Patrimonio
Las fiestas del 20 de enero en Sincelejo: historia y orígenes de las corralejas

Los orígenes de las fiestas en corralejas proceden de la cultura española en América, también ýacen más allá, en la misma cultura Cretomicénica del Egeo en donde el toro fue el animal sagrado, representativo de la fuerza y el poder. Los primeros espectáculos taurinos se dieron en Creta, que estos fueron representados en la fuerza del animal frente a la habilidad y destreza del hombre.
En la región caribeña, llega desde España a la par que el ganado. Estas fiestas datan de la época de la colonia, pero no como espectáculo taurino sino como una escuela de manejo del ganado. Estas labores, fueron empezadas en haciendas y se fueron convirtiendo paulatinamente en un espectáculo presenciadas por amigos, parientes e invitados del dueño. Se puede notar que estos eventos coincidían con fiestas patronales religiosas, y esto se hace aun en la mayoría de los pueblos.
“Las primeras fiestas de toros, como carralejas, tienen lugar en Sincelejo en octubre, el 3 de Octubre de 1845, en honor a su patrono San Francisco de Asís teniendo así, como primer escenario la plaza de San Francisco, y en ella se celebraron durante 85 años. Pasaron después a la plaza Majagual en el área urbana. En ese entonces, se jugaron toros criollos del ganadero Benito Jaraba, traídos de Caimito. A estos espectáculos populares se les añadió más adelante garrocheros a caballo con vara de cimbreadora, banderilleros y bandas de viento”, explica Ramiro de la Espriella.
Una corraleja es un escenario cerrado, con palcos en madera que albergan a los espectadores, para que disfruten del espectáculo al sonar de las bandas de músicos. En el ruedo, un indeterminado número de aficionados están listos para lidiar con 40 bravos toros de diferentes. Históricamente, las Corralejas han representado la tradición cultural y folclórica más importante del departamento de Sucre.
Las corralejas antes eran construidas de una forma más primitiva, pero no por esto menos segura; en la construcción de las corralejas se utilizan diversos materiales de acuerdo a la época y el crecimiento de estas mismas. Se utilizaban horcones de madera de monte “madrinas” y cañas de guaduas y estas son las que sostienen el cerco de la corraleja, amarradas horizontalmente de las primeras. Estos materiales eran apropiados para las épocas de antes, al ser las corralejas mucho más pequeñas y sin palcos; la gente se subía en ella también o se agrupaba a su alrededor. Con el trascurrir del tiempo, las corralejas crecieron, haciéndose mas complejas y hubo la necesidad de hacerlas mucho más cómodas para los espectadores que cada vez afluían en mayor número. Se adecuaron muchos más sitios para que estos pudieran ver los espectáculos sin ningún riesgo. Aparecieron los primeros palcos alrededor de la corraleja. Se utilizó al pasar el tiempo un nuevo material: las varas de mangle que eran más flexibles y resistentes.
Los palcos se fueron multiplicando con la masificación de las fiestas. Por ese motivo se empezó a construir corralejas con listones de madera llamados “varetas” que son sujetados con clavos y pernos para una mayor seguridad.
Esto, sin embargo, no previno una de las tragedias más significativas dentro de la historia de las fiestas en corraleja registrada el día 20 de enero de 1980, cuando los palcos de la plaza se vinieron abajo, trayendo en su caída y sepultando entre toneladas de madera y escombros a cerca de cuatrocientas personas entre las que se contaron hombres, mujeres y niños; debido al sobre cupo que existía esa tarde. Esta trágica tarde puso fin a la tradicional fiesta hasta el año 1999, cuando se reanudó.
Además del reinado del Fandango, carrozas y cabalgatas que se realizan en la capital de Sucre, los paragüeros, los banderilleros, los capoteros y, en especial, los garrocheros, son los protagonistas de estas corralejas en las que espectadores disfrutan desde sus palcos del espectáculo que año tras año se ve en esta bonita ciudad.
Karla Fajardo
Comunicadora social – Universidad Sergio Arboleda
1 Comentarios
Preciosa reseña histórica precisa, un abrebocas exquisito invitando a profundizar en tan apasionante ámbito del folclore y las tradiciones cuyos orígenes se pierden en la noche del tiempo. Mil gracias a su talentosa autora
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