Cine
Pasante de moda: dinero, trabajo y algunas preocupaciones
En 2006 conocimos a Andy Sachs (Anne Hathaway), una joven sin la más remota idea sobre moda, que termina convirtiéndose en la mano derecha de la reina de la industria, Miranda Priestly (Meryl Streep), alter ego de Anna Wintour, verdadera cabeza de la prestigiosa revista Vogue. Casi 10 años más tarde, Hathaway regresa al torbellino del buen gusto y lo fashion en “Pasante de Moda” (“The Intern”).
Como Jules Ostin, parece que Hathaway es más madura y no despega los pies del piso pese a su éxito, pero está parada sobre arenas movedizas. Es la jefa y fundadora de una tienda online de ropa que en 18 meses se convirtió en un éxito que le permite tener más de 200 empleados aunque a un costo elevado.
Su aparente inexperiencia genera que la empresa se le vaya de las manos, sus inversionistas quieren que contrate a un CEO y su matrimonio se desmorona. Afortunadamente para ella, en este caso no tiene a una neurótica y tiránica Meryl Streep como aliada, sino que la voz de la experiencia viene de Robert De Niro, completamente sabio y enternecedor. Él es Ben Whitaker, viudo que aplica para un programa de internos “mayores” y que termina siendo el mentor espiritual de Jules.
Así es la vida a veces, parece que las tormentas se disipan sin mayor contratiempo ni ríspidos enfrentamientos. No hay necesidad de que pase algo extraordinario. Sin embargo, en el cine se requieren conflictos que se resuelvan y provoquen que la historia avance, para llevar al espectador de un punto A a un punto B.
Eso no ocurre en “Pasante de Moda”, un filme tierno, con humor espolvoreado y que examina la distancia entre generaciones grácilmente. Sus escenas enfatizan la muerte de la caballerosidad (¿por qué los hombres ya no usan pañuelos?) o la importancia de la vorágine tecnológica como marcapasos de la vida moderna (las charlas cara a cara han sido suplantadas por mensajes de texto y mails), pero nada más. Ello resulta en una cinta plana y poco elocuente que es demasiado extensa para lo que propone.
Si bien la película es una buena opción para disfrutarse en familia e incluso llevar a la abuelita, su construcción se basa en personajes trillados que se dejan conocer principalmente a través de los diálogos que de sus acciones y terminan siendo unidimensionales pese a que las actuaciones cumplen en el filme escrito y dirigido por Nancy Meyers. Probablemente porque el elenco está muy bien casteado y es liderado por dos ganadores del Oscar. De lo contrario, el resultado pudo haber sido muy diferente.
Mabel Salinas
0 Comentarios
Le puede interesar
Luis Ospina, primer director colombiano homenajeado en el Festival de Cine de Cartagena
Por primera vez el Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias, FICCI, -que se llevará a cabo del 2 al 7 de marzo de 2016-...
Clásicos del Cine para ver en época de Navidad
En época de Navidad, la televisión y el salón se vuelven unos de los lugares fundamentales para niños y adultos. Gracias a ello...
Noventa años de los Óscar
Es una noche de estrellas, se extiende la alfombra roja. La academia del séptimo arte de los Estados Unidos, una industria cultu...
Los primeros pasos históricos del cine colombiano
El 22 de octubre de 1922 se ofrece la función privada en Buga, del primer largometraje de ficción de la historia del cine colombi...
Papás de película
Este mes celebramos en Colombia el día del padre. Un dicho muy popular en nuestro país asegura que "madre sólo hay una, papá ...