Patrimonio

El humor: patrimonio inmaterial del ser vallenato

Redacción PanoramaCultural.com.co

23/09/2013 - 10:30

 

De lo que se comentó en el conversatorio “Al oído del público” durante el V Mes del Patrimonio en Valledupar, podemos reflexionar durante semanas y meses. Podría ser incluso el motivo de ensayos o investigaciones periodísticas.

El Humor Vallenato tiene esa característica intangible que le resta valor a primera vista, que lo convierte en algo anodino porque no se le saca provecho de inmediato, y sin embargo es algo tan valioso como las composiciones de Leandro Díaz o Gustavo Gutiérrez.

Sobre lo adelantado, todos los panelistas invitados –artistas de primera línea de Valledupar– se pusieron de acuerdo. El cuentero William Morón, el director de cine John Bolívar, el mimo Boris Serrano y el profesor de dramaturgia Deiler Díaz confirmaron al unísono que el Ser Vallenato es un ser que exhala humor por todos los poros y que este humor nace sobre una tradición oral y una mezcla étnica especialmente rica en expresiones.

El conversatorio inició de manera insólita, con una serie de anécdotas y cuentos narrados en medio del público que, luego, se trasladaron paulatinamente al escenario. La sorpresa de los asistentes no pudo ser más explícita ante una entrada que ilustraba la creatividad y la capacidad de improvisación del ser Vallenato.

La gestualidad fue el primer tema abordado. El humor vallenato se construye innegablemente sobre una gama de movimientos aprendidos desde la infancia y que traslucen las expresiones o costumbres más diversas.

La típica escena del velorio donde las plañideras se enzarzan en una escena interminable de quejidos  fue interpretada por  William Morón para ilustrar esos gestos exagerados y llenos de gracia. Poco después, John Bolívar y Boris Serrano completaron el cuadro con una serie de gestos cotidianos -a veces totalmente inadvertidos- que contribuyen directamente al humor de un instante. El fruncido de cejas, el tornar de ojos, la boca torcida, la mano recostada en la cintura, el repiqueteo de un pie para mostrar impaciencia o un bufido extendido que implica frustración son la esencia de un diálogo vallenato.

La musicalidad y el acento del hablado vallenato fueron otros elementos importantes que John Bolívar resaltó a través de una serie de vivencias. Su larga experiencia en Bogotá le ha permitido entender la importancia que tiene el acento –y ese famoso “cantaito”– en la costa a la hora de expresar sentimientos como la alegría, la rabia o la congoja, pero también apreciar el contraste que existe con otras regiones de Colombia donde los diálogos son más monótonos.

El Valle de Upar se caracteriza, pues, por ser una tierra donde los diálogos son pura música improvisada pero, además, esa música se deriva en centenares de canciones que varían con cada población. William Morón ilustró esa gran diversidad interpretando una escena cotidiana en unos pueblos tan cercanos como Valledupar, La Paz o San Diego, y comprobamos que todos ellos tienen una manera muy auténtica de expresarse.

En cuanto a los personajes que nutren el humor y la fantasía del Ser Vallenato, el inventario necesitaría varios conversatorios parecidos ya que el listado es amplio. Sin embargo, era imposible eludir los nombres de Jorge Oñate o Rafael Escalona, personas que, además de influir notablemente en la cultura musical de la región, vivieron cada instante con un humor único.

La gran problemática que animó la velada se refería a la posibilidad de que el Humor Vallenato desapareciera al igual que otras tradiciones de la región (frente a la globalización y el crecimiento de medios de comunicación de masas). La posición de Deiler Díaz –apoyada por los ponentes– insistía en la necesidad de registrar y documentar lo que, hasta ahora, puede vivirse y palparse en las calles. El dramaturgo comparó el humor vallenato con el teatro: es una expresión que solo se da en el momento, cuando varias personas interactúan, pero luego desaparece.

De la misma forma, John Bolívar insistió en la necesidad de escribir teatro para salvaguardar todas esas pequeñas historias que pueblan la tierra del Valle. Es, de hecho, una tarea a la cual está dedicado con una notable inquietud.

 

Johari Gautier Carmona

Para PanoramaCultural.com.co

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

Otra historia para contar sobre el Festival de la Tambora y la Guacherna

Otra historia para contar sobre el Festival de la Tambora y la Guacherna

  Detrás de los eventos y procesos culturales que se han dado en el Caribe colombiano, sobre todo en esos festivales que pululan en ...

Paseando por las letras del himno de Valledupar

Paseando por las letras del himno de Valledupar

  "Maternal, centenaria y bravía. Luchadora en mestiza batalla. Guardan leyendas los acordeones del valle del cacique Upar". Así...

Pepe Castro, el cronista de la Plaza Mayor

Pepe Castro, el cronista de la Plaza Mayor

  Jose Guillermo ‘Pepe’ Castro (1926-2017), autodidacta, generoso y afable, de memoria fotográfica para contar con precisión y ...

¿Qué es la oralidad?

¿Qué es la oralidad?

  Al pensar en la oralidad es común relacionarla con el lenguaje hablado, con una manifestación vocal que se exterioriza fonéticam...

El “Desfile de los genitores” en Ocaña: desde 1959 hasta hoy

El “Desfile de los genitores” en Ocaña: desde 1959 hasta hoy

  Es posible que los bellos recuerdos que aún conservo de ese grandioso espectáculo que celebran los amigos ocañeros a través d...

Lo más leído

La historia detrás de la canción “La piragua” de José Barros

Alejandro Gutiérrez De Piñeres y Grimaldi | Música y folclor

La Muerte de Abel Antonio

Álvaro Rojano Osorio | Música y folclor

Los mejores comienzos de novela en español

José Luis Hernández | Literatura

El discutido origen de la arepa

Redacción | Gastronomía

Gabo Niña, Gabo Mujer

Yarime Lobo Baute | Opinión

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados