Literatura

Los vecinos nunca sospechan la verdad, el cuento breve de Óscar Collazos

Redacción

28/10/2021 - 05:05

 

Los vecinos nunca sospechan la verdad, el cuento breve de Óscar Collazos

Es verdad: los vecinos nunca sospechan la verdad: se encierran en sus conciliábulos, son herméticos en sus conjeturas, carecen de imaginación, no van más allá de los detalles ni se detienen en las sospechas. Los vecinos son, por naturaleza, torpes. Hacen daño o causan beneficios irrisorios sin llegar a ser inofensivos. Casi siempre la prudencia es una de sus virtudes: cuando salgo de casa quieren decirme (o hacerme caer en cuenta) que hablan de mí, que sus voces bajas tengo que oírlas y de ahí sus gestos grandilocuentes, sus dedos índices visibles, sus bocas torcidas de desprecio, sus espaldas dándome a la cara.

En verdad: los vecinos no tienen la menor idea de la clandestinidad, de la conspiración, de las sutilezas o la inteligencia creadora, son, este, son —cómo decirlo—, son casi siempre como cacatúas alborotadas, hasta el momento de prender los noticieros de la tele, de darse a la tarea de hablar más alto que el locutor y de anunciar en coro los mismos productos de belleza. Los vecinos: es verdad, son impacientes, quieren darlo todo en un segundo, no entienden de sobreentendidos, son evidentes, literales, como un texto de lectura, son: despreciablemente ingenuos y es así como, en el momento monos pensado, son incapaces de calcular qué pasa en el segundo piso, por qué este ruido de disparos penetra por algún lugar del edificio y lo llena de ecos extrañísimos, por qué estos gritos desgarrados, por qué esta fuga de tres hombres en uniforme que han venido en la mañana a perturbar mi casa, a escarbarla sin ninguna prudencia.

Los vecinos, siempre lo dije, no pueden llegar a sospechar del momento en que muera abatido por doce disparos de pistola, ahogado en mi propia sangre y en mis gritos. Los vecinos, es verdad, no pueden entenderlo, menos el momento en que en el segundo piso alguien grita “me matan” y un silencio ignominioso presagia el nacimiento de un nuevo terror. Es entonces cuando son incapaces de salir a la calle (miran, celosamente, detrás de las persianas, detrás de las hendijas de alguna puerta desvencijada, detrás de alguna celosía que se abrió para espiar los pecados de la calle, los adulterios de enseguida, las borracheras de-al-lado, las palizas del ferroviario, los deslices de la adolescente que cursa tercer año de comercio y mecanografía), los vecinos: es verdad, nunca podrán medir la dimensión del crimen del segundo piso ni sacar de la noticia leída algo más allá de ese texto que dice: “Misteriosamente muerto un joven de veinte años en su residencia del barrio San Antonio de la ciudad de Cali cuando ingería licores”.

 

Oscar Collazos

Biografía del desarraigo
(Buenos Aires: Siglo XXI, 1974, 143 págs.)

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

Pescar en mares literarios

Pescar en mares literarios

  Mucha gente que he conocido de varios estratos sociales y culturales, han estado de acuerdo en decirme que no empiezan la lectura d...

La noche luce ciega, de Luis Alberto Murgas Guerra

La noche luce ciega, de Luis Alberto Murgas Guerra

Cada sábado entre nueve y doce de la mañana en el taller de RELATA, el poeta Luis Alberto Murgas Guerra nos invita a sobrevolar el in...

La última escala del Tramp steamer, de Álvaro Mutis

La última escala del Tramp steamer, de Álvaro Mutis

  En los relatos literarios se esconden los detalles biográficos y las inquietudes existenciales de sus escritores. Son el resultado...

La embriaguez de los pájaros

La embriaguez de los pájaros

  Ahí está Adán picando el acordeón con los ojos cerrados. Dios, que ahora es un pájaro que bebe Old Parr, suelta un grito de ...

Lenine en las bananeras, un cuento de Francisco Gnecco Mozo

Lenine en las bananeras, un cuento de Francisco Gnecco Mozo

  El cuento y el autor «Lenine en las bananeras»[1] es un cuento del médico, periodista y escritor samario Francisco Gnecco Mozo ...

Lo más leído

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados