Música y folclor
El Calypso
En noches que atormentan los tambores y en coros animados por rones de la caña, los cantores y bailadores anónimos esgrimen sus ácidas críticas hacia sus benefactores o sometidores aupados por el regocijo colectivo, donde El Calypso mantiene su vigencia, cantando temas cotidianos, con irreverencia y humor satírico, pues es vehículo de inconformidad social, como históricamente registran los desenfadados versos de Atila el Huno:
“Decir que estas canciones son sacrílegas,
obscenas y profanas
no es más que mentira y sucia ignominia.
Si el calypso es indecente
debo insistir en que lo son igualmente
Venus y Adonis , de Shakespeare,
los cuentos de Bocacio
y el Cándido Voltaire”.
El Calypso, del Kaito que significa “servir bien”, luego transformado en “kaiso” y “kalipso”, surge en las islas de habla inglesa en el Caribe, como Trinidad y Tobago, descubierta en 1948 por Colón, el día de la Trinidad sagrada, e invadida en 1797 por los ingleses, con numerosa población esclava de Guinea, Congo y Sudán, y habitada también por franceses, hindúes, árabes, asiáticos y vecinos, en el siglo XIX, declarando su independencia de Inglaterra en 1962, siendo su capital Puerto España y sus carnavales el centro natural del calypso.
Los carnavales en la isla fueron de estilo europeo, pero desde la abolición de la esclavitud en 1838, la población de negros libres, mestizos, criollos y campesinos hispánicos impusieron sus expresiones musicales y danzarias, que tuvieron en “la calenda antillana” un antecedente, y con ritmos contagiosos que contaban sucesos cotidianos, historias y con asomos de críticas sociales.
Los cantores trinitarios eran llamados “chantwells”, con cantos improvisados ingeniosos “orations”, en públicos torneos con sus rivales, y también el “camboulay” que remedaba la etapa de la esclavitud con la recolección de la caña, realizada en danzas en procesión, bailando y cantando con antorchas, en melodías joviales y ligeras sin poseer la tristeza de otras latitudes o pathos trágico típico del cancionero negro en pueblos cercanos, en idioma creole, mezcla de las diversas hablas que allí se encontraban .
Primitivamente, el conjunto acompañante consistía en un tambor y una serie de botellas con agua “bangee”, que se percutían con cucharas. Después se le agrega un par de claves “qua-qua”, el “chac-chac”, una suerte de maraca, un percusivo hecho de caña de bambú, el cuatro, de origen venezolano, y más adelante guitarras, violín, flauta y contrabajo. Se registran nombres legendarios como Norman Le Blanc y Forbes, luego con la radio se popularizan El León Rugiente, El dictador poderoso, El Príncipe Negro, el granadiense Mighty Sparrow, y Edward el Confesor, entre muchos.
Rápidamente es acogida en las islas vecinas, con figuras reconocidas como en Santa Lucía, Lucian Parrot, Cecil Belfon en Granada, y en Barbados surgen importantes intérpretes como Llewellyn Drayton y Desmon Weekes, como también en Jamaica, Dominica, Bahamas, y Latinoamérica y Estados Unidos con Harry Belafonte, con cierto parecido a la samba brasileña y el mento jamaiquino, por sus frases literarias y melódicas cortas, en tiempo de dos por cuatro , sincopado, de temas alegres y jocosos, con las que aparecen por todas las islas el “Steel bands”, hechos en latas, tamboras de gasolina templadas lentamente por el fuego, ahora con varias familias sonoras con celos, vibráfono, triángulo, tumbadora, bongó, cencerro, timbal y bajos.
Jairo Tapia Tietjen
CEC, Centro de Estudios Culturales
Sobre el autor

Jairo Tapia Tietjen
WikiLetras - In Memoriam
Codazzi, Cesar (1950-2018). Columna en memoria de quien fue un destacado colaborador de PanoramaCultural.com.co. Bachiller Colegio Nacional A. Codazzi, 1970. Licenciado en Filología Española e Idiomas, UPTC, Tunja, 1976; Docente en Colegio Nacional Loperena, 1977-2012. Catedrático Literatura e Idiomas, UPC, Valledupar, 1977-2013. Director Revista 'Integración', Aprocoda-Codazzi, 1983-2014; columnista: Diario del Caribe, Barranquilla, El Tiempo, Bogotá, El Universal, Cartagena, El Pilón, Vanguardia Valledupar: 1968-2012. Tel: 095 5736623, Clle. 6C N° 19B 119, Los Músicos, Valledupar- Cesar.
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