Patrimonio

Aspectos históricos relacionados con la iglesia y parroquia de Pedraza

Álvaro Rojano Osorio

26/06/2025 - 05:15

 

Aspectos históricos relacionados con la iglesia y parroquia de Pedraza
La iglesia de Pedraza, Magdalena / Foto: archivo particular del autor

 

La fundación de Pedraza, en el Magdalena, es producto, entre otras razones, de la inquietud del obispo de Santa Marta, Anselmo José Fraga y Márquez, por reunir en un solo lugar a un grupo de personas que se ubicaban en el paraje denominado Pedraza. Éstas, según el obispo, se encontraban sin guía espiritual y control de autoridad, es decir, eran “arrochelados”, término que, según Herrera (1998), se utiliza para referirse a los pobladores, por lo general pobres, cuya organización social y espacial no se ajustaba a los parámetros establecidos por el estado colonial.

La iniciativa del obispo surgió el 27 de octubre de 1790, cuando venía de consagrarse como prelado en Cartagena y se movilizaba hacia Santa Marta a través del Canal del Dique y, luego, por  el río Magdalena. Fue yendo por el río y saliendo de San Joaquín de Barranca Nueva del Rey, como puerto obligado en el Bajo Magdalena al ir o venir desde Cartagena, cuando observó al lado oriental de esta arteria al grupo de personas, ubicadas en el paraje Pedraza, que se dedicaban a cultivar el campo y criar animales domésticos.

Eran 26 familias que se habían ubicado en ese lugar desde 1785. En su mayoría, provenían de los Montes de María y, algunas, del Cerro de San Antonio, según documentos firmados por Lázaro de Robles, capitán a guerra de Guáimaro y de Cerro de San Antonio.

Tras arribar a Santa Marta, el prelado le planteó al visitador de la provincia de Santa Marta, Manuel Rubianes, la necesidad de reunir en una localidad a estas personas. También lo conminó a que facultara al teniente de gobernador, capitán a guerra, justicia mayor y comandante de milicias del partido del rey, Pablo José Torregrosa, para que fundara una población.

En la comunicación, el prelado mencionaba el estado en el que vivía un grupo de personas ubicadas en el paraje Pedraza, a las que identificaba como dispersas, sin la menor sujeción a la disciplina cristiana y civil. Almas con las que se podía formar un pueblo que viviera con arreglo a las leyes y a los dogmas cristianos, y con quienes, además, podían aprender lo necesario para que sus habitantes, desde la primera edad y juventud, se educaran conforme a las enseñanzas cristianas y se acostumbraran al trabajo, al cultivo del campo.

La autorización para que Torregrosa y Escalante fundara el pueblo, la hizo basado en los títulos 5 y 6 del libro de las municipalidades.

El 1º de diciembre de 1790, Torregrosa y Rubianes estuvieron en Pedraza y se reunieron con los colonos, a quienes les informaron sobre el propósito que tenían de fundar una localidad en ese lugar. También les comunicaron que los gastos que generaran la construcción de las viviendas, la iglesia, la manutención de los pobladores, mientras realizaban las tareas comunitarias, incluidas la de trazar las calles y carreras, iban a ser sufragados por los funcionarios. Ese mismo día los empleados de la colonia y los colonos hicieron el estudio del suelo donde harían la fundación.  

El 11 de enero de 1791 regresó Torregrosa al paraje y anunció que a partir de esa fecha se daba por fundada la población de San Pablo de Pedraza. De inmediato, iniciaron la construcción de 16 viviendas y luego fueron edificadas 6 más; todas con palma y cañas. La capilla fue hecha con los mismos materiales de las casas.

El nombre dado a la población tiene que ver con el del fundador, Pablo, que le fue dado por haber nacido en Cartagena el 25 de enero de 1753, día en el que Pablo de Tarso se convirtió al cristianismo, así como de la costumbre española de anteponer un nombre de santo a las localidades que iban fundando.

Del nombre Pedraza podemos colegir lo siguiente: que era el apellido de algún antiguo poseedor de estas tierras o que tiene relación con las características geográficas del montículo donde hicieron la fundación. Este había sido un terreno que, según los funcionarios coloniales con asiento en Cerro de San Antonio, era ocupado por indios chimilas que lo utilizaban para asaltar embarcaciones que iban por el río.

