Literatura

Camino de girasoles, y otros poemas de Uriel Cassiani

Redacción

17/08/2020 - 04:45

 

Camino de girasoles, y otros poemas de Uriel Cassiani
El poeta Uriel Cassiani / Foto: El Comején

CAMINO DE GIRASOLES

Regresaron los muertos,

con noticias.

Con razones de la luz.

Cada uno de ellos, una rosa en sosiego.

Una estrella naciendo.

 

Escucho su hondo descanso

como una música nueva que cae.

Sorprendo rostros conocidos.

Descubro un camino de girasoles

marcado de la sala hasta el patio.

 

Regalaré mis libros…

La cama de lienzo,

el guardapaño,

las sonrisas sencillas,

los saludos más sublimes.

 

Porque antes de la próxima luna llena

marcharé en la fila con ellos.

 

LUCIÉRNAGAS BAJO LAS UÑAS

Recién adormecida la tarde,

santigua pequeños limoneros, varasantas,

trupíes, bongas.

 

Sonriendo despacio confiesa:

abuelo enseñaba después de cortar el arroz,

de reunir sosiegos para repartirlos a los suyos,

o descifrando el porvenir ajeno

en el rumor del fuego levantado por los leños.

Mostraba con rezos, los otros rostros de la luz.

 

Padre soñó una herencia para su hijo

aunque ésta fuese humilde.

Me comprendió por la era,

negado para ciertos asuntos de la levedad:

sólo sirvo para cortar girasoles,

simular con ellos pequeños soles en las manos,

atrapar luciérnagas para esconderlas bajo las uñas, ç

despertar temprano, esperando sorprender un fuego

más inocente que sus oraciones o el alba.

 

DEMASIADO POLVO

A: Ricardo Pérez Reyes.

Las manos, los ojos, el corazón.

 

Crecieron nuestras sombras

o las generosas puertas de casa

se hicieron pequeñas…

el viento golpea con cautela

como alguien que inseguro regresa.

Perdieron las paredes su virtud de lienzo,

allí, una maleta esperando un viajero,

un almanaque sin fechas,

una línea sobrevive:

Recordarás a Epifania.

 

El lugar de la casa que congregaba a la familia

no soportó el peso de hermanos repartidos,

de árboles sin sombras en los bordes.

 

Regreso a reunir los huesos nuestros,

a sacudir la memoria de perfectos momentos.

Descubro en los rincones las muñecas de las hermanas:

parecen abrirme los brazos.

Dudo que alcance la claridad del Universo

para volver a hacer la luz en estas habitaciones

donde sobraba cielo.

 

¿En qué momento el rumor del arroyo

desapareció de nuestras gargantas?

Demasiado polvo para limpiarlo todo, con un viento

iniciado en los pulmones.

Queda un recipiente de arcilla

donde bebíamos aguas despiertas,

unas voces que vuelven reclamando a sus dueños.

¿Será ésta la victoria de la noche?

 

¿El estado real de la muerte?

 

PanoramaCultural.com.co

1 Comentarios


Uriel Cassiani 17-08-2020 08:05 AM

Gracias a mi casa. Esa casa maravillosa que es Panorama Cultural.

Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

Monólogo del árbol de mango de la plaza Alfonso López

Monólogo del árbol de mango de la plaza Alfonso López

De la plaza “Alfonso López” en Valledupar soy más que un follaje de sombra que guarda secretos emociones; también soy alianza de...

Crónicas de mi viejo valle y algo más

Crónicas de mi viejo valle y algo más

Un testigo de su tiempo. Un observador de los cambios del Valle. Así  podría presentarse a Luis Alberto Armenta Mestre, además de l...

La Biblioteca, un testimonio de Piedad Bonett

La Biblioteca, un testimonio de Piedad Bonett

Aprendí a leer a los cuatro años, de mano de mi madre, una maestra de escuela,  y desde esa edad me envicié a la lectura, impulsad...

El hombre que hablaba de Marlon Brando

El hombre que hablaba de Marlon Brando

  Después de casi tres años de su publicación, he leído, por fin, la novela de mi paisano y pariente Jhon Jairo Junieles. Como pr...

El muchacho de los mandados

El muchacho de los mandados

  Todos los días, apenas terminaba de ayudar a mi papá en la venta de hielo que tenía en el mercado, me iba a pescar al río Magda...

Lo más leído

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados