Bienestar

Seis grandes barreras a la superación personal

 

En mi consulta recibo a menudo a pacientes que reconocen abiertamente el problema que están atravesando, pero no se deciden a afrontarlo . Otros tratan de enfrentarlo pero a los pocos días o semanas abandonan su proyecto de cambio y superación.

En el fondo, estas conductas van ligadas inevitablemente con algunos obstáculos (o conflictos internos) que se presentan en el camino. Estos obstáculos deben identificarse para poder lanzarse en un desarrollo completo.

En este artículo destaco seis barreras que pueden ser un impedimento para la superación personal y algunos tips para combatirlas.

La comodidad es una de las principales barreras. Tiene que ver con el hecho de estar encerrado en una rutina, un lugar o una situación que nos brindan algo de seguridad. La seguridad no siempre es real, muchas veces es una simple costumbre.

La mejor manera de crear un cambio notable y romper con la comodidad reside en cambiar los hábitos más profundos: el lenguaje, los lugares de salida, alojamiento, residencia, dieta alimentaria, las amistades. Estos cambios no deben ser necesariamente rotundos, pueden ser calculados y paulatinos.   

La pereza es también un obstáculo, y aunque va muy relacionada con la comodidad, se distingue por estar anclada en el temperamento de la persona afectada.

La pereza es una inclinación hacia la apatía que puede conducir a la persona a quedarse en su zona de confort. La pereza nos hace mirar a corto plazo y sentir que no tenemos fuerzas para realizar el cambio. Por ello, en un proceso de cambio personal, es muy importante mirar más hacia un futuro amplio, y ver los beneficios que nos aportará un cambio completo.

El miedo es uno de los frenos más importantes en un proceso de superación personal. Es lo que experimenta una persona ante lo desconocido. Por eso, conviene ser consciente de sus miedos para elaborar con su psicólogo estrategias que permitan enfrentar y descartar ese miedo.

El pensamiento negativo suele estar muy vinculado con el miedo, la poca confianza y autoestima de una persona. Muestra la forma de pensar de aquel que se fija más en los obstáculos que tiene que superar que en aquello que puede ganar con el cambio. 

Una buena forma de cambiar el pensamiento negativo reside en cambiar el lenguaje. Obligarse diariamente a mirar lo bonito o positivo de una situación y comentarla con palabras.

Las decepciones personales alimentan la sensación de fatalidad y fortalecen el pensamiento negativo, consolidando un círculo vicioso que inhibe y paraliza. Para contrarrestar el efecto de las decepciones, es importante crear situaciones positivas (salidas con amistades, ponerse metas cortas, mirar ejemplos de éxito cercanos, etc…) que impulsen nuevamente.

La falta de motivación es quizás el obstáculo más presente. Va muy ligado a la comodidad. Es una forma de apatía y de abandono. Por eso las primeras preguntas que hay que hacerse son: ¿Quiero realmente cambiar? ¿Quiero seguir en las mismas? A continuación, hay que imaginarse una vida sin el problema. La motivación se trabaja a diario y un psicólogo puede ayudar en este proceso.

En todo caso, el mensaje queda claro: Siempre se puede superar una situación y cambiar. Todo depende de cómo y con qué fuerza trabajes.

¡Ánimos!

 

Maira Ropero

@MairaRopero