Opinión
Ofrenda a Valledupar
Valledupar es la novia de Colombia, es la ciudad más cantada, más celebrada y más reconocida en el ámbito de la música folclórica, por eso es llamada la capital mundial del vallenato.
Valledupar es una ciudad sin murallas, sus puertas se abren con regocijo para recibir a los visitantes; es edén para la poesía del canto popular y tierra elegida por Dios para en sus patios y en sus calles los árboles de magos estén en permanentes cosechas.
Ofrendo en su cumpleaños este breve texto poético, Oración del vallenato para todos los días: Señor, te pido por el río Guatapurí para que mantenga su cauce limpio y abundante y no pierda su nombre en el camino. Señor, vigila el invierno, para que los torbellinos de la creciente no destruyan los barrancos. Detén la mano del talador en sus riberas.
Señor, te pido sabiduría: para narrar las leyendas de los abuelos, para contemplar el verde Caribe de los cerros de La Nevada y el amarillo esplendente de los cañaguates, para que la palabra sea fértil y germine en los surcos de amor y la prudencia sea el escudo que frene la arrogancia.
Señor, te pido para que la multiplicación de los panes adorne la memoria de la mesa y nunca falte el sabor arqueado de un rosquete ni la elasticidad del queso en el centro de una arepa.
Señor, te pido para que los tarareos de la infancia llenen de piedad las cicatrices del odio, que la música sea siempre la higiene del alma y los acordeones siembren puertas en la aurora, y los versos sinfonía de cristales en los sueños.
Señor te pido para que el abrazo sea un rocío florecido de sonrisas y el aroma de los mangos esté al alcance de los labios; para que los andenes brinden placidez y libertad al caminante. Y los visitantes sepan que somos el Valle de Upar, no el valle del Old Parr.
Tu nombre Valledupar hasta en el aire se siente, el Guatapurí esplendente aquí nos viene a bañar, su cauce deja al pasar el perfume de granizos, la magia de los carrizos con su leyenda ancestral y el deleite musical de este folclor mestizo. Aquí la tristeza es poca quien llega goza la fiesta, alegre sube a la cuesta cuando el acordeón se toca. El verso de boca en boca siempre invita a parrandear, tu nombre Valledupar tiene sentido profundo y se conoce en el mundo por el canto popular.
Valledupar yo te quiero, paraíso de lealtad, el abrazo es hermandad aquí nadie es forastero, y dicen que los troveros riegan versos en la greda, como una estera de seda formada de hermosas flores. Quién viene buscando amores, con amor aquí se queda.
José Antonio Atuesta
Sobre el autor
José Atuesta Mindiola
El tinajero
José Atuesta Mindiola (Mariangola, Cesar). Poeta y profesor de biología. Ganó en el año 2003 el Premio Nacional Casa de Poesía Silva y es autor de libros como “Dulce arena del musengue” (1991), “Estación de los cuerpos” (1996), “Décimas Vallenatas” (2006), “La décima es como el río” (2008) y “Sonetos Vallenatos” (2011).
Su columna “El Tinajero” aborda los capítulos más variados de la actualidad y la cultura del Cesar.
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