Patrimonio

La Villa del Rosario (Venezuela), hermanos perijaneros y el Festival Un canto a la Sierra

Luis Carlos Guerra Ávila

21/05/2025 - 05:15

 

La Villa del Rosario (Venezuela), hermanos perijaneros y el Festival Un canto a la Sierra
Villa del Rosario, Zulia, Venezuela / Foto: Skyscraper

 

Del otro lado de la Serranía del Perijá, exactamente al sur del estado Zulia, Venezuela, se celebra este 21 de mayo de 2025 el Día Mundial de la Diversidad Cultural para el Diálogo y el Desarrollo.

Para conmemorarlo, la Fundación Canto a mi Sierra (Funcasierra) ha organizado un festival binacional, en cabeza del señor alcalde Ely Ramón Atencio Brito y Felix Tico Goidas Morales, presidente de la fundación Funcasierra invitando a los municipios con los cuales comparte frontera, entre ellos Codazzi (Cesar, Colombia), que, a través de la Fundación Somos Codazzi, se vinculó con una canción-video ecológica y con la memoria histórica de sus acciones.

Por este motivo, fueron galardonados con la máxima mención que consiste en un reconocimiento a personalidades destacadas de la vida cultural y ecológica, inspirados en los principios de la UNESCO y en la fuerza de nuestra querida Sierra de Perijá (Venezuela) y Serranía del Perijá (Colombia), concebidas como un solo gran ecosistema cultural.

Además, el evento contará con una Exposición Artística en la galería “Naturaleza Vida”, con obras de la artista plástica Mery Sandrea, en el estilo de mozaiquismo. La muestra titulada “Pinceladas de Diversidad Cultural” es una celebración de la fauna, la flora, la espiritualidad y el legado ancestral.

En la modalidad de “Canción inédita - Video ecológico”, se inscribió este humilde servidor con la canción “Al cielo imploro”. El festival realizó el siguiente análisis literario y explicó por qué decidió premiarla con el galardón “Hijos de la Sierra”: Una canción profundamente humana que transforma el dolor rural en arte ecológico, donde la voz de su autor se eleva desde la tierra herida como un canto de conciencia, denuncia y esperanza.

Un canto desgarrado desde la tierra herida: cuando la canción se convierte en plegaria ecológica

En la vasta y dolorosa sinfonía de la devastación ambiental, pocas composiciones musicales logran transformar la impotencia colectiva en una expresión estética tan vívida y conmovedora como “Al cielo imploro”, del cantautor Luis Carlos Guerra Ávila. Esta obra no es solo un tema musical: es una letanía campesina, un grito ancestral que brota desde las entrañas mismas de la tierra violentada. El autor, con un lenguaje directo y cargado de sensibilidad poética, convierte su canción en una plegaria que sacude conciencias y desafía la indiferencia.

I. Descripción lírica: la crónica de un desplazamiento ambiental

Yo estaba bien. Tenía mi cultivo. Cuidaba a mis hijos y a mi mujer.

Desde sus primeras frases, la canción nos transporta a la cotidianidad de una vida campesina sencilla y digna. La escena es idílica: el cultivo, la familia, el burrito, el café... Todo encarna una relación armónica con la naturaleza, una espiritualidad rural que da sentido a la existencia. Pero esa armonía se quiebra abruptamente con un “de pronto” que marca el ingreso del desastre:

Irrumpió la maquinaria.
Destruyendo las montañas, la flora y la fauna
.”

La maquinaria no es solo símbolo de destrucción física, sino emblema del progreso malentendido: ese que atropella sin escuchar, que borra paisajes y memorias, que reemplaza el cielo azul por un “color negro que todo lo acaba”.

II. Análisis simbólico: el canto como denuncia y elegía

Luis Carlos Guerra no escribe una canción protesta tradicional. Su tono no es de rabia directa, sino de súplica, de lamento bíblico:

“.”Impotente al cielo imploro.
De rodilla a veces lloro,
pero negras salen mis lágrimas
y aquí no pasa nada”

Aquí, el canto se aproxima al lamento del profeta Jeremías, aquel que “lloraba por las ruinas de Jerusalén”. Esta súplica es también una denuncia que atraviesa las estructuras de poder: la impunidad, la negligencia gubernamental, la mercantilización del territorio. Por “unos cuantos pesos”, dice el autor, “respiramos menos y se agota el agua”. El costo es irreversible, pero la reacción es pasmosa: “Aquí no pasa nada. Y nadie dice nada.”

III. Emoción y estética: una herida que canta

Lo que vuelve a “Al cielo imploro” una obra profundamente persuasiva no es solo su mensaje, sino la forma en que está dicho. La voz campesina, humilde, esperanzada, es el narrador confiable de una verdad silenciada. El autor no necesita recurrir a metáforas barrocas. Su lenguaje es el de la tierra: la mochila, la casita de barro, la fuente donde pescaba, el bello amanecer. Todo ello conforma un imaginario que es a la vez idílico y trágico. Porque ya no está. Ha sido arrasado.

También se secó la fuente
donde yo pescaba
...”

En este verso se sintetiza la desolación: la fuente, símbolo de vida, ahora es polvo. El pescador ya no tiene río, y el amanecer está cubierto de hollín.

IV. Perspectiva académica: ecología, estética y ética

Desde una visión académica, el tema puede leerse como una intersección entre la ecoestética y la ecoética. “Al cielo imploro” no solo representa la belleza de la vida rural antes del impacto extractivista, sino que plantea interrogantes morales urgentes:

  • ¿Qué legitimidad tiene un modelo de desarrollo que arrasa los modos de vida tradicionales?
  • ¿Qué responsabilidad ética tenemos ante la destrucción de hábitats y culturas?

Este tema se enmarca en la corriente del arte ecológico comprometido, donde la canción deja de ser entretenimiento para convertirse en testimonio. A través de una estética campesina, Luis Carlos Guerra Ávila entra al debate global sobre el cambio climático, la minería a cielo abierto y la justicia ambiental.

V. Conclusión: del canto a la conciencia

“Al cielo imploro” es, en esencia, una oración. No una oración de resignación, sino de resistencia espiritual. Su voz no es la de quien se ha rendido, sino la de quien, entre lágrimas y silencios, aún cree que se puede salvar lo que queda.

El nombre Luis Carlos Guerra Ávila se suma a la lista de trovadores que, con dignidad, siembran conciencia allí donde otros solo extraen riqueza.

Este tema debe ser escuchado no solo con los oídos, sino con el corazón. Y más aún: debe ser compartido, debatido, cantado. Porque mientras esta canción exista, no todo está perdido.

Este festival será transmitido vía internet el miércoles 21 de mayo de 2025, a partir de las 9:00 a. m. (hora venezolana), a través del canal de YouTube: https://www.youtube.com/@perijavosyyo.

Un abrazo fraternal para nuestros hermanos perijaneros del otro lado de la Serranía del Perijá.

Este festival no solo celebra la diversidad cultural, sino que reafirma el vínculo histórico, espiritual y ecológico que une a nuestros pueblos a ambos lados de la serranía. La Sierra de Perijá no es una frontera, sino un puente vivo que conecta memorias, luchas y esperanzas compartidas.

Desde cada canto, cada obra de arte, cada testimonio, resuena la voz de quienes aman su territorio y defienden su identidad. Que este encuentro binacional sea el comienzo de nuevas alianzas culturales, ecológicas y humanas en favor de un futuro más justo y sostenible para nuestras comunidades.

Les invitamos a ser parte de este canto colectivo por la vida, por la memoria y por la Sierra que nos hermana.

Mi abuelo y la sierra

De niño, mi abuelo me enseñó

a mirar la sierra con amor.

Detrás de sus cumbres, vi salir el sol

y brotar el agua que Dios nos donó.

 

—¿Qué habrá del otro lado?—

a veces me preguntaba,

mas nunca imaginaba

que allí vivía un pueblo hermano.

 

Se llama La Villa del Rosario,

y al igual que nosotros,

son perijanos.

 

Cuando respiro su aire,

y el viento me habla al oído,

llegan mensajes antiguos,

llenos de cantos, trovas y cuentos,

desde aquel lado lejano

a donde me enseñó a mirar… mi abuelo.

 

Luis Carlos “Tachi”Guerra

Sobre el autor

Luis Carlos Guerra Ávila

Luis Carlos Guerra Ávila

Magiriaimo Literario

Luis Carlos "El tachi" Guerra Avila nació en Codazzi, Cesar, un 09-04-62. Escritor, compositor y poeta. Entre sus obras tiene dos producciones musicales: "Auténtico", comercial, y "Misa vallenata", cristiana. Un poemario: "Nadie sabe que soy poeta". Varios ensayos y crónicas: "Origen de la música de acordeón”, “El ultimo juglar”, y análisis literarios de Juancho Polo Valencia, Doña Petra, Hijo de José Camilo, Hígado encebollado, entre otros. Actualmente se dedica a defender el río Magiriamo en Codazzi, como presidente de la Fundación Somos Codazzi y reside en Valledupar (Cesar).

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

El “Desfile de los genitores” en Ocaña: desde 1959 hasta hoy

El “Desfile de los genitores” en Ocaña: desde 1959 hasta hoy

  Es posible que los bellos recuerdos que aún conservo de ese grandioso espectáculo que celebran los amigos ocañeros a través d...

La leyenda del silborcito

La leyenda del silborcito

  Los relatos de tradición oral están despareciendo con nuestros ancianos, porque poco se hace por recuperarlos. Una leyenda autén...

Las fiestas del 20 de enero en Sincelejo: historia y orígenes de las corralejas

Las fiestas del 20 de enero en Sincelejo: historia y orígenes de las corralejas

  Los orígenes de las fiestas en corralejas proceden de la cultura española en América, también ýacen más allá, en la misma cu...

Los 85 años del emblemático palo de mango de la plaza Alfonso López en Valledupar

Los 85 años del emblemático palo de mango de la plaza Alfonso López en Valledupar

  Hace muchos años en la canción ‘Ausencia sentimental’ el compositor Rafael Manjarréz Mendoza, lleno de la más absoluta nost...

La tradición del Pesebre y la Novena de aguinaldos en Colombia

La tradición del Pesebre y la Novena de aguinaldos en Colombia

  El “Nacimiento”, también llamado el Portal, el Pesebre” o el Belén”, es uno de los símbolos más clásicos de la Navidad...

Lo más leído

Calixto Ochoa Campo: de corregido a Maestro

Juan Cataño Bracho | Música y folclor

Los grandes triunfos de Freddy Molina

Eddie José Dániels García | Música y folclor

Historia del formato de gaitas y tambores: el ejemplo de San Jacinto

Jéssica Rosalba Villamil Ruiz | Música y folclor

Juan Muñoz, correo y juglar

Arnoldo Mestre Arzuaga | Música y folclor

El papel de los insectos y las abejas en los ecosistemas

Diodato, L; A. Fuster y M. Maldonado | Medio ambiente

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados