Educación

La bebeteca y la lectura en la primera infancia

Leer es uno de los grandes deleites de la vida, sumergirse en un libro significa descubrir nuevos imaginarios y expandir las perspectivas del conocimiento. La escritura, tal vez la mayor invención humana, ha devenido como el seguro de la rica y fascinante (pero frágil) tradición oral.

La mayoría de las personas vivimos la lectura como una experiencia cotidiana, haciendo uso de la palabra escrita como la manera ideal para estar enterado de lo acontecido en todo momento.

Pero qué tal si pensamos en la lectura como un proceso que trasciende las palabras, como un aspecto de la comunicación que cada ser humano pone en práctica desde que empieza a percibir las señales del mundo, incluso desde su estancia en el vientre materno.

Un enfoque como este fue expuesto por la pedagoga Lucía Liévano el pasado 2 de noviembre en la Sala Múltiple del Banco de la República durante la clausura del VI Festival del Libro Infantil realizado en Valledupar; en su conferencia titulada “La bebeteca: animación a la lectura para la primera infancia” recorrió los fundamentos de un modelo pedagógico innovador, en el que los niños ingresan al mundo de los libros utilizando herramientas de naturaleza lúdica, lo que les permite tomar la lectura como una necesidad, un hábito y una experiencia satisfactoria.

“Leer es interpretar todos los mensajes que se nos presentan y es algo que empezamos a hacer desde que se desarrollan los sentidos, es por esto que debe tomarse la lectura como un paso más en la génesis del lenguaje, como un proceso que inicia en el hogar para luego pasar a la escuela y no al revés” expuso la conferencista, pero ¿cómo se logra esto? “Comunicándose permanentemente con el recién nacido, con afecto y alegría para que siempre esté atento a establecer un diálogo”.

Lucía Liévano es cofundadora de la Bebeteca, una idea concebida inicialmente como librería especializada en literatura infantil, que luego de 24 años se ha convertido en todo un proyecto de talleres orientados hacia la formación de niños desde los ocho meses, pero también de adultos (padres, maestros y bibliotecarios) como mediadores en el proceso lector.

De la conferencia, a la que asistieron en su gran mayoría docentes de preescolar y madres comunitarias, queda como enseñanza que  el potencial cognitivo depende en gran medida de la pedagogía desarrollada en la primera infancia, en esta época el ser humano posee una gran habilidad para el aprendizaje, la creatividad y el pensamiento divergente.

Finalmente la pedagoga resaltó que los libros son una oportunidad para conocer las temas difíciles, incluso algunos considerados un tabú como la sexualidad, los miedos, o las fantasías, pero que afectan a todas las personas y que en particular los niños necesitan afrontar para comprender los cambios tan rápidos que se presentan en su vida.

José Luis Ropero de La Hoz