A la nueva población le fue dada la condición legal de parroquia, por lo que sus habitantes podían contar con el derecho a ser elegidos como justicias, participar en cabildos, tener propiedades y alcanzar, como vecinos, la posibilidad de contar con un sacerdote permanente. Además, el derecho de gozar de dignidades vedadas a pueblos habitados por negros o indios. Lo de la condición administrativa y eclesiástica debió ser una exigencia de los colonos con los que se fundaba, entendiendo que entre ellos no había negros ni indios.

El mismo día de la fundación, Torregrosa y Rubianes se dirigieron a Cerro de San Antonio, donde se reunieron con las autoridades civiles y militares locales, comunicándoles sobre lo realizado, lo que fue rechazado y demandado ante el gobernador de Santa Marta. Los argumentos fueron variados, entre ellos, que no le podían dar la condición de parroquia estando a cuatro leguas de Cerro de San Antonio. Esto no sería factible debido a que por disposición legal los pueblos recién fundados y ubicados a esa distancia de las cabeceras, solo podían recibir la condición de curato. Los curatos eran circunscripciones de tipo eclesiástica que tenían su origen en la doctrina de indios tributarios y que, reconocidos por el estado colonial, dividían el gobierno de todos los territorios que comprendía la jurisdicción.

Tras el análisis de los argumentos de los demandantes y demandados, el gobernador José Astigarraga se pronunció el 26 de marzo de 1791, decretando la destrucción de los edificios mandados a hacer, sin admitir excusa o dilación. El encargado de ejecutar la orden y de notificar a Torregrosa fue el capitán Lázaro de Robles.

El 16 de abril de 1791 un grupo de hombres liderados por Yanuario Camacho, Lázaro de Robles y Manuel Bolívar, desembarcaron, en horas de la mañana, en la nueva fundación y, armados con hachas, machetes y fusiles, destruyeron todas las edificaciones existentes. Tras los hechos, Juan Muñoz y Victoriano Altahona, en representación de los demás habitantes de la destruida población, solicitaron al gobernador de Cartagena que les permitiera ubicarse en San Joaquín de Barranca Nueva del Rey.

El 2 de diciembre de 1791, el virrey, en providencia declaró precipitada y contraria a las leyes de la humanidad la comisión dada por el gobernador de Santa Marta a Lázaro de Robles de destruir a San Pablo de Pedraza, y ordenó su reconstrucción. En 1791 fueron censadas las familias residentes en San Joaquín de Barranca Nueva del Rey y, de las 26 que fueron incluidas en este procedimiento, regresaron 21 a la nueva fundación. El 13 de marzo de 1792 iniciaron los trabajos de reconstrucción de las viviendas y el trazado de las vías públicas. El 28 de marzo comenzó la edificación de la iglesia en el sitio conocido como “la Ceiba,” ubicado a 1 km río arriba del lugar donde se ubicaba Pedraza, y que es el lugar donde se encuentra la población desde 1802.

La ubicación de la iglesia en el sitio conocido como “la Ceiba” tenía como base la decisión del gobierno colonial de permitir su existencia fuera del lugar donde había sido fundada la localidad. Esta disposición había sido tomada después de que los cerranos apelaron el pronunciamiento del virrey. Lo hicieron argumentando, principalmente, que las tierras donde había sido ordenada la reconstrucción eran de su propiedad. Para entonces, los límites entre poblaciones se marcaban a partir de los cerrojos de las iglesias, concediéndole una más, después de las cuatro leguas de distancia entre una y otra, a los vecinos de ambas poblaciones. Entre los cerrojos de ambas iglesias había la distancia que garantizaba la inexistencia de conflictos; sin embargo, los cerranos mantuvieron su oposición a la fundación.

La iglesia, una vez terminada fue bendecida por el obispo Anselmo de Fraga y Márquez, el 31 de julio de ese año.  Acto litúrgico en el que, además, bautizó y confirmó a niños residentes en la comunidad. En esta visita, designó como sacerdote temporal de la parroquia al sacerdote Domingo Salazar, perteneciente a la Orden de los Ermitaños Descalzos. Después, lo fue en propiedad el cura José María Lozano, al que le asignaron un salario de $30.ooo mensuales.

