Cine
La ventana abierta por la película El viaje del acordeón
Lanzada a nivel nacional durante el mes de mayo 2015, la película Los viajes del tiempo ha recorrido un camino tortuoso –pero lleno de mérito- para llegar a la pantalla gigante.
Desde que ganó el premio del público en el Festival de Cine de Cartagena en 2013, el documental había sido motivo de muchas expectativas y reunía todos los elementos para un lanzamiento nacional.
Su primera presentación en Valledupar, en el contexto del 46° Festival de la Leyenda Vallenata el 29 de abril del 2013 –ciudad en la que acontece gran parte de la historia del largometraje y donde residió uno de sus directores Andrew Tucker–, fue un primer contacto cálido con el público.
Sin embargo, era conocido que sus directores aspiraban a llevar este largometraje a otro nivel y hacer que la historia de unos músicos invitados a Alemania, en la tierra del acordeón, resonara en toda Colombia.
Hoy, el documental firmado por Rey Sagbini y Andrew Tucker representa una muestra de la inmensa riqueza folclórica y cultura de Valledupar, pero también es el testimonio de un sentimiento ligado al acordeón. Este largometraje abre la puerta a que un gran público se interese a la región desde una mirada insólita.
La historia queda reflejada en el título evocador. Desde el principio, los directores nos interpelaron con el relato insólito de un cargamento de acordeones que salió de Alemania en dirección de Argentina pero que, por error, terminó en las costas colombianas.
La fecha de ese acontecimiento es incierta pero las consecuencias son visibles. El instrumento de marca Hohner cambió definitivamente el rostro musical de Colombia y propició una revolución que hoy se celebra fervorosamente, como si de una celebración religiosa se tratara, entre el 26 y 30 de abril.
Después de esta breve introducción histórica con mucho contenido cultural y social, el documental nos acerca a la realidad de los concursos del Festival Vallenato haciendo paralelos interesantes con las riñas de gallo (que también recrudecen en este periodo).
Un trío de grandes músicos –conformado por Manuel Vega (acordeón), Jairo Suárez (caja) y Dioniso Bertel (guacharaca)– nos habla de lo que representa la música vallenata en sus vidas y describe su relación con sus respectivos instrumentos. De esta manera descubrimos que el folclor vallenato marca a diario el alma de un gran número de artistas de la costa, los transporta a otro universo y los impulsa a crear con originalidad, pero también y sobretodo, los incita a competir como gallos para defender su honor.
Por un lado, el documental recoge con mucho detalle los nervios que suscita la participación al certamen y el dolor que padecen muchos candidatos cuando reciben la noticia de su descalificación. Evidentemente, la ilusión movilizada en un escenario puede ser la causa de grandes frustraciones.
Sin embargo, la mayor parte de la trama se centra en un viaje de los protagonistas a Alemania donde visitan las oficinas de Hohner: la empresa que exporta el mayor número de acordeones a Colombia. Ahí descubren los contrastes de una cultura fría y perfeccionista, que se relaciona de un modo totalmente distinto con el acordeón, y aprenden –con muchos guiños– a relacionarse con ella.
A través de una trama sencilla, el viaje del acordeón ofrece una mirada tierna y conmovedora a un folclor en pleno movimiento y resalta desde un punto de vista antropológico los grandes contrastes de dos culturas unidas por un acordeón. En resumidas cuentas, un compendio de sensaciones e imágenes de gran gusto que vibra con las notas de un III corona.
PanoramaCultural.com.co
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