Otras expresiones
"La Cultura debería ser la columna vertebral de la sociedad": María Victoria Celedón
Desde ese febrero del 2016, cuando María Victoria Celedón Simón asumió el compromiso de convertirse en la directora ejecutiva de la corporación Biblioteca pública Rafael Carrillo Lúquez, supo la gran responsabilidad que tenía entre sus manos. Una responsabilidad con Dios, pues ante todo es una mujer creyente y en él escuda cada día, sueño o propósito que emprende; el compromiso con sus paisanos, especialmente con los más pequeños y, por supuesto, el compromiso con ella misma porque se exige para brindar siempre lo mejor.
Dirigir los destinos de una de las entidades culturales más importante, por no decir, que la más significativa del Cesar, es una tarea que no cualquiera está en posición de hacer. Sin embargo, para ella, una amante de las letras, la cultura y la formación a comunidades, es una pasión disfrazada de deber porque la asume con tanta entrega que el avance de su gestión ha dado fructíferos resultados en los procesos llevados a cabo por la Corporación en los últimos años en el departamento.
Ella, graduada como comunicadora social de la Universidad INPAHU de Colombia, con estudios en comunicación organizacional en la Universidad Jorge Tadeo, ha obtenido experiencia en el campo administrativo gerenciando varias empresas entre ellas ‘Macondo Radio’ y frente a diferentes jefaturas de talento humano.
Panorama Cultural dialogó con María Victoria Celedón para hacer una radiografía de su gestión frente a una de las organizaciones de orden cultural y educativo más dinámicas del departamento del Cesar.
Cuando llegó al cargo, ¿cuál era el estado de la Biblioteca?
Cuando uno asume estos compromisos, tiene que estar agradecido de estar ahí y saber que, así sea una entidad privada, tiene que rendir cuentas. Lo primero que hicimos fue poner la casa en orden, tratamos de organizar un equipo que fuera acorde con las necesidades que tenía la biblioteca en ese momento. Ahí encontramos el apoyo del señor gobernador, quien nos dio carta blanca para darle un perfil diferente al político a la institución. Eso fue maravilloso porque vengo trabajando con ese mismo equipo de 17 personas durante todos estos años; equipo que se ha venido formando de la mano del Ministerio de Cultura y sus entidades adscritas, puesto que los procesos culturales no son de un mes o de un año y requieren de personas capacitadas para tal fin.
Nos organizamos en la parte económica también porque necesitábamos muchos recursos para hacer lo que queríamos hacer. En eso nos apoyamos en las gestiones de la primera dama del departamento, Edna María Vigna; de pronto las mujeres somos más sensibles a todos estos campos. Desde allí nos han apoyado porque no nos han visto como la cenicienta del cuento. Así que, primero tengo que agradecer a Dios por permitirnos hacer el trabajo. Segundo, al gobernador y su esposa por apoyarnos en la parte económica para salir de las deudas en las que encontramos esto, superar las deficiencias y comprometerse con todos los procesos que hemos adelantado y tercero, al equipo que logramos conformar que ha sido fundamental.
Como directora, ha hecho gestiones importantes ante entidades nacionales en Bogotá para fortalecer las acciones de la Biblioteca. ¿Cómo ha sido ese trabajo?
Apenas llegamos y nos dimos cuenta de lo que teníamos, cómo lo teníamos y qué queríamos hacer, me fui a Bogotá a tocar puertas en el Ministerio de Cultura para las diferentes expresiones culturales que se dan en el departamento. Lo primero que conseguimos fue la donación de 12 mil cuentos que no habían llegado al territorio, eso fue importante para nosotros. Nos metimos de lleno en la Red Nacional de Bibliotecas Públicas a ser parte activa porque, de lo contrario, no podíamos saber cuál era el norte que quería el Ministerio de Cultura a través de la Biblioteca Nacional.
¿Cuál es ese norte?
Fortalecer la red de bibliotecas del departamento del Cesar; gestionar bibliotecas para los municipios en los que no existían y a las que estaban deficientes, darles el impulso.
¿Cuál fue el aporte de las alcaldías de los municipios del Cesar para el logro de esas bibliotecas? ¿Los alcaldes realmente comprenden la importancia que sus comunidades cuenten con estos espacios culturales?
