Artes plásticas
Gracias, maestro Fernando
Tuve la oportunidad de conocer personalmente al maestro Fernando Botero, a través de una amiga, por quien siento mucho afecto; Uchi Carbonel, esposa de Juan Carlos Botero (hijo del Maestro). Uchi me lo presentó por unos breves momentos, yo estaba con mi hijo Samir Quintero (QEPD) y me pareció una de las personas más “maravillosas” que he conocido en mi vida. Sencillo, humilde, amistoso, muy humano, tuvimos una bella conversación, donde le comenté mi gran respeto y admiración por su “majestuoso” trabajo en las artes.
Le pregunté: ¿En qué momento sintió que su carrera empezó a descollar como artista? Me dijo que más o menos a sus 40 años, cuando lo llamaron de una galería en Alemania.
También le pregunté por qué le pintaba a la obesidad y me dijo: “Yo no le pinto a la obesidad, yo le pinto a la abundancia, a la generosidad, a la grandeza…”.
Por supuesto, le pedí un consejo, y me dijo: “Trabaja incansablemente, no trabajes para méritos, solo da lo mejor de ti. Yo soy un obrero, trabajo incansablemente…”.
También recuerdo que me habló del Museo Botero, creado en el año 2000, que nació con la idea de darle a Colombia -donando la colección de obras que había comprado de varios artistas reconocidos y su obra, para tener un lugar- un museo, donde toda la gente, en especial las personas de escasos recursos, pudieran apreciar una obra en “Original” y que pudieran acceder, sin que les cobraran.
De eso hacen casi 20 años…
Pero fueron momentos muy cálidos, incluso viajaba de Miami a New York y él seguía conversando conmigo… Esto es lo que significa alguien muy Grande, que viene a cambiar la historia.
Así como era de grande y majestuosa su obra, era su corazón.
Gracias, maestro Fernando, gracias Uchi Carbonel, por esa oportunidad única de conocer al más grande, significativo y prolifero artista plástica de nuestra amada Colombia.
Marianne Sagbini
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