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La Cultura en su laberinto: testimonios de un sector de Valledupar en plena pandemia

Johari Gautier Carmona

21/06/2021 - 05:50

 

La Cultura en su laberinto: testimonios de un sector de Valledupar en plena pandemia
Una vista al monumento Revolución en marcha, en la plaza Alfonso López de Valledupar / Foto: PanoramaCultural.com.co

 

En medio de una pandemia de tamaño inesperado, la Cultura ha sido posiblemente el más afectado de todos los sectores sociales y económicos. Sentada desde tiempos inmemoriales sobre las emociones de actividades y manifestaciones que juegan diestramente con la mirada y los espacios públicos, que viven de la palabra y del encuentro, que respiran con el contacto del público y de su ilusión, que se alimentan de los comentarios de expertos y curiosos, la Cultura se ha visto –de repente– condenada al encierro y la incomunicación, encorsetada en un traje asfixiante y obligada a la fría y lejana virtualidad de un mundo que, ahora, restringe los movimientos. La Cultura se ha visto forzada a ser su antítesis: sobrevivir lejos del corazón y la mirada de la gente.   

En el caso de Valledupar, en un contexto de crisis continua y de escasa inversión, el paradigma de la Cultura se ha hundido en una mayor desesperanza. La fragmentación que impone la pandemia del coronavirus se ha unido a la fragmentación habitual de un gremio que sobrevive y pelea por migajas. El distanciamiento de los sucesivos confinamientos se ha superpuesto al distanciamiento histórico causado por la falta de políticas culturales. El silencio impuesto por el cese de muchas agendas culturales se ha sumado al silencio impuesto por los favoritismos de gremios y administraciones que invitan exclusivamente a sus conocidos.

De la economía naranja sólo queda el vago recuerdo de una ilusión que duró unas pocas semanas. Y, sin embargo, en medio de todo esto, artistas y gestores culturales siguen creando, abriendo sendas, renovando contactos y desarrollando estrategias para que su arte y sus procesos creativos lleguen más allá de la esquina de sus talleres, hogares o lugares de trabajo. La pandemia los ha puesto a prueba en un ejercicio urgente de transformación dictado desde las nuevas tecnologías y para las nuevas tecnologías.

En una época en que todos luchan contra la “muerte repentina” –o desaparición forzosa–, ejemplos de superación y resistencia no escasean. Muchas veces, incluso, la Cultura florece en estos periodos de escepticismo. A continuación, presento siete testimonios de artistas y gestores de Valledupar que han hecho del amor al arte el único lema posible frente a las consecuencias nefastas de covid-19.

 

José Luis Molina, El Turri. Pintor y profesor 

El artista José Luis Molina en la Casa Arte de Valledupar / Foto: PanoramaCultural.com.co

“Desde la época en que era estudiante en Bellas Artes, los que trabajaban en las actividades culturales en el departamento, hablaban de su crisis, y esa crisis se debía a que no había apoyos estatales y que la gente no consumía sus productos. Pasaron los años, el Covid ha supuesto una serie de restricciones en cuanto a movilidad y reuniones, pero en cuanto a comercialización todo está igual que antes. Los precios son supremamente bajos y estamos en un estado de supervivencia. Se trata de vender un trabajo para comer y pagar los servicios.

Esta situación es producto de varios factores. Entre ellos, destaca el hecho que, a nivel del municipio de Valledupar, no ha habido espacios de educación para la población en materia de apreciación artística. No hay museos adonde se pueda llevar a los estudiantes y donde se sensibilicen frente a las diferentes manifestaciones artísticas. Entonces, independientemente de la formación de las personas de la ciudad, los habitantes tienen relativamente poco contacto con las actividades artísticas y, por lo tanto, no son consumidores de arte. En la ciudad, de pronto, los que más consumen las actividades artísticas son los que menos pueden adquirirla: los estudiantes.

Creo que esta situación que vivimos hoy se va a repetir porque, sencillamente, este trabajo de sensibilización social –que se requiere para que los individuos comiencen a apreciar el arte–, la ciudad no lo promueve. No existen espacios que fomenten este tipo de ciudadanos. Por poner un ejemplo, la ciudad no tiene coleccionistas y los coleccionistas son los que impulsan la actividad artística".

 

Mary Daza, escritora y periodista 

La escritora Mary Daza / Foto: PanoramaCultural.com.co

"Escribir poesía es un reto. Especialmente, lograr el proyecto que se tiene en mente. Hay situaciones que nos llevan a buscar salidas a grandes escollos que se atraviesan. En esta época de pandemia por el covid-19 –la “peste moderna”, como yo la llamo–, los retos van más allá del acto de escribir. Editoriales temerosas de publicar por el bajón en las ventas, librerías cerradas durante el confinamiento, las ventas a domicilio que sólo usan los grandes lectores, y para presentar el libro que se escribió con esfuerzo y con ilusión hay que hacerlo todo de manera virtual. Ya no hay ese contacto con ese lector, con esa gente, que viene a escuchar.

¿Qué hay que hacer? Yo creo que seguir escribiendo y saber que cada uno en su escrito, durante la pandemia, está haciendo un libro de historia, porque, quiera o no, hace alusión a la enfermedad que afecta al mundo y al universo. A veces pienso que la pandemia en sí no es un reto tan grande, porque hay tranquilidad para escribir. Pero cuando se ven familiares y amigos que se van, se escribe entonces con el alma transida con mucho dolor. Buscar una solución es difícil, no ha podido la ciencia. Se está apenas ensayando. Entonces, ¿al escritor qué le toca? Contar lo que está ocurriendo".

 

Beto Murgas, museólogo y folclorista  

El museólogo Beto Murgas en su casa-museo / Foto: PanoramaCultural.com.co

“Es evidente que uno de los sectores más disminuidos ha sido el de la Cultura, con sus diferentes ramificaciones –la música, los museos, los cines, donde haya aglomeraciones–, y sabemos que lo que estamos viviendo es una realidad. Nos hemos sentido afectados de diferentes formas. Por supuesto, nosotros hemos dejado de atender los turistas nacionales e internacionales que ya se venían acostumbrando a visitarnos por obvias razones.

No obstante, nosotros también nos hemos ingeniado formas de actuar a través de la virtualidad. Hemos hecho algunos programas con el ministerio, con algunas empresas privadas, hemos logrado transmitirles a ellos nuestro recorrido porque algunos tenían intención de venir, pero algo que nosotros tenemos claro es que somos acatadores de las medidas gubernamentales, me refiero a salud y al aspecto económico y social. Cuando ellos determinan esas medidas, nosotros estamos muy pendientes, y como todos, estamos deseando que esto se termine.

Lo que hay que destacar es que hemos logrado a través de muchos medios de comunicación promocionar el museo. Hemos logrado participar de muchos programas con la televisión –por Caracol, Telecaribe y otros medios–, que, sean como sean, nos mantienen vigentes. Hemos logrado también contactos con algunas personas y hemos tenido algunas donaciones que nos dan importancia.“

 

Sanmy Sarabia, periodista y gestora cultural. Directora de la Filarmónica del Cesar 

La comunicadora y gestora cultura Samny Sarabia / Foto: PanoramaCultural.com.co

“Los retos son muchos y variados, pero los más importantes son los temas de la financiación de lo que hemos venido desarrollando durante más de 6 años y el tema de adaptarnos. El proceso de la tecnología y todos estos avances virtuales que se iniciaron con la pandemia, son un reto mantenerlos, mejorarlos, fortalecerlos cada día.

Sabemos que esto es algo de largo aliento, y, aunque haya iniciado el programa de vacunación, no se sabe cuánto tiempo va a demorar. Por eso, tenemos otro reto como sector de poder articularnos entre los diferentes proyectos y diferentes manifestaciones. Es una tarea que tenemos pendiente incluso desde antes de la pandemia. Ser un sector más productivo, más organizado, un sector en el que las distintas manifestaciones puedan dialogar entre sí, es algo que no se ha logrado en el Cesar y es uno de los grandes retos que tenemos.”

