Artes plásticas
Maranguango desde la obra de José Luis Molina
“En medio del tumulto y la música de acordeones
me haré el pendejo ante los jueces que siempre
me han creído un niño inocente y te untaré
el maranguango letal. Es infalible como el mismo diablo”
Raúl Gómez Jattin
El arte puede ser un brebaje mortal a la ceguera, a la ignorancia, porque si algo nos permite el apreciar las obras fundamentales, es el de ampliar nuestra mirada del mundo. El observar una pintura, el leer un buen poema, nos plantea un viaje al interior de nuestras profundidades, porque el arte conecta con la evocación de lo que hemos sido o lo que somos.
La palabra “Maranguango” no aparece en el Diccionario de la Real Academia Española, sin embargo, es una expresión utilizada en todo el Caribe Colombiano, para hacer alusión a una pócima realizada con mediaciones mágicas, con el fin de amarrar al ser amado. La palabra maranguango es posible que provenga de lenguas africanas y haría alusión a un hechizo o bebedizo.
Para el maestro José Luis Molina, lo fundamental es la capacidad evocadora que tiene esta palabra, que nos habla de un pasado presente, por su fuerte significación, que estimula los imaginarios populares. En este contexto Molina se concentra en los aspectos positivos del brebaje, a él le interesa sus posibilidades curativas, y como estos son empleadas tanto para tratar las afecciones del cuerpo, así como a la mente.
La exposición “Maranguango” puede ser considerada como un conjunto de obras desarrolladas alrededor de una temática, ya que cada obra podría ser leída de manera particular e individual. Sin embargo, yo la considero más como una instalación, en cuanto su lectura; partir de la interacción de las diferentes obras, que dan sentido al título de la misma.
En total, la exposición consta de 28 obras, entre abstractas, figurativas y conceptuales. En las que prima la pintura y la utilización de elementos del diseño como forma compositiva.
En su búsqueda por encontrar la mejor forma de expresar su visión del tema y del arte, Molina no se limita en la utilización técnica, por tanto, encontramos trabajos tradicionales elaborados con óleo sobre lienzo, así como obras desarrolladas con materiales no formales.
En conversaciones informales con el artista, mencionaba el hecho de la necesidad de darle maranguango a nuestra sociedad, para cambiar la indiferencia generalizada por las actividades culturales, “a ver si así por fin la gente se enamora del arte y nos comienza a comprar obras”. Sin embargo, para Molina el arte es el sortilegio, que puede llevar a la sociedad a mirar más allá de lo evidente.
Jorge Luis Serrano
Maestro en Artes plásticas y curador
0 Comentarios
Le puede interesar
Un Valle de colores para el Festival Vallenato
En abril, Valledupar no solo tendrá un festival de acordeones, también se convertirá en un ‘Valle de colores’ por cuenta d...
Deconstruir y recrear: el arte de Dawi
Los salones del Museo Pumapungo en la bella ciudad de Cuenca, Ecuador, son el escenario más adecuado para exhibir la obra del pintor a...
Lo que esconde la firma de un “Joner” o un “Turri”
En el arte como en todo, la firma ofrece una parte del significado de la obra. Es su alma, su espíritu. Una pincelada más, pero con c...
‘El carnaval’, la inspiración inagotable de Elsa Palmera
Al igual que en cualquier carnaval del mundo, la obra artística de la diseñadora textil Elsa Palmera, es una combinación de colore...
El Gimnasio del Norte expone su arte en Valledupar
Algunas instituciones educativas del Cesar han apostado claramente por la Cultura para ensalzar sus valores de progreso y excelencia. ...