Periodismo

Un buen periodista nunca olvida una buena obra

Herlency Gutiérrez

02/10/2014 - 12:40

 

Un buen periodista nunca olvida una buena obra

Aquíles HernándezEsta es la historia: Una mujer tenía hospitalizada a su madre. Todos los días la visitaba. En la habitación había otra cama donde permanecía una niña con discapacidad cognitiva, hidrocefalia y otras enfermedades. Había sido abandonada.

En su bondad la mujer compartía con la niña la comida que le llevaba a su madre. En un plato comían las dos, no tenía plata para uno más. Pasó el tiempo y la anciana mejoró, se la llevó para la casa y con autorización se llevó a la niña también.

Esta mujer pobre ahora no solo debía rebuscar el sostenimiento para ella y su madre sino también para la niña enferma. Durante 10 años se encargó de su cuidado. La menor falleció.

Con su niña muerta, la mujer se dio cuenta que en este país las leyes sí se cumplen. A ella –quien decidió adoptar la chica- le exigieron lo que a los padres nunca les solicitaron: un registro de nacimiento para poder autorizar su sepelio. Ante las circunstancias acudió a los medios de comunicación, la noticia trascendió y ‘desde Bogotá’ se realizó el papeleo solicitado.

Fin de la historia.

Aquiles Hernández, es el presidente del Círculo de Periodistas de Valledupar, es un hombre que asegura que “el que grita demuestra que tiene buenos pulmones no que tiene la razón”. Eso me lo dice cuando le comento que lo considero como ‘una persona buena para apagar incendios pero también igual de buena para ser originador de algunos de ellos’.

“Por naturaleza soy una persona tranquila, además me he preparado no solo en el plano individual sino también en el institucional en el manejo de resolución de conflictos”, respondió haciendo alusión a mi primera afirmación, en cuanto a la segunda, también contestó pero su respuesta la conservaré para mí, de esa respuesta solo les compartiré que en ella  se aplica lo que parece haberse convertido en lema “para ser periodista la primera condición es ser buena persona”. Y yo agregaría: ‘un buen periodista nunca olvida una buena obra’.

Aquiles Hernández no se olvidó de la nobleza de la mujer de nuestra historia inicial. Pasaron los años y el punto final que muchos le pusieron a este caso en sus agendas noticiosas tan solo fue una coma para este hombre.

Buscó a la mujer y en el año 2010 le rindió un homenaje durante la entrega de premios Sirena Vallenata.

Desde este punto retomamos la historia

Llegó al recinto, presumió de su vestido ante el señor Aquiles. Él en nombre del Círculo de Periodistas le facilitó recursos para el transporte y el vestido que luciría.

Ante los cientos de asistentes fue exaltada su labor social. Luego la llevaron hasta el lugar de la fiesta. Cada vez que veía a su anfitrión le decía ‘no se olvide de mí’. No lo dijo una o dos veces, lo dijo tres veces, hasta que Hernández comprendió lo que ella le decía: la plata del taxi para regresar a su casa. De manera privada le entregó un subsidio en dinero –les aseguro que fue mucho más que el valor de una carrera de taxi- el gobernador de turno pidió a su conductor que la llevara debidamente escoltada y ella estuvo feliz tan feliz como su anfitrión.

Así es Aquiles Hernández, siempre tiene una buena historia para contar. La recordó hace unos días y sin más pretensiones que hacerle honor a esta dama la comentó entre un grupo de amigos.

Semanas atrás había conversado con él, conocí que tiene cinco hijos, que el mayor estudia Derecho, que su tiempo de esparcimiento es junto a ellos y que ama viajar porque eso le permite conocer que existe un mundo distinto llamado Valledupar. Quería contar un poco sobre él, sobre sus logros. Lo admiré un poco más cuando escuché su historia, una historia que no solo habla de una mujer bondadosa sino también de un periodista que no le pone punto final a los registros de su agenda noticiosa.

 

Herlency Gutiérrez

@HerlencyG

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