Literatura
De Valledupar a Macondo: el prólogo de Jaime Bonet
A continuación, les presentamos el prólogo presentado en la obra “De Valledupar a Macondo: los caminos del realismo mágico” de Johari Gautier Carmona.
La mirada de un extranjero a la realidad nacional o local siempre aporta nuevas visiones que, generalmente, no alcanzamos a dimensionar desde nuestra posición como nativos. Por eso, me parece muy valioso el hecho que Johari Gautier Carmona se haya animado a compilar en este libro gran parte de su visión de Valledupar, la ciudad donde crecí y en la cual, por cosas del destino, ya no resido, pero siempre intento mantenerme en contacto.
En esa tarea de hacerle seguimiento al quehacer del Valle, me encontré con la titánica labor que adelantaba Johari Gautier para producir un portal con contenido cultural: “Panorama Cultural”. Una tarea nada fácil en una ciudad donde considero que hemos caído en la “vallenatización” de la Cultura. Los vallenatos somos muy orgullosos de nuestro folclor, me incluyo en este grupo, pero en las últimas décadas, con el ascenso de la música vallenata, la única expresión cultural que se ha valorado es este hermoso ritmo musical, y como consecuencia, se ha dado poca exposición a otras manifestaciones artísticas.
En este contexto local, Johari Gautier nos muestra una visión diferente de la realidad vallenata. Se adentra en el mundo macondiano en que vivimos y entrega nuevas lecturas criticas y constructivas. Y va más allá de la Cultura para contarnos su visión de algunos procesos históricos, políticos y económicos durante los años que ha estado vinculado a la capital mundial del vallenato. Sin duda, una visión diferente que aporta nuevos planteamientos a las discusiones de ciudad.
El libro incluye un análisis de la relación de Valledupar con el acordeón, un instrumento europeo que llegó al Valle para convertirse en protagonista de nuestro folclor. Destaca cómo, en nuestra región relativamente aislada, podía verse juglares que viajaban de pueblo en pueblo llevando los mensajes y amenizando las fiestas hasta cerca de la mitad del siglo XX. Estos juglares se apoderaron del acordeón probablemente a finales del siglo XIX y lo incorporaron en sus interpretaciones musicales, terminando este instrumento europeo mezclado con ese realismo mágico de Macondo que Gabriel García Márquez describió muy bien en sus obras. En sus escritos, el autor explica con lujo de detalles cómo encontró en Valledupar ese realismo mágico que descubrió en los libros del premio Nobel colombiano.
Pero Johari Gautier va mucho más allá e incluye unos capítulos con la vida de dos personajes que migraron a Valledupar en la década de 1960, cuando nuestra región vivió una de las bonanzas agrícolas más recordadas: el cultivo del algodón. Un auge económico que introdujo una dinámica empresarial no antes vista y que atrajo a muchos foráneos para emprender en nuevas actividades económicas y sectores de la ciudad. Estos escritos representan una gran contribución al estudio sociológico de la región porque son pocos los trabajos que indagan en esta ola migratoria que cambió el entorno económico y social vallenato.
También aborda temas ambientales como la extinción del árbol Macondo, aquel que inspiró el nombre del pueblo emblema del realismo mágico de Garcia Márquez, o el movimiento que se generó para la protección del cerro de Hurtado a raíz de los intentos de urbanización que iniciaron algunos constructores vallenatos.
Por otro lado, los temas económicos ocupan un espacio importante en esta obra ya que el autor comparte lo vivido durante la pandemia del Covid-19 en Valledupar, la cual hizo evidente los problemas del sistema de salud y los manejos poco transparentes en la administración pública local. También se describe el problema social que supone el alto desempleo, una pobreza galopante y una inseguridad elevada.
Finalmente, me gustaría destacar la visión del periodista en la defensa del Patrimonio cultural de la ciudad y los contrastes que surgen por la declaración de “Ciudad creativa” cuando se carece de políticas que estimulen la promoción de nuevas ideas y emprendimientos.
No me queda duda que la mirada de Johari Gautier Carmona aporta una visión diferente de la realidad vallenata, identificando las fortalezas y las debilidades de una ciudad que necesita reconocer nuevos rumbos que vigoricen su identidad vallenata con una perspectiva global. Valledupar requiere fortalecer su capital humano para enfrentar este reto, y tener perspectivas críticas y propositivas puede contribuir a este objetivo.
Jaime Bonet
Gerente de la sucursal de Cartagena del Banco de la República y director del Centro de Estudios Económicos Regionales (CEER)
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