Patrimonio

San Antonio, el patrono del amor

María Ruth Mosquera

19/06/2015 - 06:40

 

San Antonio de Padua

–Él es el patrono del amor –le dijo Maye– Si usted le pide con fe, él le ayuda a conseguir un hombre bueno, amoroso.

–¿Es verdad lo que me dice? –preguntó Martina, enfatizando su interés en la conversación.

–La invito para que vaya y se dé cuenta por usted misma –dijo Maye y se despidió ondeando su mano derecha.

Lo que siguieron fueron días de intriga para la Martina, una joven de 19 años que aunque nacida en esta región, no había tenido noticias sobre este Santo al que la tradición religiosa le atribuye grandes poderes. Se dio a la tarea de indagar. Leyó sobre él, preguntó sobre sus favores y habló de nuevo con la mujer que había despertado su curiosidad por conocer este aspecto de la ritualidad de su cultura.

Encontró que es objeto de devoción en casi todo el mundo, que sus fieles acuden a él no solo para que les provea en asuntos del corazón, sino también para que los ayude con otros menesteres. “En La Mina, la creencia es que lo tenemos como patrono del amor; cuando quieren que les dé a su pareja, las mujeres le piden a él y él les cumple”, dice María Martínez, más conocida como Maye, una de las promotoras de las celebraciones que en honor a este santo hacen en este corregimiento del norte de Valledupar. Añade Maye que “cuando se pierde cualquier cosa, le pedimos a San Antonio, le ponemos la cintica roja y él nos da lo que le pedimos; entonces le quitamos la cinta y le prendemos las espermas. Sea una cadena, un animal o lo que sea, él lo hace aparecer”.

Los relatos de Maye acerca de San Antonio hacen parte de la ritualidad del Caribe colombiano, ya que en diversos lugares le rinden culto a San Antonio en este mes. El pasado domingo, 13 de junio, se celebraron misas en honor a este Patrono; no obstante, será esta semana, del 20 al 27 de junio, cuando se realizarán actividades culturales y deportivas en La Mina, en honor a San Antonio.

Otro de los hallazgos de Martina está contenido en el relato cantado de Rafael Escalona ‘La custodia de Badillo’, cuando hace mención a la desaparición de San Antonio, a manos de Enrique Maya, quien según los relatos orales de Valledupar, tomaba al Santo de la Iglesia y lo ponía en la mitad del río, le pedía que hiciera llover y no lo retiraba de ahí hasta que el deseo no estuviera cumplido. Y precisamente la iglesia de Badillo lleva el nombre de San Antonio de Padua, escogido por sus constructores (españoles) en la época de la colonia. El nombre de San Antonio se encuentra en barrios, colegios otros templos no solo del Caribe, sino del planeta entero.

Lo próximo que planea Martina es ir a La Mina a conocer de cerca la devoción de la gente, a ver cómo se transmite esta tradición a la población infantil, que será parte activa de la fiesta, en un campeonato deportivo. Allí, en la plaza La Esperanza, verá el altar de San Antonio y visitará la casa de Magali, la custodia de San Antonio, la réplica a la que acuden todos los devotos con sus peticiones y acciones de gracias.

Al dar una mirada histórica, se encuentra que el nombre real de San Antonio fue Fernando de Bulhões, quien nació en 1191 en Lisboa, Portugal, y murió a los 35 años en Padua, Italia, por lo cual se le dio el nombre de San Antonio de Padua, siendo venerado mundialmente por la iglesia católica. En mayo de 1232 fue canonizado por el Papa Gregorio IX y sus principales santuarios son la Basílica de san Antonio de Padua, en Italia, y la Iglesia de San Antonio de Lisboa, Portugal. Es conocido como patrono del amor y de los objetos extraviados.

 

María Ruth Mosquera

@sherowiya

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