Música y folclor
Valledupar se queda sin Carnaval y sin Reinas
La programación del carnaval de este año dejaba entrever una larga lista de eventos. Un deseo de superación y de fiesta a lo grande. Un número apreciable de desfiles, guachernas y cócteles que, debido a los actos violentos de bandas descontroladas y la falta de presencia policial, no podrán organizarse.
El alcalde, Fredys Socarras, y el presidente de la Junta del Carnaval, Carlos Calderón, acordaron suspender definitivamente las celebraciones para garantizar la seguridad de todos los ciudadanos. Una decisión que no fue fácil de tomar considerando los esfuerzos que se habían hecho para involucrar al sector privado.
Los malos auspicios empezaron el pasado viernes 3 de febrero, cuando después de una concentración en la plaza Alfonso López, la junta del Carnaval tuvo que encargarse de la limpieza en la plaza. En ese momento, fue notable la falta de un convenio con la empresa de aseo.
El día siguiente, con la aparición de vándalos y un ambiente de notable agresividad, el presidente de la Junta prefirió suspender el desfile “Una tarde en el Caribe” por temor a un ataque directo a los organizadores. Las Reinas, el Rey Momo y las demás comparsas sólo pudieron recorrer dos cuadras antes de retirarse y refugiarse en la Casa de la Cultura. En aquel momento fue también notable la falta de un convenio entre la alcaldía, la policía y los bomberos.
En nuestra conversación con el señor Carlos Calderón pudimos notar su decepción. Como presidente de la Junta, no es fácil cancelar un evento con semejante historia. Sin embargo, nos explicó que había hecho todo lo posible para que el carnaval fuera estupendo y memorable.
“Es mejor prevenir que lamentar”, expresó nuestro entrevistado. Así pues, ya se está hablando de las medidas a tomar para el año que viene. Una reunión está prevista en la Casa de la Cultura para analizar los puntos que deben mejorarse y, sobre todo, cómo salvar esta fiesta que es de todos los vallenatos.
El Carnaval de este año quedará en las memorias como un evento fallido desde el principio, como un carnaval sin Reinas, cuando todas las esperanzas estaban centradas en él.
Valledupar se merece un carnaval placentero en concordancia con su imagen de ciudad amigable y acogedora. Una fiesta popular que ––sin competir con la de Barranquilla–– tenga sus características históricas y garantice unos días alegres.
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