Después de que los pedraceros se mudaron para la ceiba, en 1802, en la nueva población, la plaza fue trazada de manera cuadricular y la iglesia, ubicada al frente de ella y mirando hacia el río Magdalena, fue construida con paredes de barro y techo de palma. Las campanas, fundidas en 1798, estaban colgadas de un árbol de guayacán que hacía de campanario. Posteriormente, a este edificio le fue reemplazado el material del techo por un material que entonces era moderno, el cinc. A principios del siglo XX, el árbol de guayacán fue sustituido por un campanario de madera.

En 1936, el municipio puso en venta el baldío El Mico para edificar una iglesia. Los recursos obtenidos con la compra hecha por Nicolás Cure fueron invertidos en el levante de unas paredes de mampostería que derrumbó un vendaval. A mediados de los años cincuenta se hizo efectivo el anhelo de contar con un edificio de mampostería (imagen 8) hecho con dineros ahorrados, de la construcción del Palacio Municipal, por la administración encabezada por el alcalde Eduardo Guzmán.

La condición eclesiástica de parroquia desapareció en 1812, cuando la población fue destruida por los patriotas de Cartagena asentados en Barranca Nueva, debido a que los pedraceros eran adeptos a los realistas. Hubo que esperar hasta 1819, cuando la gobernación de Santa Marta, a solicitud del sacerdote José Alemán, la restableció con el argumento de ser útil a los intereses de la iglesia católica en el río Magdalena.

En Pedraza el santo venerado ha sido san Pablo (imagen 121) cuya efigie fue adquirida en la última mitad del siglo decimonónico en la orilla del río Magdalena, hasta donde unos escultores ecuatorianos habían llegado con el fin de negociarla. Las fiestas patronales inician el 24 de enero, considerado como la víspera, debido a que la fecha del santo o día principal es el 25 de enero: día en el que se produjo su conversión al cristianismo. A las fiestas patronales, que se extendían hasta el 28, les fue suprimido este día por disposición del sacerdote Gutiérrez.

La actual edificación, concluida en los años cincuenta, recientemente fue declarada monumento histórico departamental.

 

Álvaro de Jesús Rojano Osorio

Sobre el autor

Álvaro Rojano Osorio

Álvaro Rojano Osorio

El telégrafo del río

Autor de  los libros “Municipio de Pedraza, aproximaciones historicas" (Barranquilla, 2002), “La Tambora viva, música de la depresion momposina” (Barranquilla, 2013), “La música del Bajo Magdalena, subregión río” (Barranquilla, 2017), libro ganador de la beca del Ministerio de Cultura para la publicación de autores colombianos en el portafolio de estímulos 2017, “El río Magdalena y el Canal del Dique: poblamiento y desarrollo en el Bajo Magdalena” (Santa Marta, 2019), “Bandas de viento, fiestas, porros y orquestas en Bajo Magdalena” (Barranquilla, 2019), “Pedraza: fundación, poblamiento y vida cultural” (Santa Marta, 2021).

Coautor de los libros: “Cuentos de la Bahía dos” (Santa Marta, 2017). “Magdalena, territorio de paz” (Santa Marta 2018). Investigador y escritor del libro “El travestismo en el Caribe colombiano, danzas, disfraces y expresiones religiosas”, puiblicado por la editorial La Iguana Ciega de Barranquilla. Ganador de la beca del Ministerio de Cultura para la publicación de autores colombianos en el Portafolio de Estímulos 2020 con la obra “Abel Antonio Villa, el padre del acordeón” (Santa Marta, 2021).

Ganador en 2021 del estímulo “Narraciones sobre el río Magdalena”, otorgado por el Ministerio de Cultura.

@o_rojano

4 Comentarios


Leonardo Fabio Castillo 26-06-2025 02:04 PM

Excelente escrito Alvarito gracias por ilustrarnos al hablar de nuestros antepasados

Jorge Santander Perea 26-06-2025 04:16 PM

Gracias mi hermano por ilustrarnos tanto de ese pasado muy buen una historia que no conocía

Eder Medina 26-06-2025 06:17 PM

Que bueno , conocer más, saber el origen y la historia de nuestro pueblo. Felicidades Alvarito.

María estela bolaño villa 27-06-2025 06:42 AM

Super muchas felicidades ,rico saber nuestras historias

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