Opinión

Árboles y árboles en Valledupar

Herlency Gutiérrez

19/03/2015 - 05:40

 

Árboles y árboles en Valledupar

El Palo e´mango de la Plaza Alfonso López (Valledupar) / Archivo PanoramaCultural.com.co

Junto a ella, vio a Alejandro Durán en el año 1968 coronarse como el primer rey del Festival de la Leyenda Vallenata. Juntos, por muchos años, fueron testigos de la transformación del viejo Valle, escucharon los primeros cantos y las primeras notas de los acordeones revolotear por los cañahuates.

Nunca está solitario, continúa mirando a su eterna compañera de frente. Ella, toda ella se conserva intacta. A él, en cambio, le ha dado duro el paso de los años. El memorable árbol de mango, ese que echó raíces en la plaza Alfonso López de Valledupar, frente a la tarima Francisco El Hombre, se muestra fuerte como los hombres que no aprendieron a llorar, se muestra imponente como la ‘Revolución en Marcha’, monumento que lo acompaña.

Sin embargo, no todo es tan fuerte aunque la apariencia así lo demuestre. El palo e´ mango de la plaza está enfermo, algunas veces llegan médicos, le aplican el remedio y se van. Hasta su lecho de enfermo han llevado serenatas, han llevado a estudiosos con buen discurso y, luego, todos marchan y a él acude el olvido.

La suerte no es distinta para los demás árboles. Diferentes parásitos han afectado a los ejemplares que en un tiempo le dieron a Valledupar el título de ‘la ciudad más arborizada de Colombia’. Las cifras no son alentadoras: al menos 100 mil árboles hay en la ciudad y el 40 por ciento está enfermo o afectado por la edad. Muchos de ellos no son reemplazados a tiempo y otros han sido sembrados en donde resultan lastimados o generan daños.

¡Claro! Y así como en los cuentos de hadas también hay quienes se valen de ellos para fomentar engaños: “Vamos a crear la oficina del árbol”, muchos han dicho y han convencido. Ahora ellos y sus ‘triquiñuelos’ tienen oficinas pero ninguno que atienda a los árboles. Seguramente no se han puesto a pensar que sería de sus adorables mentecitas sin sombra de árbol que los refresque.

Y ni qué hablar de las podas. En Valledupar la palabra ‘podar’ es reemplazada por ‘echar machete’. La poca estética en la expresión se ve reflejada en cada ejemplar. Eso sí, también hay quienes hacen de sus jardines un pequeño edén, hay quienes cruzan la calle con un balde con agua para decirle ‘buenos días’ al árbol que han adoptado; al menos consuela saber que hay de quien aprender: conservar la naturaleza no debería ser una tarea, sino un placer.

 

Herlency Gutiérrez

@HerlencyG 

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

Vamos ganando

Vamos ganando

  Por donde comenzamos. Ni idea, pero vamos ganando. Estamos en la época de la posverdad y mentir o disimularlo es nuestra defensa...

Matamos el tigre y nos asustamos con el cuero

Matamos el tigre y nos asustamos con el cuero

El primero de febrero de este año escribí una columna que titulé ‘Valledupar le apunta a una ciudad creativa’, y en su colofón ...

La política inversa

La política inversa

  En los procesos políticos de los últimos años en Colombia se vislumbra un fenómeno que, de manera un poco subjetiva, lo podr...

Tamalameque está escrito con letras de oro en Bogotá

Tamalameque está escrito con letras de oro en Bogotá

  Desde niño oigo repetir a grandes y pequeños, ancianos y jóvenes: «Tamalameque está escrito en letras de oro en Bogotá». Y...

La Paz en Colombia: un derecho vulnerado por la falta de voluntad política

La Paz en Colombia: un derecho vulnerado por la falta de voluntad política

  La información desatada por el posible detrimento causado al Estado por los presuntos hechos de corrupción relacionados con el OC...

Lo más leído

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados