Literatura
La timidez del poeta
En estos días de cuarentena y confinamiento responsable, conmigo, con mi familia, con mi comunidad, donde sufro momentos de estrés, de ansiedad, de claustrofobia, de tedio y abulia; en estos días que me sobra tiempo, que las tareas que antes me aburrían por lo larga ahora me parecen cortas y agradables, me he dedicado a desempolvar algunos intentos de poesía, los cuales he venido aplazando año tras año su publicación.
Hoy tomo un poco de valor y deseo poner algunas de ellas a consideración de ustedes mis amables lectores, es una decisión difícil pero que debo asumir.
MUJER DESNUDA
Quisiera ser marinero osado para levar anclas en mi velero de sueños
Y desde la borda del deseo que quema mi cuerpo y consume mi alma,
Con el catalejo de la pasión otear el horizonte oculto de tu sexo.
Quiero navegar a la deriva en tus mares océanos,
Naufragar sin temores bajo la tormenta de tus besos
Para arribar extasiado en la playa virgen de tu cuerpo.
Quiero explorar palmo a palmo tu ignota geografía,
Aventurarme, sin más, por tus recónditos paisajes,
Partiendo del valle que va desde el piedemonte de tus senos
Hasta bordear la diminuta hondonada de tu ombligo.
Quiero recorrer en galope desbocado, el valle plano de tu vientre,
Descubrir con alborozado afán la selva virgen de tu pubis
Y retozar alegre en el pequeño bosque de sus vellos.
Contemplar el contorno precioso de tus hipnóticas caderas
Y asomarme sin miedo al precipicio de sus laderas,
Marcar un sendero en las cordilleras torneadas de tus piernas
Que señale el regreso hacia los erguidos picos de tus pechos.
Rotularé con nombres míticos todos tus lunares
Para no olvidar jamás mi desquiciada estancia
En ese maravillosos mundo de tu cuerpo cálido
Y así poder regresar seguro, cual pirata misterioso
En búsqueda del cofre donde guardas tu tesoro.
DESVARÍO
En la penumbra de mi aposento te aguardo,
Insomne y silencioso,
no te conozco, pero te presiento
y cada noche pinto tu rostro de una manera diferente
cual artista desquiciado que hace y rompe bocetos
en un delirio febril inagotable.
¡Esta noche!
Si, esta noche quiero pintarte de luna desnuda
provocativa y sensual,
y colocar delicadamente en la cima de tus senos
dos luceros titilantes que indiquen el camino
a las perturbadoras oquedades de tu pubis
donde fijaré una estrella de oriente
para que anuncie el final de mi locura.
A LA DERIVA
Quise agitar tus aguas mansas
para navegar hasta el cansancio
en tus mares océanos
y luego refugiarme
en la ensenada de tus playas.
Logré sumergirme
y explorar
tus tibias profundidades,
para jugar al buzo de pesca
en tu coral embrujado
y capturar las caracolas doradas
que emiten el eco de tus ansias,
tus suaves murmullos,
y tus tenues gemidos.
Pude romper tus olas,
para navegar en tus mares,
y descubrir las islas
donde escondes tus tesoros,
y alcancé a saborear
la sal húmeda de tus espumas,
alcancé a pastorear el cardumen
vivaz de tus sonrisas,
y perseguir encantado
los pececillos esquivos de tus besos.
Me propuse un día,
atracar en tu puerto,
para poner en orden
la bitácora de mi vida,
y poder restañar mis heridas,
y renovar mi estropeado velamen,
para luego
hacerme a la mar de nuevo
¡y no pude!
Tiempo después,
Quise levar anclas
y abandonar tu puerto
En busca de mares remotos,
¡No pude!
Desde entonces, navego a la deriva
Buscando tus orillas
Sin encontrar el norte
Que me saque de este mar calamitoso
Que me mantiene a la deriva
y a punto del naufragio.
Diógenes Armando Pino Ávila
Sobre el autor
Diógenes Armando Pino Ávila
Caletreando
Diógenes Armando Pino Ávila (San Miguel de las Palmas de Tamalameque, Colombia. 1953). Lic. Comercio y contaduría U. Mariana de Pasto convenio con Universidad San Buenaventura de Medellín. Especialista en Administración del Sistema escolar Universidad de Santander orgullosamente egresado de la Normal Piloto de Bolívar de Cartagena. Publicaciones: La Tambora, Universo mágico (folclor), Agua de tinaja (cuentos), Tamalameque Historia y leyenda (Historia, oralidad y tradición).
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