 

Jair Maya, dibujante y caricaturista  

El caricaturista Jair Maya / Foto: PanoramaCultural.com.co

“La pandemia no ha sido fácil. Y no ha sido fácil desde mucho antes de la pandemia. En la ciudad de Valledupar, la Cultura siempre ha sido la cenicienta en medio de todos los procesos, aunque uno insiste y se desborda en querer afrontar la situación como artista. El trabajo que se hace (en el sector artístico) es totalmente diferente a lo que hace la gente para sobrevivir, pero esto no es suficiente.

En este tiempo, como artista, Jair Maya lleva tiempo sin vender una obra. A mí me ha tocado buscar otras alternativas para vivir, y doy gracias a Dios, que es el que me ha ayudado y abierto ciertas puertas. Pero uno como artista quiere vender lo que hace.

Sabemos que Valledupar no es una plaza para vender obras de arte, también hay que entender la situación del país que viene desde mucho antes y con esta pandemia la ciudad ha caído en una decadencia sin precedentes donde, incluso, los dueños de negocio han tenido que cerrar o resistir hasta quebrar. Uno sigue insistiendo, persistiendo, mirando otras perspectivas.

La web es la que nos permite mostrar nuestro trabajo al público, y por ahí, el público puede apreciar y valorar todo el proceso de creación. Por ahí también seguimos construyendo, esperando que en algún momento se pueda vender el trabajo como tal con el precio y el valor que uno le da. Pero Jair Maya, gracias a Dios, ha tratado de vivir. Tengo la fe puesta en Dios, voy creciendo cada día más, construyendo mi trabajo. He tenido que salir a veces para otras partes para mostrar mi trabajo. He tenido la oportunidad a través de la “Revista Colombiana”, donde abrieron el espacio, pero en medio de la crisis que vive Colombia, realmente no sé cómo venden los artistas gráficos”.

 

Nina Paola, directora de cine  

La cineasta Nina Paola Marín / Foto: UDES

“Nuestra experiencia frente a la pandemia fue algo sorpresiva, a nivel humano fue una cosa muy impactante porque justo cuando me entero que estoy embarazada, un mes después llega la pandemia. Justo cuando termino mi película, un mes después revienta pandemia. Fue impactante porque era la incertidumbre, eran los miedos. El mundo estaba en una tensión muy alta y era levantarnos cada día y decirnos para dónde vamos.

Ante esta dificultad, mi productor, Oscar, y yo quisimos cambiar y decir: no podemos pensar como todo el mundo. Tenemos que ver la virtud de este momento tan difícil y ver qué podemos sacar de esto, qué aprendizajes podemos tener, y en efecto, este pensamiento nos ayudó a expandirnos un poco y fue, en términos generales y en términos creativos, muy buenos a nivel cinematográfico. Muy bueno porque en el 2020 pudimos presentar nuestra obra a distintos festivales. Además, esta virtualidad nos permitió muchas cosas, entre esas, editar mis películas a distancia, supervisar la edición.

En el 2020, cambiamos el chip. El Estado también abrió convocatorias para la ayuda a los artistas. Nosotros pensamos que había que apuntarle a todo esto y, en efecto, presentamos una propuesta al Ministerio de Cultura y ganamos con un corto documental que se llama “El destino juglar”. También con Mintic ganamos otra convocatoria para hacer otro cortometraje (Cuaderno de vallenato). También este 2020 pude terminar de graduarme de arte dramático y sostener una tesis que, para mí, fue una sorpresa súper grata. Ganamos una convocatoria en la alcaldía sobre dramaturgia y mi productor, Oscar Alvarado, también ganó con un ensayo sobre la Música vallenata y literatura. Fue un año productivo en términos generales.

Hemos tratado de mantenernos unidos de la mano y transmitirle esto a nuestros hijos también. Ha sido un año de mucho proceso creativo. Ya tengo dos series acabadas y alrededor de 4-5 cortometrajes escritos. Ha sido un año para crear, y bueno, fue difícil en el sentido de que estaba esperando un bebé, pero eso me dio las fuerzas para decir: “Debemos continuar. El arte no puede parar. La virtualidad y el conocimiento no deben parar, y justamente la virtualidad nos ha permitido expandir el conocimiento y conocer a gente a nivel internacional, acceder a talleres, transmitir conocimiento. El mundo ha abierto una senda nueva. 

El Cine ha encontrado otro nicho con el streaming. El cine puede llegar a muchas partes del mundo sin necesidad de entrar a una sala y mucha gente puede acceder a esto. En este sentido hemos sido muy afortunados.”

 

Deiler Arzuaga, dramaturgo y director de Maderos Teatro  

El dramaturgo Deiler Arzuaga / Foto: PanoramaCultural.com.co

“Para nosotros la reapertura de Maderos Teatro ha sido motivo de mucha emoción. Volver a encontrarnos con el público es la razón de ser de nuestro proceso creativo. El teatro es un arte que cumple su misión en la convivencia, y nos hemos preparado duramente para este reencuentro. De esa manera hemos llamado este nuevo inicio: “Reencuentros”. Hemos acondicionado y preparado la casa y la sala de teatro con este tema de bioseguridad, para poder brindar las mejores condiciones en este momento que exige la salud a nivel mundial.

Reabrir ha traído sus costos económicos. Maderos Teatro sobrevivió durante la pandemia gracias a las becas de las cuales ha sido beneficiado, becas a las que se ha participado mediante convocatorias locales y nacionales. Es necesario tener en cuenta que, con estos recursos, no sólo se ha subsidiado a este cuerpo de artistas profesionales que hacen parte del proyecto cultural, sino también la casa Maderos Teatro, la estructura física, ésa que permite la investigación, creación y duración del teatro.

Nuestro primer reto siempre será brindar al público un trabajo elaborado, desde la búsqueda sincera y disciplinada, espectáculos teatrales que mantengan un diálogo abierto con nuestro entorno sociocultural. Nuestro segundo reto es continuar formando un público para el teatro en Valledupar, y eso se hace desde la muestra continua de este arte con el encuentro incesante de la obra con el espectador. El tercer reto es seguir luchando de manera autónoma por el teatro, construyendo un proyecto cultural que esté lejos de los caprichos del político de turno. Eso sí, recordándole siempre a nuestros gobiernos locales los derechos que tienen los artistas de la ciudad. Derecho a poder acceder a los recursos que por ley deben ser direccionados a los diferentes sectores del Arte. Creemos que la medida debe ser la construcción de una política cultural al lado de todos los gremios, una que nos permita acceder a esos recursos por igual, sin buscar padrinos, madrinas, o rogarle toda una vida a la virgen. No podemos permitir que el sector de las Artes siga arrodillado, conducido a la mendicidad con cada cambio de gobierno. El sector de las Artes no puede seguir recibiendo humillación de parte de los mandatarios. Nuestros gobiernos no pueden decir que trabajan al lado de los artistas cuando en realidad los han olvidado.”

 

Johari Gautier Carmona

@JohariGautier  

Sobre el autor

Johari Gautier Carmona

Johari Gautier Carmona

Textos caribeños

Periodista y narrador. Dirige PanoramaCultural.com.co desde su fundación en 2012.

Nacido en París (en el distrito XV), Francia. De herencia antillana y española. Y, además -como si no fuera poco-: vallenato de adopción.

Escribe sobre culturas, África, viajes, medio ambiente y literatura. Todo lo que, de alguna forma, está ahí y no se deja ver… Autor de "El hechizo del tren" (Ediciones Universidad Autònoma de Barcelona, 2023), "África: cambio climático y resiliencia" (Ediciones Universidad Autónoma de Barcelona, 2022), "Cuentos históricos del pueblo africano" (Ed. Almuzara, 2010), Del sueño y sus pesadillas (Atmósfera Literaria, 2015) y "El Rey del mambo" (Ed. Irreverentes, 2009). 

@JohariGautier

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