Otras expresiones

“Me burlo de la muerte cada vez que tengo la oportunidad”

La exposición “La pequeña muerte” se inauguró a principios de junio en la Alianza Francesa de Valledupar con una notable curiosidad de parte del público. Las fotografías que conforman esta exposición hablan del suicidio desde diversos ángulos y eso no podía dejar a nadie indiferente.

Algunas sonrisas y otras expresiones de incomodidad fueron las reacciones más notables. En un momento en el que el suicidio se presenta como un problema actual en el departamento del Cesar quisimos saber más acerca del proceso creativo del autor, Leonardo Fernández.

Con esta entrevista, entendimos que este trabajo responde a una necesidad de entender cuáles son los factores que llevan a una persona a desear la muerte y a construir escenas estrambóticas como las que aparecen en las fotografías.

¿Cómo le surgió la idea de una exposición fotográfica acerca de escenas absurdas sobre el suicidio?

La idea surge al enterarme del suicidio de mi abuelo. Es algo que no lograba entender: ¿Cómo se puede llegar a tal punto? Además, me encontraba con personas que conocían a un familiar, un amigo o un conocido que también lo había hecho.

Mirando a las fotografías, tenemos la sensación de que los protagonistas quieren irse de este mundo de un modo único, casi cinematográfico. Entonces, ¿Por qué el título “La pequeña muerte”?

El contenido de las fotografías está pensado de forma cinematográfica. Son escenificaciones ficticias. Le apuesto mucho a la ficción y la posibilidad de jugar con la realidad. Creo que esto brinda la posibilidad al espectador de completar la historia, que la imagen tenga múltiples tiempos, es decir pasado y futuro son elaborados por quien observa a partir de estímulos o pistas. Me gusta pensar en la idea de detener el tiempo.

La “Petite Mort” es un instante que tiene lugar después del orgasmo, donde mueres por un periodo muy corto. Por otro lado, existe la idea de que muchos suicidas sienten gran excitación sexual cuando están muriendo, como una forma de reducir el dolor. En este sentido es una forma de ligar el placer. Es como una forma de ironía. Además, todo en las imágenes está cuidadosamente construido, todo muy controlado, como si hubiese un ritual previo.

Antes de iniciar este proyecto, ¿Preparó usted un guion de muertes posibles o se inspiró en algún trabajo existente?

Gran parte de la inspiración podría venir del cine, pero para cada una realicé un guion, una posible historia que las carga de sentido. Algunas historias tienen relación con casos reales, claro exagerando y agregando elementos.

¿Su trabajo puede considerarse una crítica o una burla al suicidio?

Es posible que las dos. Por un lado estoy en desacuerdo, creo que es una forma aparatosa de resolver un problema, por esta razón quizá los métodos para suicidarse en las fotos sean así, son absurdos. Por otro lado está la ironía, son pequeños chistes, llevan procesos tan complejos y elaborados, como las trampas del coyote intentando cazar al correcaminos. Uno sabe desde el principio que van a fracasar.

En Valledupar hemos tenido en los últimos meses algunas noticias alarmantes acerca de suicidios en cadena y posibles pactos entre jóvenes para morir. ¿Cree que su obra puede invitar a reflexionar sobre el suicidio e incluso ayudar personas a alejarse de esa idea?

No creo en la casualidad, creo que todo está donde debe estar en su momento. Un ejemplo: casi no logro concretar la exposición. El envío se complicó al principio, me fracturé la clavícula y no pude viajar. Pero finalmente, las fotografías están en la Alianza Francesa, como si hubieran luchado por llegar, tenían que estar allí, me encantaría que sirvieran para que personas que están considerando el suicidio como una opción lo replantearan.

¿Cuáles han sido los comentarios más inesperados que ha recibido sobre esta exposición?

Creo que siempre ha habido una pregunta recurrente ¿te has querido suicidar? A lo cual siempre respondo: “No, amo vivir. Me encanta disfrutar cada momento, por eso me burlo de la muerte cada vez que tengo la oportunidad”. Y termino con una sonrisa.

¿Qué trabajos fotográficos tiene proyectado para el futuro? ¿Tiene pensado seguir con el tema de “La pequeña muerte”?

Creo en la fotografía como una forma de catarsis. Bueno, el arte en general. Es una forma de sanar el mundo, o nuestro mundo. Con cada serie que realizo siento que sané algo que me perturbaba, creo que el suicidio es un tema que ya está sanado. En este momento estoy trabajando en un nuevo proyecto que involucra a la mujer como víctima de agresiones de todo tipo, genero, físicas, machismo, entre otras. Agresiones con las que estoy en completo desacuerdo, y continuando de alguna manera con “La Pequeña Muerte” estoy planeando una serie sobre episodios psicóticos, creo que el suicidio tiene un poco de locura que me interesa indagar.