Cine

El juego de la fortuna: ¿Acierto o decepción?

Alberto Campos

20/03/2012 - 11:47

 

El juego de la Fortuna: Foto: CinemaníaExisten películas con un claro mensaje que trascienden por su manera de narrar una historia. Esas películas quedan marcadas en la memoria de los amantes de cine para la eternidad. Pero existen también películas con una intención clara y honorable, que se pierden a la hora de relatar los hechos. Esas películas malviven en el pensamiento del espectador y desaparecen a las pocas semanas.

El juego de la fortuna pertenece a esa segunda ola de películas que quieren reconstruir con mucha ambición la vida de un hombre, dar los detalles de su heroísmo o genialidad, y que sólo alcanzan a generar una lejana sensación de entusiasmo.

Sí, es cierto que Brad Pitt es un buen actor. Es cierto también que interpreta muy bien el papel de Billy Bean, un entrenador condenado a dirigir un equipo de beisbol con un presupuesto miserable y que, gracias a un joven economista, logra montar un sistema revolucionario para ganar a los grandes equipos. Pero eso es todo.

Lo demás se resume a una acción lenta y oscura, muchas negociaciones y muchos cálculos en los pasillos de un estadio o de una empresa, pero nada que ver con el beisbol y la tensión de los vestuarios.

La película se centra esencialmente en las estrategias de compra de jugadores y los esfuerzos del entrenador para constituir un equipo medianamente eficaz. La trama se hace demasiado extensa para una historia tan previsible. Todos sabemos que, en algún momento, el equipo de Billy Bean logra deshacerse de la pesadilla que lo persigue y empieza a ganar a los demás, pero ¿cuánto tiempo dedicado a detalles inoportunos y conversaciones sin interés?

No se equivoquen. El juego de la fortuna no es una película mala. De hecho, es muy posible que a los fans de deporte y biografías extraordinarias ésta película les genere un buen sabor de boca. Pero eso es todo.

Más allá del mensaje de superación y la figura audaz de Billy Bean, nos queda una película desarticulada y soporífera, excesivamente larga y sobria, que no logra transmitir la tensión y la euforia de ciertos instantes.

Es una lástima pues, ya que muchos elementos podían hacernos pensar en una película inolvidable. El juego de la fortuna no es la mejor película del año ni tampoco una de las mejores. Es simplemente una curiosidad.

Sobre el autor

Alberto Campos

Alberto Campos

Cinescrúpulos

Alberto Campos, Valledupar (1976). Sociólogo y Abogado de la Universidad Popular del Cesar. En Cinescrúpulos expone su faceta de crítico y amante del Cine, pero con total independencia. Su fin es alabar las buenas películas y señalar las malas producciones.

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

Knock Knock: cine de terror con sabor especial

Knock Knock: cine de terror con sabor especial

El director de obras tan extremas como Hostel (2005) y The Green Inferno (2013), Eli Roth, se decanta por una historia visualment...

Warcraft: un salto olímpico del videojuego al cine

Warcraft: un salto olímpico del videojuego al cine

Siguiendo las pautas marcadas por la famosa serie de videojuegos (de la cual me declaro un gran fan), Warcraft recrea la primera guer...

The Artist: el poder de las sensaciones mudas

The Artist: el poder de las sensaciones mudas

Se cerró la 84 entrega de los premios Óscar y como era de esperarse no hubo mayores sorpresas: triunfó la cinta The Artist, un forma...

Por qué dejaron a Nacho: una comedia llena de interrogantes

Por qué dejaron a Nacho: una comedia llena de interrogantes

No se equivoquen. “Porqué dejaron a Nacho si era tan buen muchacho?” no es el título de una de esas novelas suecas, sino una pel...

¿Por qué Jack El Cazagigantes es un fracaso?

¿Por qué Jack El Cazagigantes es un fracaso?

Más de 195 millones de dólares se han gastado los productores de Jack El Cazagigantes y, sin embargo, eso no ha evitado un desastre e...

Lo más leído

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados