Literatura

Oye Valledupar, ¿Qué te pasa a ti cuando llega el mes de abril?

Margarita María Montero

13/09/2012 - 16:21

 

Desfile de las piloneras (año 2012)Por las cosas del Creador, me encontré acercándome a mis raíces, viendo y conociendo otra parte de mí ser, descubriendo la tierra de mi padre, formando parte de una cultura de una idiosincrasia que llevo en mi sangre, pero sin haber nacido aquí…. en Valledupar.

De repente, me vi sumergida entre canciones que narran las grandes leyendas de la tierra, acordeones que suenan magistralmente, cantores, aplausos, noches de parranda que cantan sus amores en presencia de amigos y familiares. Siempre acompañados del sonido de la caja y la guacharaca.

No me acostumbrada a tanto color, al despliegue de creatividad, encanto, ternura y pasión. A partir del mes de marzo empecé a oír en las calles los tambores y las voces que decían por las noches: “!Otra vez!”.

Me preguntaba qué era todo ese movimiento: jóvenes, adultos, ancianos y niños que se reunían en los ensayos de los grupos de piloneros, preparando sus coreografías de baile para el Festival Vallenato. Verdaderamente, todo era un espectáculo que recordaba la labor de las mujeres en la época colonial, acompasada por el toque del mazo contra el pilón.

Y entonces, empezó mi aventura, mi curiosidad por saber más de la tierra de mi “pae”. Él siempre suspiraba cuando estaba lejos y decía: “Chavita (así me dice él), se acerca abril y ya viene el Festival”.

En abril, genera curiosidad el contraste total. La primera semana se celebra la Semana Santa. La plaza se llena de feligreses que ignoran la Tarima Francisco el Hombre por completo, porque al lado está la Iglesia de la Concepción, tan llena de historia, el ícono del arte arquitectónico de la época colonial, restaurada y donde, hace algunos años, acudían a misa las señoras de sociedad con sus familias, ventilándose con un abanico en la mano, los hombres limpiándose el rostro con su pañuelo blanco, vestidos con sus pintas domingueras, muy juicioso todo el pueblo vallenato para seguir la procesión del Ecce Homo: el santo patrono de la ciudad.

Aquella iglesia colonial que respira historia se ha modernizado hasta el punto de tener, ahora, aire acondicionado. La misa se hace a puerta cerrada para que no se vaya el aire fresco y, afuera, esperan las dulceras para antojar a todos con sus manjares, dulce de mango, coco, leche, corozo y plátano maduro.

La iglesia principal de la Plaza Alfonso López es el epicentro de esas fiestas. Todo el mundo acude a ella: el gobernador, el alcalde, los ediles, diputados, la farándula local y el pueblo en general para las celebraciones programadas en la Semana Mayor. Sin embargo, en los últimos años, su poder de convocatoria se ha visto reducida por el presupuesto dedicado a la tradición religiosa y a la corriente cristiana. Algunos gobernantes han cambiado de religión y han intentado restar importancia a la tradición por culpa de los ídolos que, según se dice en la biblia, no agradan a Dios.

Con esto, todo se ha convertido en un “tire-que-jala” que hacen aún más interesantes los jocosos comentarios de la población. Me parece todo muy chistoso, aunque quizás no piensen lo mismo los curas (acostumbrados a tener su presupuesto) y que ahora sufren para organizar los festejos. Me imagino que los acordeoneros y cantantes le piden ayuda al Todopoderoso. Sí, como los futbolistas antes de un partido.

Acaba la Semana Mayor y siguen los ensayos de piloneras y los acordeoneros. Tres semanas después, todo el mundo está listo para la parranda. Llegó el festival, lo santo queda atrás, y la plaza Alfonso López se llena de Son, paseo, merengue, puya y ¡ayyyombeeees! por todos lados.

Ahora entiendo ese suspiro de mi “pae”. Ese anhelo de estar aquí. Es realmente maravilloso. Todo el ambiente de la ciudad cambia. Uno regresa en la historia y vuelve al presente como si todo hubiese sucedido ayer.

Los acordeones empiezan nuevamente a sonar día y noche con mucha emoción. Mi “pae” comenta que va a estar bueno el concurso del Rey Vallenato, o sea el mejor que interprete el acordeón. La gente expectante se para a los pies de la Tarima Francisco el hombre, ubicada en medio de la Plaza Alfonso López, al lado de la Iglesia de la Concepción que pierde protagonismo. La Tarima Francisco el Hombre se convierte en el sitio más popular pues era ahí donde se hacía el festival Vallenato: en el corazón del Valle. ¡Si señor! Un corazón que late al verse lleno de coterráneos, turistas y visitantes de toda Colombia y del extranjero.

Todos llegan para oír a los cantantes y ver interpretar a los acordeoneros, seguir el desfile de piloneros y comprar artesanías en Calle Grande, todo en Valledupar es arte, historia, cultura, música, alegría y buena compañía. Todos los que están fuera solo añoran regresar para el Festival; y hacen hasta lo imposible por estar aquí. Los que logran venir se lo gozan como el que más, y los que no, sólo ven pedacitos por televisión nacional aunque lo celebran con el corazón y suspiran (como vi tantas veces hacerlo a mi papá).

¡Oh! Valle del Cacique Upar, bañado por el río Guatapurí. No te conocía pero te llevo en mí,  eres la tierra que vio nacer a mi padre, y ahora viviendo aquí con la familia y amigos, disfrutamos juntos de la magia que rebosas cuando llega el maravilloso mes de Abril.

Margarita María Montero


Finalista del Primer Premio de Crónica Ciudad Valledupar 2012: “Oye Valledupar, ¿Qué te pasa a ti cuando llega el mes de abril” resultó finalista del Primer premio de crónica ciudad Valledupar 2012. Su autora, Margarita María Montero, nacida en Medellín el 18 de noviembre de 1974, trabaja en el diseño de modas y el arte en general con su empresa Marcell Models Eventos. Es una de las pioneras del modelaje profesional en Valledupar y fundadora de la vitrina de Exhibición comercial y cultural Uparmoda

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

Escribir, el oficio más difícil del mundo

Escribir, el oficio más difícil del mundo

  Escribir es el oficio más difícil del mundo. “El oficio de escritor es tal vez el único que se hace más difícil a medida qu...

Encuentro poético y sin fronteras en Valledupar

Encuentro poético y sin fronteras en Valledupar

Los amantes de la literatura, y en especial de la poesía, podrán disfrutar este lunes 30 de septiembre de un interesante intercambio ...

“Yin” Daza Noguera, un sanjuanero con talento literario

“Yin” Daza Noguera, un sanjuanero con talento literario

San Juan del Cesar, los Departamentos de la región Caribe y Colombia entera acaban de perder a uno de sus hijos ilustres, quien reuní...

El heroísmo, según Philip Roth

El heroísmo, según Philip Roth

Entre todos los términos que permiten ilustrar los valores de una sociedad, el de heroísmo me llama especialmente la atención por se...

Cuando Robin Hood fue prohibido

Cuando Robin Hood fue prohibido

  A mediados de los años cuarenta del siglo XX, algunos sectores estadounidenses estaban preocupados por los comunistas. Decidieron ...

Lo más leído

La historia detrás de la canción “La piragua” de José Barros

Alejandro Gutiérrez De Piñeres y Grimaldi | Música y folclor

La Muerte de Abel Antonio

Álvaro Rojano Osorio | Música y folclor

Los mejores comienzos de novela en español

José Luis Hernández | Literatura

El discutido origen de la arepa

Redacción | Gastronomía

Leer no duele

Diógenes Armando Pino Ávila | Literatura

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados