Literatura
Árbol bajo la lluvia
Reseña del libro de cuentos “El Cuidador” de Carlos Fernández. Fallido Editores. 2022.
El universo de los cuentos que componen la antología es igual al universo que habitamos, salvo por una anomalía. Los protagonistas asumen ese fenómeno con una actitud que no es científica ni filosófica. Por lo general la irregularidad obliga al protagonista a ver su vida desde una perspectiva diferente sin tomarse el trabajo de explicar la singularidad. Haga de cuenta que usted se pone lentes de filtro verde para contemplar su piel: da por sentada la naturaleza del lente, pero se entrega a la tarea de reflexionar sobre la naturaleza del color de piel.
Carlos Fernández sabía que introducir una anomalía en el cuento implicaba que debía trabajar en la naturaleza del fenómeno, lo que es muy difícil gracias a que su única herramienta es el alfabeto, la tilde y los signos de puntuación. La reacción de los personajes exigía, además, el estudio y la construcción de su psicología. Un personaje plano, mal perfilado, no se sostiene en un escenario en el que cambia el entorno y la manera de verse a sí mismo. Era grande el reto, pero el resultado es más que satisfactorio: el fenómeno es veraz y los personajes son redondos.
Hay un punto adicional: la decisión de que no se enfatice en la naturaleza de la anomalía, sino la naturaleza del personaje, hace que palpite la oscuridad en los cuentos: la soledad y el desarraigo de quien no tiene dinero; el miedo, el dolor y la impotencia del que padece la desaparición o la muerte un familiar cercano; la soledad de tantas y tantos que van por la vida sin certezas ni esperanzas.
En “El Cuidador” habita la más incómoda, pero la más certera de las humanidades, porque todos padecemos las mismas angustias y los mismos temores. Somos hojas de un árbol que se sacude bajo la lluvia. Por lo general, nos sostenemos a pesar de la violencia del aguacero. Sin embargo, algunos pierden la batalla y caen vencidos por el peso del agua o por la fuerza del viento. En pocas ocasiones, como sucede en los cuentos de este libro, se tiene la oportunidad de contemplar la gota de agua que trepa por la hoja desafiando todas las leyes de la física y la lógica.
Diego Niño
@diego_ninho
Sobre el autor
Diego Niño
Palabras que piden orillas
Bogotá, 1979. Lector entusiasta y autor del blog Tejiendo Naufragios de El Espectador.
0 Comentarios
Le puede interesar
Katja Petrowskaja o el poder evocador de la palabra
Tal vez Esther(Ediciones Adriana Hidalgo, traducción de Nicolás Gelormini), de la ucraniana Katja Petrowskaja (1970), obtuvo el imp...
El compa Chello
No sé cuál era su verdadero nombre. Es posible que se llamara Eusebio. Todos en el pueblo le decían con cariño, compa chello, y él...
Se llamaba Matilde Espinosa
El 25 de mayo de 2010 se cumplió el primer centenario del nacimiento de Matilde Espinosa, gran señora de la poesía colombiana y pr...
Los diez de Mendoza
Estamos en tiempos caseros, redescubriéndonos como seres de nuevo, sin la bulla urbana, sin los gritos callejeros, sin ruido y hum...
El alma salvaje de nuestra sociedad
El poeta y fundador de Terrear Ediciones, William Jiménez, conversa con el escritor Miguel Barrios Payares en torno a la lectura, el q...