Literatura
Poemas desde mi pueblo
Últimamente, a través de las redes sociales, estoy compartiendo algunos de mis poemas, hoy quiero ponerlos ante ustedes, esperando sean leídos, comentados y criticados, mi esperanza es leer sus cometarios ya que ello enriquece al escritor, al poeta.
A LA DERIVA
Quise agitar tus aguas mansas
para navegar hasta el cansancio
en tus mares océanos
y luego refugiarme
en la ensenada de tus playas.
Logré sumergirme
y explorar tus tibias profundidades,
para jugar al buzo de pesca
en tu coral embrujado
y capturar las caracolas doradas
que emiten el eco de tus ansias,
tus suaves murmullos,
y tus tenues gemidos.
Pude romper tus olas,
para navegar en tus mares,
y descubrir las islas
donde escondes tus tesoros,
y alcancé a saborear
la sal húmeda de tus espumas,
alcancé a pastorear
el cardumen vivaz de tus sonrisas,
y perseguir encantado
los pececillos esquivos de tus besos.
Me propuse un día, atracar en tu puerto,
para poner en orden la bitácora de mi vida,
y poder restañar mis heridas,
y renovar mi estropeado velamen,
para luego hacerme a la mar de nuevo
¡y no pude!
Tiempo después,
Quise levar anclas y abandonar tu puerto
En busca de mares remotos,
¡No pude!
Desde entonces, navego a la deriva
Buscando tus orillas Sin encontrar el norte
Que me saque de este mar calamitoso
Que me mantiene a la deriva
y a punto del naufragio.
CLEPSIDRA
El río del tiempo
Pasó bajo el puente de mi vida
Arrastrando sin piedad
sueños que no conocieron días
y días que no conocieron sueños,
su inexorable devenir
desbarrancó algunas orillas,
las de poca firmeza,
amigos que no lo eran,
otros que fueron y dejaron de serlo,
amores por caprichos comprados,
y caprichos por amores sostenidos,
egos inflamados, grandezas imaginarias
que se fueron empequeñeciendo en ese Liliput
en que a veces se convierte nuestro entorno.
El río del tiempo trató de desenraizar
La fronda de mis ilusiones,
solo logró deshojarla,Y ya maltrecha
Quedan yemas tercas que se niegan aceptar
el desastre deshonroso de no haber nacido.
Por dentro algo ruge,
y se niega aceptar el desastre anunciado,
Es volcán, es fuego, es lava
Que brota de lo profundo.
rebeldía de cimarrón en las entrañas del mulato
en esa mezcla racial que llevo,
esa que me mantiene de pie a pesar de los tropiezos,
esa que me levanta y me enseña a no caer,
esa que da el temple y la constancia,
esa que en la humildad levanta orgullo,
y que descalzo me convierte en príncipe,
esa que se niega a ser vencida,
la que no permite poner rodilla en tierra,
la que le dice al tiempo, ¡Sigo vivo!
HOMO SAPIENS
Indolente, ayer
Taló árboles centenarios,
Descuajó montañas de tigres,
Invadió playones y desecó
Riachuelos y humedales.
Nostálgico, hoy
Añora el trinar de los pájaros,
El ronco grito de los monos,
El plateado nado de los peces,
La agilidad de la ardilla
Y el sedante murmullo del río.
Armando Diógenes Pino Ávila
Sobre el autor
Diógenes Armando Pino Ávila
Caletreando
Diógenes Armando Pino Ávila (San Miguel de las Palmas de Tamalameque, Colombia. 1953). Lic. Comercio y contaduría U. Mariana de Pasto convenio con Universidad San Buenaventura de Medellín. Especialista en Administración del Sistema escolar Universidad de Santander orgullosamente egresado de la Normal Piloto de Bolívar de Cartagena. Publicaciones: La Tambora, Universo mágico (folclor), Agua de tinaja (cuentos), Tamalameque Historia y leyenda (Historia, oralidad y tradición).
1 Comentarios
Sencillamente espectaculares, sobre todo escritos en cristiano para entenderlos.
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