Música y folclor

Gustavo Gutiérrez: “Hay que cantarle al amor”

Redacción

02/04/2012 - 10:50

 

Gustavo Gutiérrez en pleno conversatorioNacido un 12 de septiembre, en frente del Santo Ecce Homo, Gustavo Gutiérrez es uno de los grandes espejismos de esta tierra vallenata: lirismo, pasión y orgullo son algunas de las facetas que lo caracterizan.

En un conversatorio organizado por la Fundación Universitaria San Martín, el compositor comentó los puntos claves de su trayectoria y recitó, para el placer de todos, algunos de sus versos más conocidos.

En 1963, Gustavo Gutiérrez grabó su primera composición: “Confidencia”. Es la primera canción de un largo viaje a través de las emociones y los paisajes de su Tierra querida. El compositor la considera como su favorita porque le permitió ser conocido a nivel regional y nacional.

Y esa primera composición llegó como una gran sorpresa en el universo musical. ¿Cómo imaginar que Gustavo Gutiérrez un joven que estudió Administración de Empresas se dedicaría con tanto frenesí a la composición?

“Yo estudié Administración de Empresas para complacer a mi padre –aclaró Gustavo–. Para no oponerme a su voluntad”. Muchos artistas emprenden una carrera y se dan cuenta más adelante de sus capacidades creativas. Gustavo Gutiérrez es uno de ellos pero cabe destacar que esa formación le sirvió para demostrar sus habilidades de gerencia durante cinco años en el Festival de la Leyenda Vallenata.

Hoy, Gustavo explica que el camino que emprendió era lo más natural: “Imagínese yo, administrar dinero…”, clama con un tono irónico. “Soy un tipo que vive en las nubes y, afortunadamente, eso me ha servido para hacer poesía”.

Sus inicios fueron marcados por la reacción hostil y recelosa de expertos que lo consideraban como un compositor de boleros y tangos. Incluso algunos de sus amigos le decían que lo que hacía no era vallenato. En realidad, su genio se impuso primero en Bogotá y más adelante fue reconocido en Valledupar.

En materia de composición, Gustavo sostiene que lo importante es mantener un equilibrio entre la letra y la melodía. Se deben cuidar ambos aspectos. “El problema es que [los compositores] se fueron todos al romanticismo y se olvidaron de la crónica”, expresó el compositor.

Gustavo Gutiérrez no se considera ni folclorista ni historiador. Es antes de todo un conversador y poeta. Un hombre que le encanta la vida, la naturaleza, los arroyos y los campos. No le gusta dar consejos pero admite que la nueva ola de cantantes no da la suficiente importancia a la naturaleza y hacen apología al despecho y al desamor. “Eso no es bueno –expresa Gustavo Gutiérrez–: hay que cantarle al amor”.

Vive para crear y componer, aunque nos hizo una revelación. “Me retiré hace ocho años –comentó el artista–, porque considero que la música es como el deporte: hay un momento en el que hay que retirarse y reconozco que perdí esa religiosidad por componer”.

Esta noche de conversación y confidencias terminó de la mejor manera: con una interpretación colectiva del tema “Confidencia” y la entrega de un reconocimiento por su labor artística concedida por la Fundación Universitaria San Martín.

En el recuerdo quedan el brío y entusiasmo del compositor, su apasionamiento y espontaneidad. Todo en Gustavo Gutiérrez es expresión y poesía, fe y devoción por el idioma y la canción. También recordamos ese pedido de un espectador que reclamó al artista una composición especialmente dedicada al río Guatapurí. Quizás el futuro nos de ese regalo. Quizás.

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