Opinión
Festivales en parques o coliseos
Desde el año 1968, cuando se efectuó la primera edición del Festival de la Leyenda Vallenata, y hasta la versión treinta y seis del mismo, la emblemática plaza Alfonso López de Valledupar fue el escenario del evento folclórico más importante de Colombia, el pueblo y el país no lo olvidará y algunos aún añoran aquellos tiempos en los cuales, sin piedad se atentaba contra la ecología y veíamos casi complacientes como algunos muchachos se traían con su peso ramas enteras de los hermosos palos de mango que orgullosa e históricamente han engalanado la plaza.
De pie y durante extenuantes jornadas, el público acompañaba a sus ídolos, la mayoría del tiempo bajo temperaturas inclementes y en no pocas ocasiones recibiendo aguaceros fenomenales de aquellos que tanto le gustan a Santo Ecce Homo; sin duda que la costumbre y tradición hacen que aún añoremos el festival en esas condiciones, pero especialmente porque cumplía el requisito más importante, era al gratín.
La Fundación en aquel tiempo, o más bien Consuelo Araujo, hizo realidad el sueño del Parque de la Leyenda y el Coliseo para el Festival, lo cual para Valledupar fue un avance muy importante porque uno de los problemas del país -no solo de las ciudades de la costa caribe- es la carencia de infraestructura para la realización de eventos artísticos y culturales, escenarios que reúnan las condiciones técnicas y logísticas para realizar eventos de esta magnitud.
Como es lógico, la mayoría de festivales vallenatos se efectúan en pueblos de la costa atlántica, y con excepción de Valledupar, todos se hacen en los parques o plazas principales del pueblo o ciudad, en condiciones similares a las descritas al inicio del artículo; la pregunta obligada que surge es la siguiente: ¿no será conveniente que los municipios piensen en escenarios mucho más adecuados para sus eventos deportivos y culturales?
Los dineros que los mandatarios locales invierten en grandes tarimas en los parques principales de los pueblos y ciudades podrían destinarse a hacer coliseos donde la gente pueda apreciar cómodamente sentados este tipo de eventos, porque a mi juicio ya los parques están perdiendo su verdadera razón de ser que es un espacio ecológico de encuentro de la familia y de esparcimiento de los niños, para convertirse en grandes moles de cemento acondicionados para recibir a miles de personas alicoradas cada año que efectúan el correspondiente festival.
Cuando visitamos municipios de otras regiones de Colombia ya encontramos que gran parte de ellos tienen sus coliseos cubiertos, en muchos casos subutilizados. En cambio, en el caribe colombiano todavía los alcaldes piensan en que se debe construir una tarima en la plaza principal para hacer el festival. Creo que es hora de cambiar el chip.
Jorge Nain Ruiz
@jorgenainruiz
Sobre el autor
Jorge Nain Ruiz
Vallenateando
Jorge Nain Ruíz. Abogado. Especializado en derecho Administrativo, enamorado del folclor Vallenato, cantautor del mismo. Esta columna busca acercarnos a una visión didáctica sobre la cultura, el folclore y especialmente la música vallenata. Ponemos un granito de arena para que la música más hermosa del mundo pueda ser analizada, estudiada y comprendida.
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