Literatura

La espera, de Germán Piedrahita Rojas

Germán Piedrahita Rojas

14/06/2013 - 12:17

 

La espera / Obra de Marín Guevara. Y ahora estoy aquí sentado en este montecito de tierra, a la orilla del río, esperando a ver si pasa.

De pequeño, cuando no me interesaban las peladas y me contentaba con mis chanclas y una pantaloneta, salíamos todos a sentarnos en esta misma orilla  a ver pasar las lanchas rápidas con muchachos alegres que gritaban y nos saludaban y, algunas veces, se acercaban lo más que podían y nos tiraban dulces, frutas y hasta gaseosas que nos peleábamos como gatos en celo.

También esperábamos la hora de las grandes barcazas de transporte con los troncos de madera, el cemento, los ladrillos o las máquinas y los bultos de comida para los pueblos que han crecido viviendo del gran río. Todos decíamos que íbamos a ser capitanes de esos barcos.

De vez en cuando pasaban los bultos flotando con un gallinazo encima y nosotros les tirábamos piedras a vacas, caballos, cerdos o a cualquier animal que se ahogaba o que al morir tiraban al río por temor a que estuvieran enfermos.

Cuando le pegábamos al animal sonaba como un tambor y a veces explotaba como una bomba de chicle y soltaba un olor feísimo. Cuando le dábamos al chulo, había premio porque eso es muy difícil.

Recordatorio realizado por Ángela PiedrahitaY de pronto empezaron a pasar otros bultos, ya no eran tan grandes , ya no tan hinchados, eso sí, con el gallinazo encima y nos dimos cuenta de que no eran marranos, ni chivos, por las camisas rojas o azules, los pantalones rotos y unos brazos que se agitaban por el agua y los mirábamos con lentos movimientos de cabeza antes de salir gritando ¡Otro muerto! y los mayores nos metían a las casas y nos decían que ¡dejen eso!, que esos no nos pertenecen.

Pero todo cambió cuando mi papa y mi tío no volvieron del campo y vi a mi mamá salir a preguntarlos por todas partes y nadie daba razón. Y así un día, y otro, y otro más, y yo seguía creciendo viendo a mi mamá preguntar a todo el que llegaba si no los había visto por allí en algún lado.

Que dejara de preguntar tanto, le decían; que eso no es bueno; por algún lado deben de estar, usted ya sabe, de pronto se los llevaron o se fueron porque les ofrecían más, algún día van a aparecer.

Yo sigo volviendo, pero ya no tan seguido, al montecito de tierra, en la orilla de mi río, porque ellos pueden pasar en un planchón con comida o llevando la madera o el cemento o alguna maquinaria.

Ahora ya me gustan las peladas y no ando por ahí en pantaloneta y sé leer y hasta escribir, juego billar y también me tomo unas cervezas con lo que me gano bultiando en el granero y mi mamá me dice que pregunte por ellos, que allá llega mucha gente y alguno debe de haberlos visto.

Yo no sé si los podré reconocer al verlos pues recuerdo a mi papá y mi tío con sus brazos fuertes, sus dientes blancos y sus bigotes de macho y las fuertes risotadas cuando brindaban sentados a la puerta de la casa.

Y ese día yo no estaba en la orilla cuando escuché al hijo de la vecina que gritaba ¡otro muerto! y ahora sí salimos a ver quién era y fue mi mamá la que dijo ¡hay Dios mío, lo encontraron! ¡Es su tío mijito! Y sí, era mi tío, con su bigote de macho y sus dientes y sus brazos y ese hueco en la frente por donde le sacaron la vida.

Y es por eso que sigo viniendo a la orilla y me siento al lado de estos nuevos niños que miran pasar las pocas barcazas, esperando, que ojalá, no lo vea pasar hinchado por mi río.

 

Germán Piedrahita Rojas

 


Acerca de este relato: El cuento “La espera” fue publicado con el fin de recordar al artista Germán Piedrahita fallecido el 14 de junio 2012. Agradecemos a su esposa, Silvia Betancourt, por compartir este escrito así como el recordatorio realizado por su hija Ángela Piedrahita.

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

¿Cuáles son los lugares más inspiradores para leer?

¿Cuáles son los lugares más inspiradores para leer?

Leer es mi cuento. Leer es algo contagioso. Y ahora también Leer es algo que se practica en lugares inspiradores. Así es como si ti...

Noche de Poesía en la Casa Luque de Valledupar

Noche de Poesía en la Casa Luque de Valledupar

Las noches de poesía en la Casa de bahareque de Valledupar ya son una rutina bien establecida. Cada noche de luna llena tiene su corre...

“Hay situaciones que merecen ser narradas antes que cantadas”: Annabell Manjarrés Freyle

“Hay situaciones que merecen ser narradas antes que cantadas”: Annabell Manjarrés Freyle

Ganadora del Premio El Túnel 2015 (Montería) con el cuento “El hombre en su jaula”, la periodista samaria Annabell Manjarrés F...

La noche de la Trapa, el cuento corto de Germán Espinosa

La noche de la Trapa, el cuento corto de Germán Espinosa

  Nadie que, hacia la medianoche de aquel viernes de marzo, hubiese cruzado el paraje poblado de arbustos a cuya vera se alza el Mona...

Regalar libros es un ritual sagrado

Regalar libros es un ritual sagrado

  En un pequeño espacio de 15 minutos que saqué de mi ocupación docente, estuve en la biblioteca de mi pueblo dando un breve salud...

Lo más leído

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados