Opinión
Democracia a prueba de fuego

El proceso electoral que tuvo lugar el pasado 29 de octubre de 2023, dónde se escogieron a través de las urnas a los nuevos mandatarios regionales en lo que se considera la máxima expresión popular mediante el ejercicio del voto libre, fue marcado por una serie de hechos que cobraron vidas y muchas alteraciones del orden público. Además, fueron las primeras elecciones que se celebran en un gobierno de izquierda en nuestro país, lo que podemos calificar como la gran prueba de fuego que ratifica los valores de nuestra democracia representativa.
Antes de dar inicio a los comicios electorales, los organismos e instituciones responsables de velar por el desarrollo de las elecciones, estaban en máxima alerta, debido a las alteraciones del orden público en varias regiones del país, por la presencia de actores armados ilegales, que ponían en riesgo la celebración de esta gran fiesta democrática.
El país vivía una tensa calma, el anuncio hecho por parte del presidente Gustavo Petro de ofrecer jugosas recompensas a quienes denunciaran la compra de votos, desde luego que generó malestar por parte de quienes realizan estas prácticas en la búsqueda de conquistar y mantenerse en el poder, como a la vez afecta a quienes hacen planes con la venta de su voto; entre escándalos de corrupción, alteraciones e inhabilidades transcurría el tiempo, lo que generaba mayor tensión en varias regiones del país.
Sin lugar a dudas, el hecho que generó mayor preocupación y rechazo fue el incendio provocado por parte de un grupo de manifestante que de manera violenta irrumpieron en la sede de la registraduría nacional del estado civil, en el municipio de Gamarra (Cesar), y emplearon gasolina en una acción criminal que le costó la vida a una funcionaria de la registraduría y varias personas resultaron heridas por quemaduras.
En otras regiones del país se sintió el descontento, lo que llevó en algunos municipios a que enfurecidos manifestantes denunciaran las alteraciones de los tarjetones, la compra de votos, la participación en política de funcionarios públicos, la presencia de actores armados en las mesas de votación, desencadenando la destrucción de las urnas y la quema de edificaciones como ocurrió en el municipio de San Calixto en Norte de Santander, dónde llegó un grupo de enfurecidos manifestantes inconformes con los resultados procedieron a incinerar la alcaldía, situaciones lamentables que no deben ocurrir en un evento dónde la participación ciudadana consciente escoge mediante el sufragio universal a sus representantes. En el departamento de la guajira se produjeron incidentes en el municipio de Fonseca donde destruyeron decenas de puestos de votaciones y tarjetones. Una situación similar se presentó en la Jagua del Pilar donde los inconformes ciudadanos la emprendieron en contra de la biblioteca municipal, incinerándola por ser el lugar donde se efectuaba los escrutinios.
Las medidas adoptadas por el gobierno nacional, a pesar del parte de tranquilidad siguen dando de qué hablar, lo que muchos consideran un plebiscito en contra del gobierno de Gustavo Petro, otros aseguran que ganó la corrupción representada en los clanes políticos regionales, lo que sí debemos estar seguro es que estas elecciones estuvieron marcadas por la violencia y las prácticas corruptas de siempre, lo que nos indica que estamos muy lejos de derrotar mediante el arcaico proceso que utilizamos para ejercer el derecho al voto popular estos flagelos
Ahora la prueba de fuego reside en la capacidad de aceptar los resultados, llamando al respeto por la vida, los bienes públicos y, sobre todo, a construir y fortalecer nuestras expresiones democrática en paz con quienes resultaron vencedores en los comicios.
Nerio Luis Mejía
Sobre el autor

Nerio Luis Mejía
Pensamientos y Letras
Nerio Luis Mejía es un líder comunal, defensor de los Derechos Humanos, quien ha realizado de manera empírica un trabajo de investigación acerca de las causas que han propiciado -y siguen alimentando- el conflicto armado y social colombiano. Mediante sus escritos, contextualiza las realidades territoriales.
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