-, hace parte del propósito del ejecutivo colombiano de lograr la paz total.

La delegación integrada por el Alto Comisionado de Paz, Danilo Rueda, el representante de la Misión II de la ONU en Colombia y un representante del gobierno de Noruega, hicieron los pasos exploratorios con este grupo armado ilegal que, luego, resultaron en un documento titulado “La Paz un Sueño Posible”. Las partes también recalcaron la necesidad de declarar un cese bilateral del fuego.

En este mismo encuentro, se señala el reconocimiento de esta organización como las FARC-EP, mas no como un grupo disidente. Al final, el documento dice que las partes acordaron firmar un protocolo confidencial, para garantizar una reunión de los mandos que integran el estado mayor central de esa guerrilla.

Desde Nueva York, después de su polémica participación en la asamblea número 77 de las Naciones Unidas (ONU), el presidente de Colombia, Gustavo Petro, anunció que en cuestión de días se va a plantear la posibilidad de un cese multilateral del fuego con los actores armados para buscar a acabar con la violencia en el país. En cuestión de horas, se produjo mediante un video la aparición del líder guerrillero Néstor Gregorio Vera alias Iván Mordisco, ordenando a sus unidades evitar al máximo los enfrentamientos con la fuerza pública, “salvo de no ser atacados” con el propósito de avanzar en la construcción de un ambiente propicio, en el cese bilateral del fuego que conduzca a la paz total.

La noticia deja un mediano ambiente de optimismo, ya que, con tantas fracciones de esta organización al margen de la ley, ¿quién garantizará que todas converjan o muestren el interés en la paz total? Si en la otrora Farc -que se sentó con Juan Manuel Santos, la cual obedecía a un secretariado y un estado mayor central a nivel nacional y que terminó en un efecto semejante a destruir un asteroide dentro de nuestra atmósfera con explosivo lo que al final acaba en una lluvia de partículas dispersas, que se vuelven más peligrosas que el propio asteroide-, lo mismo ocurrió con los diálogos y negociaciones de La Habana y el resultado de la actual crisis en materia de violencia.

Son válidos todos los intentos para acabar este conflicto armado y social, pero ajustémonos a realidades sociales de país. Si sólo los conflictos obedecieran a una respuesta de abandono estatal, sería más que optimista, pero de por medio no se debe desconocer cuales son las verdaderas causas que propician la violencia, tales como las economías lícitas e ilícitas, representadas en las rentas de la minería ilegal, el narcotráfico, el contrabando, la trata de personas, la sustracción ilegal de combustibles, el pago de coimas por parte de los contratistas del Estado y de privados en las áreas donde hacen presencia los actores armados, el pago de impuestos por bebidas alcohólicas y demás actividades legales e ilegales. Si no existiera las fuentes de financiación, seria casi imposible el sostenimiento de miles de hombres en armas, en muchos casos pagados como si se tratara de un ejército privado, es decir la existencia de ese estado paralelo es el que hay que desestimular.

La construcción de una paz total no puede interpretarse como una iniciativa diferente a las del pasado, utilizando los mismos métodos, lo cual resulta en asistir al teatro de paramilitares y guerrilleros viejos amparados jurídica y económicamente por las vías amnistiables, cediéndole al turno a una nueva generación que utilizan la inconformidad como pretexto social para perpetuarse en la guerra esperando en la voluntad de los políticos y cayendo nuevamente en este círculo vicioso.

Si seguimos hablando y reconociendo sólo a los hombres armados de Iván Mordisco, al ELN y al Clan del Golfo, terminaremos en mordiscadas de paz, de una gran torta llamada conflicto: dulce para unos pocos y amarga para todos los colombianos.

 

Nerio Luis Mejía

Sobre el autor

Nerio Luis Mejía

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Pensamientos y Letras

Nerio Luis Mejía es un líder comunal, defensor de los Derechos Humanos, quien ha realizado de manera empírica un trabajo de investigación acerca de las causas que han propiciado -y siguen alimentando- el conflicto armado y social colombiano. Mediante sus escritos, contextualiza las realidades territoriales.

@NerioMejia24

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