El 50 por cierto de los alcaldes lo comprenden. En el 2016 empezamos a trabajar en la construcción de la biblioteca del corregimiento de Sabana Grande en Curumaní con el apoyo del rector del colegio ‘Cristián Moreno Payares’ porque el lote era del colegio, esa fue inaugurada en el 2017, al igual que la de San José de Oriente en La Paz, la alcaldesa Andrea Ovalle ya tenía el proyecto aprobado en el Ministerio de Cultura. Visitamos el lugar con la jefa de infraestructura del Ministerio y, cuando ya teníamos el presupuesto listo, se nos presentó un inconveniente con el terreno y necesitábamos 70 millones más, y, si se solicitaban al Ministerio, había que retroceder un año y medio con las gestiones, pero la alcaldesa comprendió desde el principio la importancia del tema y asumió los recursos.
En Chimichagua, ya había una biblioteca, pero la fortalecimos, la alcaldesa Maritza Pérez de recursos propios le puso los aires e hizo lo que yo pienso que un buen alcalde tiene que hacer, que es construir y adecuar centros culturales porque es a través de la Cultura que nos fortalecemos todos los ciudadanos. Está en proceso el Centro de Memoria–Biblioteca Indígena, que se está haciendo en Simonorua, en la Sierra Nevada de Santa Marta, que esperamos inaugurar en el primer semestre de este año y la biblioteca de La Gloria, cuyo proyecto se presentó en el 2018 y que también esperamos entregar antes de finalizado el 2019.
Para todos los que tienen el honor de ocupar algún cargo público, la Cultura debería ser la columna vertebral de la sociedad, más en estos países donde la población no lee. Entonces, si la gente cuenta con espacios agradables, bien dotados y con lugares donde interactuar, se fortalecen las comunidades y se forman seres humanos con mente y corazón llenos de información positiva.
Con los recursos que llegaron con el Plan Fronteras de la Cancillería, en el 2016, 2017 y 2018 se hicieron dotaciones a diez bibliotecas en primera infancia en computadores, tabletas, sillas, mesas, libros y archivadores. Este año pensamos en otras diez y así terminar con la cobertura de bibliotecas públicas ubicadas en el departamento del Cesar, aunque cada vez, las bibliotecas necesitan más cosas porque así mismo, las necesidades de la comunidad van en aumento.
En el caso específico de Valledupar, la Corporación Biblioteca Departamental ‘Rafael Carillo Lúquez’ asume la carga de una biblioteca municipal que no existe en este momento…
Valledupar, por su extensión y por los habitantes que tiene, necesita tener urgentemente al menos, una biblioteca en cada comuna. Por ejemplo, en Medellín, hay bibliotecas como ésta o más grandes en una comuna, biblioteca de tres y hasta de cinco pisos con toda su dotación que prestan un servicio maravilloso a sus comunidades.
Sin duda, La Biblioteca Nacional de Colombia ha sido un aliado estratégico en su labor.
A través de la Red Nacional de Bibliotecas Públicas, tratamos a aprovechar toda la oferta, por ejemplo, en los últimos tres años tuvimos una tutora designada por el Ministerio de Cultura para la visita a cada una de las bibliotecas municipales para revisar y asesorar el trabajo que estamos realizando desde estos centros culturales. Para este año ya está confirmada la visita en las 32 bibliotecas públicas del departamento.
En el 2017, trajimos por primera vez, la reunión nacional de coordinadores departamentales de la Red Nacional de Bibliotecas Públicas. Nunca se había trasladado esta formación a Valledupar. Nos visitaron aproximadamente 50 coordinadores entre departamentales, locales y distritales. En esa reunión, por supuesto, nos acompañó la coordinadora nacional, Consuelo Gaitán. Con esa reunión, lo que hicimos fue poner al Cesar en el mapa nacional y que el Ministerio de Cultura volteara los ojos a nuestro territorio. Con todo el esfuerzo hacemos la tarea.
Hemos participado todos estos años en los congresos nacionales de bibliotecólogos que se realizan en Bogotá. En el 2018, llevamos 18 de los 32 que tenemos en el departamento, no se pudo mandar a todos, pero hemos tratado de llevar a los que están haciendo bien la tarea. La idea es que las personas encargadas de nuestras bibliotecas estén capacitadas para brindar el mejor servicio a los usuarios.
Las bibliovacaciones se han convertido en uno de los programas más efectivos y con más usuarios de la Biblioteca Departamental, ¿Cómo se ha ido configurando el programa?
La primera que hicimos fue en junio del 2016, empezamos con 32 niños de estratos uno, dos y tres. Ya, en las últimas que se realizaron en diciembre del 2018, llegamos a 406 niños de todos los estratos sociales. Entonces, eso significa que las bibliovacaciones se han venido fortaleciendo por la oferta de actividades que ofrece a los pequeños y sus padres, pero especialmente, se ha convertido en un espacio de inclusión social donde niños y padres de todas las vertientes, comparten conocimientos y experiencias de vida. Con las bibliovacaciones empezamos a enseñarle a los niños que por medio de los libros pueden transformar su vida, su mente, su familia y su comunidad.
¿Influyó la construcción de la sala infantil Gary Neil Drummond en el fortalecimiento de las bibliovacaciones?
Esa sala fue una de las primeras gestiones que realicé. A los pocos días de recibir el cargo, el 15 de marzo de 2016, visité al doctor Alfredo Araujo y le di a conocer las condiciones de la sala. Después le comenté al gobernador y en un almuerzo que él tuvo con el presidente de la Drummond, me invitó para que le comentara personalmente. Almorcé con ellos y posteriormente, los invité a tomarse un tinto en la biblioteca, les mostré la sala. A cambio le propuse la realización de unos conversatorios y talleres dirigido a profesores de los municipios de su área de influencia y por supuesto, que la sala llevara el nombre del fundador de su empresa.
Empezamos los procesos del convenio. Nosotros le hicimos entrega del espacio y ellos nos regresaron esa sala hermosa, que ha sido de bendición para los niños porque es la preferida de ellos, sus papitos y abuelitos. Al principio, les costaba, por ejemplo, entrar sin zapatos y no comer dentro de ella pero ya se acostumbraron y ellos cuidan mucho la sala. La adecuación vino con juegos, mobiliario y libros en español e inglés, que sin duda sí ha influido en el éxito de las bibliovacaciones por todas las actividades que podemos ofrecer en esa sala.
Hablemos de los índices de lectura. ¿Teniendo en cuenta que Colombia es un país que no lee, han aumentado los índices de lectura en el Cesar?
El año pasado los índices subieron de 2,9 libros por año a 3,2 a raíz de ‘Leer es mi cuento’. En Europa, cada persona lee 14 libros. En países como Finlandia, Suiza y Noruega, leen 28 o más, así que falta mucho por hacer. Los índices en el departamento daban ganas de llorar, en el Cesar se le pregunta a un joven qué lee y la respuesta es: “hago las tareas”; es decir, que los jóvenes no leen más allá de lo relacionado con sus deberes académicos.
La sorpresa en el Cesar es que son los niños los que más leen. El niño aprende a leer y si lo guían, sigue leyendo. Le siguen las personas entre los 30 y 46 años de edad. En el 2016 empezamos los talleres de lectura ‘Voces para la paz’ y nos dimos cuenta de eso. En estos tres años, hemos visto que los préstamos de libros han ido en aumento, pero un aumento considerable. En el 2015 no registra, pero ya en el 2018 se registran más de cuatro mil libros prestados al año que las personas se llevan a sus casas. Eso significa algo. Que en buzón encuentre quejas o sugerencias sobre un libro en particular; eso significa que la persona viene, quiere y le interesa que ese título esté en la biblioteca.
Cuando abro el buzón y encuentro quejas, me pongo contenta porque eso significa que a la gente le está interesando que la biblioteca se convierta en su segundo hogar. Las bibliotecas se tienen que convertir como en la antigua Grecia que eran las casas de todo el mundo. De ahí que aparecieran los grandes pensadores como Platón, Sócrates, etc. Las bibliotecas deben ser espacios donde la gente llegue cuando esté alegre, triste o disgustada, cuando quieran leer, investigar, pero también a compartir en tertulias.
Entonces, que el préstamo externo haya subido y no solo en Valledupar, es muy satisfactorio. En Valledupar, en el año 2018, el libro que más se movió en préstamo externo fue ‘Cien años de soledad’ y el ‘Código Civil’, posiblemente se deba a que en el año 2017 la biblioteca hizo maratones de lectura en voz alta en conmemoración a los 50 años de la novela del Nobel en varios puntos de la ciudad. Esos datos se obtienen de ‘La llave del saber’ que es un sistema de información para la generación y análisis de datos asociados a los servicios y acciones de las bibliotecas que participan de la Red Nacional.
Los concursos literarios organizados por la Biblioteca han ganado reconocimiento en los últimos dos años, ¿a qué se debe?
