Opinión

La Cultura debe llevar de la mano a la Educación

Diógenes Armando Pino Ávila

28/05/2023 - 17:15

 

La Cultura debe llevar de la mano a la Educación
El sistema educativo debe rediseñarse partiendo desde la cultura local, sostiene el escritor Diógenes Armando Pino Ávila / Foto: archivo PanoramaCultural.com.co

 

Hay enseñanzas inolvidables, enseñanzas que se vuelven costumbre, hábitos de cotidiana repetición, aunque, no por convertirse en cotidiana para algunas personas sean comunes. En La Normal Piloto de Bolívar, donde tuve la fortuna de estudiar y graduarme como Maestro, tuve la suerte de tener un grupo de orientadores, Maestros, estos sí, que en sus clases nos guiaban con mucha sabiduría, y, por lo tanto, con sutileza nos llevaron a amar el quehacer del educador, a sentir en el alma que ésta era la profesión más linda que podía desempeñar persona alguna.

Entre esas enseñanzas y sutilezas impuestas por el ejemplo donde nos transmitían el saber pedagógico, las artes de la didáctica y nos enseñaban la historia de la educación, la psicología del aprendizaje, las relaciones con la comunidad, nos llevaban de la mano a la usanza socrática por los senderos del arte de enseñar y al estilo aristotélico nos dotaban con el acercamiento a la didáctica, la dialéctica y el manejo de la retórica, enseñándonos que no era valido un buen discurso si no iba acompañado del conocimiento de la temática y una ordenada exposición de los argumentos, por lo tanto, decían, nunca enfrentes una clase sin haberte preparado a conciencia en el dominio del tema a tratar.

El punto en que más insistían era que, había que pensar la educación, que había que filosofarla, entenderla como una ciencia, pero no con la frialdad de las ciencias exactas que dan el mismo resultado experimental, la educación, por el contrario, decían, cada experimento si bien da resultados medibles cualitativamente, al tener como insumos individuos diferentes los resultados serán variables, habida cuenta que cada persona es una unidad psicosomática única e irrepetible.

Siempre he seguido el consejo, esa enseñanza de que «la educación hay que pensarla», por ello lo hago, no con la frecuencia que quisiera, pero lo hago. Últimamente, he estado pensando que el proceso educativo colombiano está diseñado a la inversa y que hay un divorcio, al parecer, sin solución entre educación y cultura. Hay la permanente queja de que el joven corre deslumbrado hacia manifestaciones culturales foráneas y que menosprecian la cultura nacional y local, que los jóvenes abandonan el campo y salen deslumbrados buscando los aires de la gran ciudad. Al parecer los técnicos y teóricos del ministerio, los que trazan las directrices y orientan el quehacer escolar en el país no se han dado cuenta que la educación que impartimos, la que ellos diseñaron no es compatible con la cultura nacional y local. No se han percatado que la educación no puede, no ha podido llevar la cultura al aula.

Pienso –a veces me da por pensar– que hay que invertir todo el proceso, que debe ser la Cultura la que lleve de la mano a la Educación, que el sistema educativo debe rediseñarse partiendo desde la cultura local, que nuestros niños y jóvenes, lo primero que deben conocer es su propio entorno, lo que implica el conocimiento de la cultura del territorio, que no solo sea enseñar los límites, la población los ríos y montañas, no digo que no sean necesarios, pero hay que ahondar sobre la cultura toda, manifestaciones cantadas, danzarías, historia local, anecdotario, personajes, oficios, recetas de cocina, conocimientos ancestrales de plantas medicinales, creencias, fiestas, costumbres, tradiciones, es decir, comenzar por la cultura, pues así y solo así cimentamos un sentido de pertenencia y afirmamos el amor por lo propio.

Es a parir de la Cultura, y comprendiendo con la mente abierta lo que es la transversalidad, que podemos abrir las fronteras mentales del maestro “insular”, ese que cree que su asignatura, su área de estudio y de trabajo es su propiedad y que nadie puede trasgredir en el aula su saber, es necesario, perentorio si se quiere, que esa transversalidad sea trabajada por el colectivo de maestro de cada institución educativa, y que desde todas las áreas o asignaturas se haga un enfoque cultural. Qué bueno sería que al aula asistieran nuestros mayores y nos explicaran temas de la tradición, tales como los pases de luna y su relación con la siembra o el comportamiento del ser humano y del ganado y que conociendo esta versión popular el maestro pasara a explicar los movimientos de rotación y traslación de la tierra, y que el de historia explicara las teorías sobre el tema propuestas por: Platón, Aristóteles, Ptolomeo, Aristarco de Samos, Copérnico, Galilei.

Se haría largo extenderme en ejemplos donde se puede dar la trasversalidad desde la cultura hacia las otras formas del saber y la ciencia, de hacerlo nos estaríamos poniendo a tono con los vientos de esta postmodernidad que a pasos agigantados nos roba la identidad y el sentido de pertenencia a nuestros orígenes y nos arrastra a un anonimato producto de la cultura dominante global que nos llevará irremediablemente a la perdida de nuestra cultura y la implantación de esa maniquea y banal  seudo-cultura de las redes y la globalización.

 

Diógenes Armando Pino Ávila

Sobre el autor

Diógenes Armando Pino Ávila

Diógenes Armando Pino Ávila

Caletreando

Diógenes Armando Pino Ávila (San Miguel de las Palmas de Tamalameque, Colombia. 1953). Lic. Comercio y contaduría U. Mariana de Pasto convenio con Universidad San Buenaventura de Medellín. Especialista en Administración del Sistema escolar Universidad de Santander orgullosamente egresado de la Normal Piloto de Bolívar de Cartagena. Publicaciones: La Tambora, Universo mágico (folclor), Agua de tinaja (cuentos), Tamalameque Historia y leyenda (Historia, oralidad y tradición).

@AvilaDiogenes

1 Comentarios


Eduardo Rodríguez Vega 29-05-2023 05:12 AM

Eso es dar dar en clavo.

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