Pueblos
Esplendor y decadencia de los indÃgenas taironas
Â
En un principio, los taironas habitaron en la Sierra Nevada de Santa Marta. Durante los siglos XI y XII de nuestra era descendieron y se situaron entre el nivel del mar y los 2.000 metros de altura, un territorio caracterizado por grandes quebrados y faldas montañosas muy abruptas, lo que les llevó a practicar la agricultura en terrazas y una urbanización escalonada. Vivieron tanto el calor tropical del mar Caribe como los ambientes templados y frÃos de Sierra Nevada.
Al igual que otras tribus indÃgenas de la zona se organizaron en cacicazgos que, a su vez, se unÃan en federaciones que dieron lugar a la formación de dos grandes confederaciones que no siempre se llevaron bien entre sÃ.
Cada cacicazgo estaba compuesto del jefe; los nobles guerreros, que llevaban una marca distintiva en el cabello, y los noamas, especie de sacerdotes y chamanes. Los guerreros y sacerdotes compartÃan la responsabilidad polÃtica y religiosa. Después de ellos venÃan los especialistas: agricultores, artesanos y mercaderes.
Practicaban la agricultura en terrazas y plantaban maÃz, yuca, ahuyama, frijoles y árboles frutales. También cultivaban y consumÃan coca. Hicieron uso de un adelantado sistema de irrigación y desagüe.
También el pescado formaba parte fundamental de su dieta y de su comercio, pues lo usaban en sus intercambios con otras tribus, junto a la sal marina, la orfebrerÃa y los tejidos. Con los muiscas, cambiaban sal marina y caracoles por esmeraldas.
Además, fueron buenos cazadores, orfebres y alfareros. Decoraban sus vasijas con varios colores que obtenÃan de diversos minerales y vegetales.
Destacaron también por su destreza urbanÃstica y sus obras de ingenierÃa, como caminos empedrados y puentes colgantes, canales de desagüe, zonas públicas para recreo y reunión y zonas residenciales.
La Sierra Nevada de Santa Marta comprende el mundo alrededor del cual giran todas las creencias de los taironas. El sol y la luna son sus dos principales divinidades, ya que influyen definitivamente en sus cosechas, fuente principal de su subsistencia.
El centro de la vida social, polÃtica y religiosa, era la plaza del poblado. Allà se realizaban los actos religiosos en honor al sol, los juegos y las danzas rituales.
El primer contacto con los españoles, comandados por Fernando González de Oviedo, tuvo lugar en 1498. En primer lugar se establecieron relaciones comerciales, pero, al darse cuenta los indÃgenas de las verdaderas intenciones de los recién llegados, comenzó un largo periodo de guerras continuas que no terminó hasta 1600, año en que los caciques fueron capturados uno a uno y, delante de su pueblo, decapitados y descuartizados.
Los supervivientes de aquella matanza huyeron sierra arriba, hasta lugares inaccesibles para los españoles, y allà se quedaron hasta hoy. Son los Kogi.Â
José Javier González de la Paz Â
Â
1 Comentarios
ESTO ME DISE MUCHA INFORMACION I ME GUSTA ESO ASI QUE GRASIAS
Le puede interesar
Un lumbalú para Fredman Arturo Herazo Padilla
 En la Apartada, Córdoba, en el puente de San Jorge, en uno de esos pueblos olvidados que nos enteramos que existen por sucesos trÃ...
Reflexiones sobre una posible identidad del Caribe colombiano continental
 Los cuestionamientos acerca de si existe o no una cultura e identidad Caribe, han generado una gran cantidad de debates a lo largo ...
La Solidaridad Latinoamericana brotó en el corazón de Madrid
Mucho se ha escrito y debatido sobre los lÃmites y contenidos del término identidad latinoamericana; nosotros mismos, a través de ...
Los Yukpa, un pueblo guerrero que sobrevive en la serranÃa del Perijá
 El pueblo indÃgena Yukpa se asienta en la región del Perijá (tanto del lado colombiano como venezolano). En Colombia, habitan en...
El proyecto Diáspora Africana en Colombia
 Cartagena de Indias, punto de llegada y expansión de la cultura africana en el paÃs, fue el escenario elegido por el Ministerio...