Aunque en el año 2016 no pudimos hacer los concursos, en el 2017 retomamos el concurso de cuento corto que ya venía con nueve versiones y creamos los de poesía y del cuento infantil que para el 2018 se dividió en dos categorías. En el 2018, se entregaron premios por más de 30 millones de pesos. A cada ganador se le entregó un premio de cinco millones 500 mil pesos; uno de los mejores premios que se entregan en todo el país de esta naturaleza. A los premiados en el concurso infantil se le entregan computadores, tabletas y libros porque no está permitido entregarles dinero.
Todo eso es un esfuerzo que se hace desde la biblioteca departamental porque queremos que el escritor se sienta importante para la sociedad y que su ejercicio es fundamental para el desarrollo de la misma. Escribir es un don que Dios le regala a la persona, pero al final, es un trabajo grande e importante. Entonces, si otorgamos premios de esa magnitud, el público lo va a percibir de esa manera, que el escritor no es el loco ni el desocupado que se sienta a escribir, sino que la persona tiene que tener unos conocimientos para construir y plasmar sus pensamientos en sus libros. Para este año vamos a incluir el concurso de crónica.
Otro de sus logros en el 2018 fue la presentación de la revista ‘Bajotinta’, ¿cómo fue su nacimiento?
La revista es un hijo para mí. Veníamos luchando en hacer una revista porque la Corporación merecía tener una publicación propia donde escriba quien quiera escribir, como lo quiera y sobre el tema que quiera escribir, y que a la gente le llegue ese producto. Los artículos pasan al Consejo y si gustan, se publican porque no tiene tinte de ningún tipo.
La revista tiene una publicación trimestral. La primera salió en noviembre, ya la próxima sale en febrero, ya la edición está amasándose para meterla al horno. Ahora pensamos llegar hasta el ‘Hay Festival’ para hacer entrevistas y escribir sobre el tema. La siguiente sí viene con la temática del Festival Vallenato.
Vamos a hacerle ajustes para mejorarla, pensamos fortalecerla por eso está metida en el presupuesto de este año para garantizar su publicación porque no debe ser un gusto de María Victoria Celedón Simón sino que quien esté al frente de la biblioteca sepa que debe institucionalizarse.
La Corporación también ha ofrecido una programación extensa con otras entidades como, por ejemplo, la que sostienen desde hace varios años con el Banco de la república, ¿esas alianzas seguirán abiertas para este año?
Nosotros seguimos en alianza con el Banco de la República a través de la doctora Amparo Bello Dávila y este año, seguiremos trayendo a la comunidad todos esos conciertos de artista nacionales e internacionales que brinda esa entidad a nivel nacional.
La alianza con el Sena también nos ha fortalecido. Hemos empoderados a muchas mujeres a través de los cursos que se dictan aquí con el convenio que tenemos con esa entidad. Utilizamos nuestros espacios y ellos nos mandan a sus instructores. De esa manera hemos beneficiado, sobre todo, a esa población joven vulnerable que tiene dificultades para acceder a la educación superior.
La Corporación Biblioteca Departamental se ha convertido en la casa de la Radio Nacional en el Cesar, ¿Cómo se dio ese proceso?
Me llamó un día el gerente anterior de RTVC (Sistema de Medios Públicos), el doctor José Jorge Dangond para solicitarme el espacio, pero como la Biblioteca es una entidad privada cuyas instalaciones son de propiedad de la Gobernación del Cesar, acordamos con el señor gobernador y, luego, me reuní con el doctor Dangond en Bogotá. Se hizo el convenio por tres años, empezando desde el 2017, en el que cada parte aporta algo físico porque no se habló de dinero. Ni ellos nos pagan ni nosotros le cobramos.
Yo creo que es una gran oportunidad porque, por medio de la Radio Nacional, todo el país se entera de lo que hacemos en el departamento. Ahí también sale a relucir mi profesión como periodista, que fue precisamente en la radio donde empecé en el programa ‘Las 20 románticas de Caracol’, luego me metí en la parte administrativa cuando fui gerente de ‘Macondo Radio’.
Recientemente se supo de la llegada a Valledupar de ‘La Hamaca Grande’, la exposición más grande que se ha realizado hasta el momento sobre la música vallenata tradicional. La iniciativa de traerla fue de la Biblioteca Departamental, ¿cómo fue ese proceso?
El día que inauguraban ‘La Hamaca Grande’ en la Biblioteca Nacional de Colombia (10 mayo de 2018), yo tenía una reunión en el Ministerio de Cultura y me fui el día antes porque quería estar. Ese mismo día fui a donde la doctora Consuelo Gaitán, directora de la biblioteca y radiqué una solicitud donde indicaba que los cesarenses teníamos el derecho legítimo de apreciar la exposición luego de terminada la muestra en Bogotá. La dejé, pero nunca recibí respuesta de ese oficio, sin embargo, le había comentado al señor Gobernador.
En diciembre, me llama la directora regional de Prodeco, María Isabel Campo Cuello y me dice que había conversado con el gobernador porque querían traer la exposición a la Biblioteca ‘Rafael Carrillo Lúquez’ a través de un convenio que tienen con la Gobernación del Cesar. Así pues, nos reunimos a finales de diciembre aquí en mi oficina con el escritor Alonso Sánchez Baute y el museógrafo José Vidal, quien hizo el montaje en Bogotá. La semana pasada tuvimos otra reunión en Bogotá también con el equipo de Estudio Mapping, los encargados de hacer los montajes a Prodeco para coordinar todo lo pertinente.
La exposición estará en Valledupar días antes de la inauguración del Festival Vallenato. Ese día haremos un conversatorio en horas de la mañana y en la tarde, se realizará un cóctel de lanzamiento de la exposición a las 6 de la tarde.
Es una exposición grande, ¿cómo han pensado distribuirla en espacio de la Biblioteca?
La intervención comienza en marzo porque hay que pintar paredes. El punto Vive Digital se va a trasladar porque toda esa área se va a intervenir. En ese espacio se exhibirá el componente audiovisual de la exposición. En el área de recepción, se colocará el palo de mango para que las personas escuchen las entrevistas, la música, etc.
Luego de una sugerencia mía, en los vidrios que están ubicados en la recepción se le rendirá homenaje a las mujeres empoderada de hace cincuenta años que apoyaron la creación y expansión del Festival Vallenato. La exposición será exhibida de la misma manera que en Bogotá, esa será la única variación. Ésta será distribuida solo en el primer piso. Además, se tendrán dos exposiciones itinerantes en las bibliotecas de Becerril y La Jagua de Ibirico sobre ‘La Hamaca Grande’.
En alguna oportunidad, le escuché decir que quería recuperar la sala de exposiciones para los artistas plásticos del departamento. ¿Cómo avanza esa gestión?
Como la Drummond donó a la Biblioteca la sala infantil y como estamos organizando la exposición de ‘La Hamaca Grande’ con Prodeco, pues, les he comentado para que ellos nos ayuden a recuperar la sala de exposiciones. Los artistas plásticos de Valledupar y el Cesar merecen una sala de exposiciones digna, como Dios manda. En esas conversaciones estoy.
En el año 2017 hice contacto con varias empresas privadas para ver si lográbamos esa recuperación a través de sus programas de responsabilidad social empresarial. No me gustaría irme de aquí sin que esa sala de exposiciones estuviera inaugurada, ya que hemos dejado de traer exposiciones grandes y muy buenas porque los artistas no merecen estar exhibidos en los pasillos. Aunque hay algunos artistas que sí se someten pero a mí me da pena porque es como no darles la importancia que merecen. De todas formas, en el año 2018, logramos hacer nueve exposiciones.
Aspiro que este año sí sea la gran inauguración de la sala de exposiciones, aprovechando que el punto Vive Digital lo vamos a trasladar para otra zona de la biblioteca porque también es importante ofrecer ese servicio a la comunidad.
Samny Sarabia
@SarabiaSamny
1 Comentarios
Excelente gestión
Le puede interesar
La morriña de las palabras
En mi última publicación en este medio de difusión cultural, me ocupé brevemente de denotar ciertas expresiones *dudosas*, que ...
Entrevista a Alba Luz Luque-Lommel: “El teatro Cesar debe ser restaurado”
En el patio de la casa de la señora Alba Luz Luque-Lommel crecen unos árboles y unas plantas maravillosas, característicos de la reg...
Mirando a Latinoamericana para la gestión de la crisis económica
Más allá de consideraciones de índole filosófica, la identidad latinoamericana se construye en un paisaje de crisis económica, s...
El ministerio de Cultura rinde sus cuentas
Durante las jornadas de rendición de cuentas de este pasado fin de semana, el equipo de gobierno de Juan Manuel Santos recorrió una g...
Los pendones que avivan la ciudad de Valledupar
Desde el primero de septiembre, los monumentos más representativos de la capital del Cesar han roto con el silencio que los envuelve h...