Opinión
Editorial: La Sierra Nevada de Santa Marta, gran reflejo del pensamiento indígena
La Sierra Nevada de Santa Marta seguirá siendo un centro de pensamiento y cultura indígena. La reciente firma de un convenio interadministrativo con el resguardo indígena de la comunidad arhuaca en la Sierra Nevada, así lo augura, ya que promueve un espacio importante y ambicioso para la etnoeducación y la promoción del saber ancestral.
El proyecto prevé la construcción de un centro de memoria indígena y de la biblioteca indígena más grande del país. Estos centros culturales estarán ubicados en la comunidad de Simonorua, donde hay un gran asentamiento de indígenas arhuacos.
En lo que se refiere a la inversión, se dedicará unos $1.300 millones para el Centro de Memoria– Biblioteca Indígena de Simonorua, en la Sierra Nevada de Santa Marta, y se estima que el tiempo necesario para la construcción será de unos 10 meses
En el acto de firma del convenio que tuvo lugar el pasado 9 de noviembre, José Maria Arroyo Izquierdo, cabildo-gobernador del pueblo Arhuaco de la Sierra Nevada de Santa Marta, resaltó el simbolismo y la importancia de la construcción de la biblioteca ancestral para el territorio. “Hay muchas historias que no fueron documentadas y ahora eso va ser posible. Las próximas generaciones deben conocer y aprender de las tradiciones de nuestros antepasados”, manifestó.
Estos anuncios son un gran mensaje para la región y el país. La recuperación de la memoria indígena, al igual que la memoria del conflicto armado, es necesaria para un desarrollo equilibrado de la región.
Con estas inversiones se apuesta por la consolidación de una identidad y la convivencia sana entre culturas. También se potencia la posibilidad del desarrollo de un turismo cultural y eco-turismo en el que la población indígena sea uno de los grandes protagonistas (y no un adorno más).
También se vuelve a dar importancia cultural a la Sierra Nevada. Se le da proyección como centro de pensamiento y columna vertebral de una sociedad. Esta montaña fue la cuna de los ya extintos indígenas Tayronas, no lo olvidemos. Aquí siguen viviendo los descendientes de esa cultura, alrededor de 70.000 indígenas de las etnias Kogui, Arhuaco, Kankuamo y Wiwa, repartidos en las laderas de los departamentos del Magdalena, Cesar y la Guajira.
PanoramaCultural.com.co
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