Literatura

La ciudad del pecado

Diego Niño

06/12/2021 - 04:35

 

La ciudad del pecado

 

En las primeras páginas de “Margarita entre los cerdos”, de Pedro Badrán (Random House, 2017), se avanza a tientas, pero con paso firme. Después de algunas páginas, se arriba a un lugar en el que las imágenes son nítidas, luminosas a pesar de que transcurren en la noche o bajo la lluvia. Imágenes que crean una Bogotá de calles sucias, ventanas rotas, hoteles de mala muerte:

Noche sin lluvia.

Cuatro, cinco pisos.

En el segundo, un bar de gays. En el primero, videos y cabinas: sexo con animales, interracial, enanas, bukkake, masturbaciones, asiáticas, latinas, etcétera. En el tercero yo debía representar mi papel de drogo viejo […] Una puerta, una contraseña, un calvo con cara de chupada y ojos enrojecidos, un pasillo estrecho, música pesada y, después de una puerta de metal, una sala circular con cojines satinados”.

Es inevitable sentir que se camina por La Ciudad del Pecado de Frank Miller: prostitutas, ladrones, asesinos, policías, jueces y fiscales corruptos. Corrupción en todos los niveles, en todas las formas. Bogotá se transforma en el escenario de la corrupción que traba todos los engranajes, que oxida todas las bisagras. La corrupción que se transforma en una hoz asesina para quien se ponga en su camino.

Al comienzo la corrupción es opaca, apenas un pasillo en el que se oyen rumores, se ven sombras, pero a cada paso se va haciendo más nítido el horror de sus efectos, la perversidad de sus métodos. De esta manera, Pedro aprieta la tuerca hasta que la atmósfera, el lenguaje y los argumentos construyen un pantano que el lector cruza a brazadas.

En este universo putrefacto, Ulises Lopera es una luz que ilumina algunos rincones a pesar de que es igual de corrupto a policías, jueces y senadores. Ulises duda, piensa, se arrepiente y administra justicia cuando está a su alcance: no es la venganza del héroe norteamericano ni la redención del místico: es una justicia leve, insuficiente en la mayoría de casos. Una justicia que administra con métodos que están por fuera de la órbita de la legalidad, pero que son los métodos aceptados en un universo sin dios ni ley. El mismo Ulises que se enamora de la mujer equivocada: una muchacha de cabello rojo, como sangre coagulada, y quien lo arroja al infierno en el que todo tiene precio: desde la libertad hasta la vida. Un infierno que recuerda a la Colombia de desfalcos millonarios, políticos que huyen de la justicia, jueces que se venden al mejor postor. La Colombia del todo vale y de la malicia indígena.  

 

Diego Niño

@diego_ninho

Sobre el autor

Diego Niño

Diego Niño

Palabras que piden orillas

Bogotá, 1979. Lector entusiasta y autor del blog Tejiendo Naufragios de El Espectador.

@diego_ninho

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

Luceros de Callejón

Luceros de Callejón

  No pelee con los años, me dijo el viejo Antonio, ellos se van encargando de sacudirlo todo. Con los años no se puede ni discutir ...

“En casa de mi abuela, mis tíos siempre narraban historias de aparecidos”: José Acosta

“En casa de mi abuela, mis tíos siempre narraban historias de aparecidos”: José Acosta

“¡Qué inmenso es el mundo!”, expresa uno de los jóvenes protagonistas de la novela “Un kilómetro de mar” del escritor dom...

Ernest Hemingway: el análisis de un estilo literario

Ernest Hemingway: el análisis de un estilo literario

  Hemingway no siempre describe a los personajes de la misma forma. A veces recurre a una descripción directa, aunque siempre con po...

Ampliación de la frontera agrícola: el caso del Cesar

Ampliación de la frontera agrícola: el caso del Cesar

El docente Nelson Ramírez publicó en mayo de este año un valioso estudio sobre la evolución histórica del sector agrícola en el C...

Virginia Woolf o la gran ruptura literaria

Virginia Woolf o la gran ruptura literaria

  La primera vez que escuché el nombre de Virginia Woolf* fue en 1967 y nunca he olvidado ese momento. Mis padres me habían llevado...

Lo más leído

La Cultura y el laberinto del poder

Omar Castillo | Pensamiento

Los Pacabuyes: ¿un pueblo Chimila o Malibú?

Luis Carlos Ramirez Lascarro | Pueblos

La magia de Escalona

Alberto Muñoz Peñaloza | Música y folclor

Vallenato clásico

Luis Carlos Ramirez Lascarro | Música y folclor

El Vallenato de Rafael Escalona

Darío Blanco Arboleda | Música y folclor

Armando Zabaleta: el fecundo compositor de “No voy a Patillal”

Eddie José Dániels García | Música y folclor

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados