Literatura
Melba Escobar: “Una historia es un cambio de estado”
Cada escrito es un nuevo comienzo. Un nuevo proceso de aprendizaje. Las reglas y las experiencias cambian de repente, como si el entorno se fundiera en un instante y adoptara una nueva dinámica. Un nuevo rostro.
Estas ideas nacieron de un encuentro con la escritora y tallerista caleña, Melba Escobar, quien vino especialmente a la ciudad de Valledupar para comentar los elementos narrativos del cuento. En su presentación, no faltaron los temas de reflexión y de su experiencia personal brotaron muchas anécdotas que todo escritor está destinado a conocer en su camino.
Autora de “Duermevela” (Planeta, 2010), Melba se encuentra ahora escribiendo una nueva obra en la que debe definir muchos elementos narrativos como la tonalidad y la perspectiva. “Son cosas que uno debe tener muy claro desde el principio”, aclara.
Melba hace parte de esas personas que consideran que la narrativa está en todas partes. Todo puede convertirse en un elemento literario y toda trama –aún siendo una historia anodina– puede ser el centro de un relato de máximo interés.
“Para el que quiera escribir, el comienzo de todas las cosas consiste en desarrollar un criterio –expresa la autora–. Uno nunca acaba de sentirse firme en sus posturas. Por eso, el criterio es importante: uno tiene que saber qué le gusta”.
Según Melba, ese criterio se desarrolla de un modo sencillo (y complejo a la vez) que se resume en leer. La lectura es la mayor herramienta que dispone un escritor para forjarse y confirmar un estilo.
“Hay una relación orgánica entre la lectura y la escritura –comenta la escritora–. Un lector puede que nunca le pase por la cabeza escribir, pero el escritor tiene una cita permanente con la lectura”.
Según Melba Escobar, la literatura tiende a reflejar la realidad. En toda historia hay un esfuerzo de observación y comprensión que incita a leer e interesarse más por lo que nos rodea. “La vida transcurre sin dar un indicio de por qué o para qué –sostiene–, mientras que una historia transmite un mensaje. Es una realidad pulida”.
En términos técnicos, contar una historia implica seleccionar los hechos y presentarlos de un modo distinto para cautivar al lector. Por ese motivo, las acciones o acontecimientos tienen una importancia elemental: sin ellos, la historia no existe.
“Una historia es un cambio de estado –comenta Melba Escobar–. Siempre que algo pasa, algo cambia”.
Además, hay que evitar el error que cometen muchos escritores noveles y saber diferenciar entre “explicar” y “mostrar”. La historia expuesta en un cuento o una novela debe sustentarse sin necesidad de explicaciones o interferencias con la acción. Los mundos descritos en cada uno de ellos tienen sus propias reglas y eso es, justamente, el atractivo de la literatura: crear mundos autónomos, realistas o surrealistas.
Los detalles también tienen su importancia. Influyen en la tonalidad y ayudan a que el lector se crea lo que está escrito. “Un tic, un gesto de un personaje, puede contener mucho significado y contribuir a la atmósfera que se está construyendo”, explica la autora.
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