Patrimonio
Secretos del sombrero vueltiao
¡Oh sombrero indiano!,
que así primero fuiste llamado,
originario de los indígenas Zenú,
quienes han poblado el río Sinú.
Sombrero voltia’o original,
con varios nombres llamado;
pero el de sombrero indiano,
para mí es el más raizal.
Sombrero vueltia’o o costeño,
sombrero sabanero o montiano;
también sombrero tuchinero,
hoy día sombrero colombiano.
En Sucre y Córdoba se gesta,
hecho en palma ‘e cañaflecha,
que lo usa pa’l sol el montiano,
así como el baquiano.
Sombrero que usa el corralero,
el parrandero ‘nato,
también el rocero,
y el alegre poblano.
Hoy día cualquier ciudadano,
sombrero vueltia’o ha de portar,
como un orgullo colombiano
que puesto to’s quieren llevar.
Son varios motivos pa’l uso
de un sombrero voltia’o,
antes pa’l sol en el cultivo
y en labores de macania’o;
Sombrero pa’ fiestar
en alegres corralejas;
y así poder vacilar
en las pueblerinas ferias.
Sombrero bien especial
no solo para ventiar,
también pa’ abaniquiar
en un sol canicular.
Un sombrero piquetero
pa’ poder echar vaina,
como el que está en el pueblo
en conquista de una dama.
Tiene como ninguno
un significado profundo,
lo dicen sus pintas puras,
que están en la encopadura.
Son patrones o figuras
que guardan buenos secretos,
de la cosmovisión y pensamientos
de una ancestral cultura.
Las pintas revelan cosas insignes,
tales como la fauna y la flora,
usos y costumbres aborígenes
de aquella vida de otrora.
Sombrero representativo,
en varios tipos de eventos,
porque es un sombrero festivo
que es el mejor portento.
En la cumbia colombiana
es el sombrero voltia’o,
el que manda la parada,
junto al ancestral abarca’o.
Moviéndolo de medio la’o,
con una hábil cadencia,
el hombre con su baila’o
corteja así la pareja.
Ella muy bien lo aleja
con un paquete de espermas,
ayudada con su pollera
que con la mano contonea.
En un evento internacional,
más que todo deportivo
el sombrero vueltia’o raizal,
es el más representativo.
El sombrero voltia’o
lo hay en varias calidades,
que tal vez hayan escucha’o,
pero les daré más detalles.
Lo hay de quince vueltas,
también llamado quinciano,
y es el que representa
al ancestral baquiano.
Continúa el diecinueve,
después el veintiún vueltas
y así su calidad asciende
mientras ellas aumentan.
Así sigue en impares creciente,
hasta cincuenta y cinco,
y este es el que pone el pico
en cuanto a calidad se refiere.
Un desacuerdo siempre he tenido,
en como se nombran sus calidades;
porque no son vueltas en el tejido,
sino tiritas en trenzas de pares.
Para el de veintiún vueltas,
realmente son veintiún pares,
pero de tiritas en la trenza
y así hay que denominarle.
Sombrero de veintiún pares
de tiritas en la trenza,
o sea, que al contarles
son cuarenta y dos en ella.
Y si es en su elaboración,
el sombrero vueltia’o ni se diga,
es una espectacular bendición
poder contemplar tal maravilla.
Todo parte de una palma,
conocida como cañaflecha,
de ahí sus hojas tiernas se bajan
que son los cogollos de ella.
Las hojas hay que ripiar,
a continuación, se cocinan;
se ponen las tiras a secar
y otras naturalmente se pintan.
Se tinturan con semillas,
también enterradas en lodo
o con unas hojas de bijas,
que le dan color a todo.
Se comienzan a tejer
en hermosas trencitas
y se usa máquina ‘e coser
para que queden uniditas.
Todas las trenzas en vueltas
se unen a la encopadura
y así finaliza la costura
de esa mágica pieza.
El sombrero vueltia’o en su uso,
porta intrincados secretos,
que ahora les diré algunos;
sin tantos parapetos.
Él no solo es un sombrero,
también se usa como pava,
pa’ hombres y mujeres el primero
y en el segundo caso, solo dama.
Si como sombrero lo vas ‘ usar,
déjalo así nada más,
y forma de pava ha de tomar;
siendo así doble faz,
pero lo tienes que voltear,
lo cual es fácil de sortear.
El sombrero indiano es to’a talla,
o sea, no trae numeración;
se ajusta con su cinta y ya,
lo cual es una sensación.
Es un sombrero versátil pa’ usar,
lo de a’lante, pa’trás;
o lo de atrás, pa’lante has de colocar;
además, que es doble faz.
El sombrero vueltia’o
es como el costeño,
que para el habla’o
no se anda con misterio.
El sombrero vueltia’o fino
se deja fácil moldear,
y lo puedes hacer tú mismo
como lo quieras usar.
To’ sombrero voltia’o en sí mismo,
es cien por ciento original,
pero si es de cañaflecha ancestral
y no el plástico, que es chino.
Tomás Martínez Montenegro
El Curucutiador
Sobre el autor
Tomás Martínez Montenegro
El Curucutiador
Tomás Martínez Montenegro, pseudónimo “El Curucutiador”. Nacido en Sabanas, corregimiento del municipio de El Piñón (Magdalena), en el año 1981. Primer hijo de la unión de José del Carmen Martínez de la Cruz y Cira María Montenegro Cantillo.
Es un amante e investigador innato de las tradiciones y costumbres de la región Caribe de Colombia. Compositor, poeta y escritor dialectal. El Curucutiador habla español, inglés y el dialecto Costeñol.
En su lugar de nacimiento vivió sus primeros nueve años, de donde más tarde se trasladó con sus padres y sus dos hermanas hacia el municipio cercano de Pivijay (Magdalena) para seguir cursando sus estudios de educación básica primaria. Ahí finalizó el quinto grado de primaria en la Escuela Urbana de Varones Número 1.
Después de finalizar su pregrado en la Universidad Industrial de Santander (UIS), hizo una especialización en Gestión de Proyectos, así mismo un MBA en Administración y Dirección de Empresas, además de múltiples cursos y diplomados.
Desde muy niño le ha gustado escribir, sin embargo, estando en Bucaramanga se le ha despertado el interés incesante en temas de investigación relacionados con la esencia y las raíces de la cultura de la Costa Norte de Colombia, a lo cual él ha denominado Cultura Costeña.
1 Comentarios
Epa excelente escrito Tomas , sombreo representativo de nuestras raíces , te felicito tus escritos llevan a otro nivel eres un gran escritor , sigue así bendiciones
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