Opinión

Premios Alfonso Cortés Marroquín

Jorge Nain Ruiz

31/05/2024 - 05:25

 

Premios Alfonso Cortés Marroquín
Alfonso Cortés Marroquín, un divulgador del Vallenato en Colombia / Foto: El Tiempo

 

Desde que se crearon los premios Latin Grammy, hace 24 años, y luego el compositor guajiro Felix Carrillo Hinojosa consiguiera que nuestra música folclórica también hiciera parte de ellos, se vino una lluvia de premios en la música colombiana, iniciando en la capital, y siguiendo luego con los premios en Barranquilla, y recientemente en Valledupar. En fin, se pusieron de moda los premios en la música vallenata.

No creo que este tipo de eventos se hagan con animo exclusivamente comercial, mucho menos lo que afirman algunos que se hacen con el propósito de blanquear recursos. De lo que sí estoy seguro es que es otra de las maneras que los amantes y cultores de la música hemos encontrado para reunirnos, celebrar, abrazarnos, felicitarnos y demostrarnos afecto mutuo.

En el marco del pasado Festival de la Leyenda Vallenata, tuve la fortuna de asistir a la gala de entrega de dos importantes premios en el vallenato, el primero se llama los Upar Awards en el centro de convenciones Crispín Villazón de la ciudad de Valledupar y el segundo, Alfonso Cortés Marroquín, en el restaurante Compae Chipuco en la capital del vallenato.

Hoy he querido contarles intimidades de este último evento. Hace 42 años conocí en Bogotá a quien yo llamo “El cachaco que más sabe de vallenato”, el señor Alfonso Cortés Marroquín, un boyacense que ha dedicado toda su vida a tocar acordeón, componer y cantar vallenato, también a visitar los distintos rincones de Colombia donde realizan festivales de este género musical y en todos de ellos ha sido jurado.

Este señor, en todo el sentido de la palabra, se ha dedicado a organizar parrandas y reuniones que giran alrededor de nuestra música, se critica, se canta, se toca, se explica, se estudia, se profundiza sobre vallenato, y, como si fuera poco, adquirió también una casa en Bogotá que convirtió en museo de este género musical.

Alfonso Cortés tiene en su casa-museo cualquier cantidad de instrumentos vallenatos, así como fotografías, audios y videos en diversos formatos y ese museo en Bogotá es el lugar obligado a visitar para quienes amamos esta música.

A “Poncho”, como cariñosamente le llamamos, nos lo encontramos donde haya evento de vallenato y en Valledupar ni se diga. Lo abordé en el pasado festival y le pregunté por su museo, me contó que su esposa Marta, médica de profesión, le había preguntado qué haría ella con todos esos instrumentos del museo el día que Dios lo llamara a rendir cuentas y que él había encontrado la respuesta adecuada.

Se había traído 4 reliquias de acordeones de una y dos hileras para iniciar la entrega de los premios que llevarían su nombre y que, en el 2024, ya tenía los folcloristas a quienes premiaría ese año: Wilfredo Rosales, Hernando “El Kuky” Riaño, el joven Víctor Navarro y, oh sorpresa, Jorge Nain Ruiz. Esa ceremonia hermosa, sencilla, modesta, íntima, humana y ese acordeón que me entregó “Poncho” ha sido uno de los regalos más hermosos y representativos que he recibido en mi vida. 

Colofón: Sé que muchos están esperando que me pronuncie en esta columna sobre las diatribas de quienes por estos días atacaron al vallenato, el seudo-periodista prepago Nestor Morales sobre Omar Geles y un tal Felipe Priast al parecer otro costeño “chiviao” que ni sabe dónde está parado, pero yo le escuchaba a mi abuelita un adagio popular que aplicó a rajatabla: “Al bagazo poco caso”.

 

Jorge Nain Ruiz

@jorgenainruiz  

Sobre el autor

Jorge Nain Ruiz

Jorge Nain Ruiz

Vallenateando

Jorge Nain Ruíz. Abogado. Especializado en derecho Administrativo, enamorado del folclor Vallenato, cantautor del mismo. Esta columna busca acercarnos a una visión didáctica sobre la cultura, el folclore y especialmente la música vallenata. Ponemos un granito de arena para que la música más hermosa del mundo pueda ser analizada, estudiada y comprendida.

@jorgenainruiz

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

Para Roko

Para Roko

  Ha pasado una semana. No sé cómo describir o explicar este dolor. Todo se mezcla o entrecruza y duele. La ausencia física produc...

El sol y el agua son más que una metáfora

El sol y el agua son más que una metáfora

  El amor y el dolor son las dos expresiones humanas de mayor poder de convocatoria. El amor es un sol sin penumbra, que sin quemar...

"Panorama Cultural es el avatar moderno de un Quijote"

  Todo aniversario marca un hito en la historia personal de un individuo, independientemente de si es un ser humano, un animal o un p...

La estruendosa caída de Alfonso López Pumarejo (2)

La estruendosa caída de Alfonso López Pumarejo (2)

  De manera que “el Muelón”, como lo llamaban sus opositores, por razón de sus dientes largos, disfrutaba nuevamente en el Pala...

La parranda y la mujer

La parranda y la mujer

Se celebra esta semana el Día Internacional de la NO Violencia contra la Mujer, instituido por Naciones Unidas, quien ha organizado ...

Lo más leído

El origen de la deliciosa tres leches

Verónica Machado | Gastronomía

Las tuquecas de cualquier lugar

Rodrigo Rieder | Medio ambiente

Un paseo por el cementerio San Miguel de Santa Marta

Joaquín A. Zúñiga Ceballos | Turismo

La narratividad en las canciones de Luis Enrique Martínez Argote

Luis Carlos Ramirez Lascarro | Música y folclor

Poética de Carlos Vives en el Canto vallenato

José Atuesta Mindiola | Música y folclor

Contiendas en la música vallenata

Luis Carlos Guerra Ávila | Música y folclor

La crónica en el Caribe colombiano

Lina Vega-Estarita y Marta-Milena Barrios | Periodismo

Aquella “Sombra perdida” que encontró El Binomio de Oro

Juan Rincón Vanegas | Música y folclor

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados