Música y folclor
La lírica en el canto vallenato
La poesía lírica es la lengua materna de la raza humana. Cuando el amor cautiva con sus delicias o marchita con sus matices de ausencia, el corazón ungido por la intimidad estética, empieza a cantar.
A Safo (VI a. C.) con sus cantos de amor, de pasión y de celos se le atribuye el surgimiento de esta manera de poetizar, que se cantaba o recitaba con el acompañamiento de la lira. Toda la poesía cantada tuvo la denominación de lírica. Con el divorcio casi absoluto entre la música y la poesía durante el Renacimiento, el adjetivo perdió su significado etimológico y con el tiempo pasó a confundirse con el concepto de poesía.
Los dos grandes temas de la lírica son la muerte y el amor. Durante el siglo XVIII, se concedía más importancia al teatro o a la poesía de carácter didáctico, a pesar de lo cual poetas como el español Menéndez Valdés continuaron cultivando el género lírico con gran brillantez. Sin embargo, fue en el romanticismo cuando la lírica adquirió mayor esplendor. En la poesía romántica se abandonan los temas mitológicos y bucólicos, y se imponen la historia, la leyenda nacional y la exploración de la intimidad. La fantasía lirica romántica, exenta de frenos y de medida, corre frenéticamente en el ensueño. “El mundo se torna sueño, el sueño se torna mundo”, expresa el poeta Novalis.
La elegía es el lamento por la muerte u otras desgracias íntimas o sociales. Una de las elegías más conocida es la del poeta Jorge Manrique (1440- 1479) que escribió por la muerte de su padre: Recuerde el alma dormida, avive el seso y despierte / contemplando/ cómo se pasa la vida, cómo se viene la muerte/ tan callando…
Cualquier vallenatólogo o un simple aficionado a la buena música vallenata que lea estos versos, encontrará ciertas semejanzas con la canción del maestro Rafael Escalona a la muerte de su amigo Jaime Molina: Recuerdo que Jaime Molina/ cuando estaba borracho ponía esta condición / que si yo moría primero él me hacía un retrato/ y si él moría primero le sacaba un son…
La lírica no corresponde a un momento histórico, es la sublimación de la poesía y la metafísica del sentimiento; sus versos no tienen épocas, son de la profundidad íntima del corazón. La poesía lírica describe muy poco, sus temas son las vivencias del poeta, o es el mundo, contemplado en su aspecto sensitivo y emocional. En un presente sustraído del tiempo, sin sentirse vinculado a un determinado lugar. El poeta lírico trata de expresar todo lo que puede mover a un corazón humano: amor y muerte, la belleza de la naturaleza y la grandeza de Dios. Todo visto por el lado del sentimiento.
Donde hay un ser humano, hay poesía. Todo ser humano sueña, ama y llora, es por naturaleza un romántico. El poeta superior de la canción vallenata, Gustavo Gutiérrez Cabello, y los buenos compositores saben que “cada palabra posee, en virtud de su altura y su color acústico, un determinado halo afectivo” como lo apunta Johannes Pfeiffer.
José Atuesta Mindiola
Sobre el autor
José Atuesta Mindiola
El tinajero
José Atuesta Mindiola (Mariangola, Cesar). Poeta y profesor de biología. Ganó en el año 2003 el Premio Nacional Casa de Poesía Silva y es autor de libros como “Dulce arena del musengue” (1991), “Estación de los cuerpos” (1996), “Décimas Vallenatas” (2006), “La décima es como el río” (2008) y “Sonetos Vallenatos” (2011).
Su columna “El Tinajero” aborda los capítulos más variados de la actualidad y la cultura del Cesar.
0 Comentarios
Le puede interesar
Apuntes de un homenaje al redentor del Vallenato
El pasado 13 de mayo se cumplieron cuatro años del fallecimiento del compositor Rafael Escalona. Para esa ocasión, distintos eventos ...
Hanz y el vallenato que nace del alma
Siempre nos alegra descubrir nuevos talentos y valores. Ver germinar el proyecto musical de un artista local nos provoca una gran felic...
Por primera vez en su historia, el Festival Vallenato será exclusivamente virtual
Desde que el pasado 12 de marzo se anunció la suspensión del Festival de la Leyenda 2020, el folclor vallenato vivía con una real in...
Fabián Corrales, un compositor prolífico y exitoso
Nació en Urumita, en una familia de 20 hijos, y desde muy temprano demostró una disposición fuera de lo común para la música. Fabi...
Al rescate de la verdadera Parranda vallenata
El reciente fin de semana recibí una afortunada llamada desde Valledupar, en la línea estaba nada menos que el mismísimo Crispín Ed...