Artes escénicas
Rostros del pueblo: Pochorito
La vida está tejida con hilos que millones de seres anónimos aportan diariamente con esfuerzo y esperanza, en una lucha constante por alcanzar sus sueños. Si bien caen en el olvido muchos episodios por la acción implacable del tiempo, las más valiosas enseñanzas perduran y se transmiten en un impredecible relevo llamado cultura.
Sin embargo, de vez en cuando surgen personajes que por su masivo talento dejan marcada la época y el espacio en que viven, aportando a la posteridad un referente de la esencia social, uno de ellos es Pochorito; en él se refleja el alma popular vallenata, confluyendo en una representación teatral que trasciende la relación tradicional entre actores y espectadores.
Proveniente de cualquier lugar entre la Sierra Nevada y el Perijá, este humilde campesino migra a la ciudad presionado por las vicisitudes de su tierra natal. Así empieza a representar la fantasía de su vida dentro de una dramaturgia marcada por el lenguaje universal.
Con inteligente humor, enseña la sorpresa del inocente ante lo desconocido, inocencia que aprovecha para enlazar al observador en una escena donde la música, la mímica y el instinto le indican las acciones por realizar aplicando la validez del refrán: “una imagen vale más que mil palabras”.
En el juego real de la vida no hay interpretación, cada ser desempeña un rol sin libreto que divierte y enseña gracias a los desconocidos desenlaces de la trama que lo absorbe, una comedia protagonizada por la naturaleza humana, donde la intuición se encarga de parodiar los clichés establecidos.
A través de cinco actos Pochorito enfrenta retos y adversidades, de los que se sobrepone haciendo buen uso del ingenio, el corazón y su infalible malicia indígena. Inicia ingresando a la áspera urbe, donde es espantado continuamente por los estruendosos aviones que surcan el cielo, representación metafórica de la vulnerabilidad sufrida por aquel que llega a tierras extrañas sólo con sus esperanzas como pertenencia. Luego, la variedad cultural vallenata se hace presente con una remembranza de sus raíces nativas, el influjo europeo y los ritmos africanos que nutren este colorido territorio, realizando faenas taurinas, festivos velorios y conquistando inesperados amores.
Boris Serrano es el creador de Pochorito y en cada presentación descarga lo mejor de un talento dramático curtido durante más de 26 años en los ajetreos de quien decide dedicarse a la pasión de su vida; este Maestro en Arte Dramático nacido en La Paz (Cesar), sin duda ha logrado impregnar su obra de los rasgos que constituyen aquellas creaciones llamadas a recordarse por siempre: talento, sencillez y originalidad.
José Luis Ropero de La Hoz
Sobre el autor

José Luis Ropero de La Hoz
Enfoque directo
Valledupar (1985). Profesor y comunicador por vocación, su columna “Enfoque directo” ofrece una mirada del acontecer cultural sin formalismos. Admirador de la naturaleza y el talento humano.
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