Literatura
El cuento del gallo capón, el cuento muy breve de García Márquez
Los que querían dormir, no por cansancio sino por nostalgia de los sueños, recurrieron a toda clase de métodos agotadores. Se reunían a conversar sin tregua, a repetirse durante horas y horas los mismos chistes, a complicar hasta los límites de la exasperación el cuento del gallo capón, que era un juego infinito en que el narrador preguntaba si querían que les contara el cuento del gallo capón, y cuando contestaban que sí, el narrador decía que no había pedido que dijeran que sí, sino que si querían que les contara el cuento del gallo capón, y cuando contestaban que no, el narrador decía que no les había pedido que dijeran que no, sino que si querían que les contara el cuento del gallo capón, y cuando se quedaban callados el narrador decía que no les había pedido que se quedaran callados, sino que si querían que les contara el cuento del gallo capón, y nadie podía irse, porque el narrador decía que no les había pedido que se fueran, sino que si querían que les contara el cuento del gallo capón, y así sucesivamente, en un círculo vicioso que se prolongaba por noches enteras.
FIN
Gabriel García Márquez
0 Comentarios
Le puede interesar
La periodista Natalia Gnecco presenta su novela La Promesa
La periodista Natalia Gnecco Arregocés inicia hoy un nuevo camino. Tras años de periodismo (que hemos podido saborear en parte gr...
"La poesía es como la chikungunya": Martha Navarro
No hay cita literaria que se pierda. Salta de un evento a otro con discreción, con la prudencia que le obsequia su temperamento dulc...
Ramón Bacca: últimas palabras
La muerte de Ramón me deja frío. Hablábamos con mucha frecuencia. Eran charlas largas, plenas de picardía y humor. El 11 de en...
Alina suplicante, de Juan Gabriel Vásquez: una novela olvidada
El 18 de octubre de 2013, Juan Gabriel Vásquez empieza su columna en el periódico El Espectador titulada “Gracias, señora Munr...
Cuento: Ficciones sobre la conducta del Rey
El rey es joven y hermoso. Muchas mujeres, en la soledad de sus bañeras, acariciándose los senos, sueñan con dormir entre sus br...