Literatura
La foto salió movida, el cuento breve de Julio Cortázar
Un cronopio va a abrir la puerta de calle, y al meter la mano en el bolsillo para sacar la llave lo que saca es una caja de fósforos, entonces este cronopio se aflige mucho y empieza a pensar que si en vez de la llave encuentra los fósforos, sería horrible que el mundo se hubiera desplazado de golpe, y a lo mejor si los fósforos están donde la llave, puede suceder que encuentre la billetera llena de fósforos, y la azucarera llena de dinero, y el piano lleno de azúcar, y la guía del teléfono llena de música, y el ropero lleno de abonados, y la cama llena de trajes, y los floreros llenos de sábanas, y los tranvías llenos de rosas, y los campos llenos de tranvías. Así es que este cronopio se aflige horriblemente y corre a mirarse al espejo, pero como el espejo está algo ladeado lo que ve es el paragüero del zaguán, y sus presunciones se confirman y estalla en sollozos, cae de rodillas y junta sus manecitas no sabe para qué. Los famosos vecinos acuden a consolarlo, y también las esperanzas, pero pasan horas antes de que el cronopio salga de su desesperación y acepte una taza de té, que mira y examina mucho antes de beber, no vaya a pasar que en vez de una taza de té sea un hormiguero o un libro de Samuel Smiles.
PanoramaCultural.com.co
0 Comentarios
Le puede interesar
La ciudad del pecado
En las primeras páginas de “Margarita entre los cerdos”, de Pedro Badrán (Random House, 2017), se avanza a tientas, pero con ...
Líbranos del bien y del mal, pero no de la literatura
Leer y escuchar al escritor Alonso Sánchez Baute es, de alguna manera, sumergirse en las problemáticas que acechan el Caribe co...
Juan Carlos Cespedes: “La poesía por sí es indefinible, gracias a Dios”
La poesía no se queda quieta. Viaja de un lado a otro en busca de escenarios, encuentros y anécdotas inolvidables. Se vive en carne...
Laura
“Haz que se yerga lo que me hace mujer, consigue luego que mucho de veras se encienda. Ven a unirte: es mi alegría. Dame al pequ...
Una mirada amarga
Aunque cada hombre mata lo que ama, que lo oiga todo el mundo, unos lo hacen con una mirada amarga, otros con una palabra lisonjer...