Pueblos
Breve historia del pueblo árabe en Colombia
La comunidad árabe o levantina, como también suele llamársele; llegó a Colombia, a través de una diáspora que se produjo por los inclementes sucesos de la guerra durante mediados del siglo XIX y principios del XX, a causa de la dominación del imperio turco-otomano y posteriormente de potencias como Inglaterra y Francia.
Les decían turcos en un principio, porque llegaban con pasaporte turco-otomano, imperio invasor que los dominó hasta después de la primera guerra mundial. Pero en realidad sus países de origen eran Líbano, Siria, Palestina y Jordania. Aunque en un comienzo percibieron rechazo, con el tiempo se adaptaron a las costumbres y tradiciones del país que los recibió.
La entrada a nuestro país fue inicialmente por Puerto Colombia, se dejaron cautivar por el encanto del Caribe colombiano, la puerta de sus sueños, empezaron a atravesar el río grande de la Magdalena, con el pasar de los años se fueron expandiendo en cientos de rincones de Colombia.
Otros entraron por Cartagena, Santa Marta y el Puerto de Buenaventura. Su ubicación geográfica muestra cómo se prefirió la costa Atlántica. Los palestinos se expandieron por Barranquilla, Santa Marta, La Guajira y San Andrés. Mientras que los sirios prefirieron ir hacia Cartagena y hacia el interior del país, llegando a Bogotá, Girardot, Tunja, Ibagué y Neiva. Por el contrario, los que entraron por el puerto de Buenaventura se instalaron en Cali y Popayán.
A pesar de todo esto, también llegaron a poblar otras regiones del país. Algunos que habían ingresado por el vecino país de Venezuela, se instauraron para crear las primeras fábricas de botones en Bucaramanga, Arauca, Villavicencio y Yopal. Atravesando el río Magdalena, llegaron a Ocaña, Cúcuta y Barrancabermeja, donde crearon las primeras fábricas de cuero, ropa, maquinaria y víveres en general.
Algunos inmigrantes árabes llegaban con pocos recursos económicos y una maleta llena de recuerdos y al mismo tiempo de muchas esperanzas, su labor principal durante los primeros días de su asentamiento, fue vender mercancía de manera ambulante, luego al comercio establecido en locales y bodegas, y finalmente en la industrial textil. También algunos se dedicaron a la joyería y platería, sobre todo los que se asentaron en la costa atlántica.
La cultura árabe enriqueció los puentes comerciales del país, integrando fusiones gastronómicas y arquitectónicas, y a su vez, engendrando destacadas personalidades en las principales esferas del país. Llegaron atraídos con la ilusión de un futuro mejor, alejándose de la guerra y la crisis económica de las que huían y lograr un progreso desde todo punto de vista. Establecerse con sus familias y brindarles una mejor calidad de vida, ese era su principal objetivo. Se estima que en el lapso migratorio más fuerte en nuestro país, que se dio desde 1880 hasta 1930, llegaron entre 5000 y 10000 árabes.
En la actualidad se estima que hay más de un millón quinientos mil colombianos con ascendencia árabe. La comunidad árabe está completamente asimilada a la cultura colombiana, pero no ha abandonado aún sus tradiciones. Una de ellas por ejemplo, es reunirse una vez por semana a comer platos típicos de su tierra de origen y compartir ratos agradables con juegos de mesa muy paternales.
Precisamente los árabes en ese largo y extenso recorrido en nuestro país, llegaron a regiones que en ese momento tenían un crecimiento económico importante y puntos estratégicos y fronterizos para la comercialización de sus productos. Uno de esos lugares a los que arribaron fue a Ocaña, clasificada como la segunda ciudad más importante del departamento de Norte de Santander, al nororiente de Colombia.
Esta amable ciudad que en la actualidad goza de más de 90000 habitantes[1], los recibió en un principio con un intenso rechazo que con el tiempo se fue convirtiendo en asimilación, tras el estrecho lazo que los fue uniendo al relacionarse con la comunidad a través del comercio.
Las primeras familias sirio-libanesas llegaron a Ocaña y la región a finales del siglo XIX. Su laboriosidad y sentido de unidad lograron, con el correr de los años, afianzarse en la comunidad provincial de la cual son hoy exponentes destacados. En su gran mayoría, las familias sirio-libanesas se dedicaron a la actividad comercial, creando prósperas empresas que se han mantenido con el correr del tiempo.
Héctor Romano Marun
Acerca de esta publicación: El texto “Breve historia del historia árabe en Colombia” corresponde al prólogo de la obra “La inmigración árabe en Ocaña”, de Diego Alexis Pachecho..
8 Comentarios
El Departamento de Córdoba albergó familias Sirio-Libanesas como las familias Jaller (Alyazigi verdadero apellido) y Salleg. Promovieron la aviación, la agricultura y el comercio de Córdoba, asentándose definitivamente en respuesta al generoso acogimiento.
Mi abuelita, MARIA TAWILL KARAM, Sirio-Libanesa, llegó a Santa Marta acompañada de su familia. Ella, una jovencita llena de sueños e ilusiones, que al pisar tierra colombiana, quedó prendada del majestuoso paisaje, también de la alegría y calidez de su gente. Ella conoce a Luis Ardila, un joven Santandereano, quien le roba el corazón, María decide casarse con el y quedarse para siempre en nuestra tierra. Su familia toda continuó su viaje para Estados Unidos. Gracias a ella yo les estoy contando parte de su historia, comiéndome un rico kibbeh y saboreando un suave café colombiano.
Raza pujante y de valores
hola! Quiero saber sobre sus costumbres acá en Colombia y su en su tierra natal gracias
Los hermanos Chamath llegaron al departamento del Chocó a finales del siglo XIX, la bonanza del oro permitió que se establecieran en esta zona del territorio Colombiano. Posteriormente, continuaron su destino hacia el Atlántico. Durante sus años en el Chocó crearon empresas a través del comercio de telas y víveres provenientes de Europa los cuales llegaban a Quibdó a través del rio Atrato.
Mi madre nos hablaba de su abuelo que llegó de Siria y se estableció en Tunja su nombre es Abdón Menjura
Me encantan sus artículos, nos enseñan muchísimo y nos hacen saber por qué Colombia es un país de gentes y costumbres muy diversas, somos un país de intercultural y de muchas nacionalidades!
Enriquecedora lectura que saca a la luz vicisitudes que ellos supieron afrontar con valentía y humildad logrando acoplarse. Cuánto les debemos!
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